Fabricando desocupados: La tasa de desocupación del primer trimestre fue de 9,2%

De esta forma, entre enero y marzo de 2017 el desempleo bajó una décima respecto al segundo trimestre del año pasado, que fue el primer dato elaborado por el Indec sobre esta variable tras el período de normalización.

Al dar a conocer las cifras, el organismo indicó que la «tasa de desocupación presenta un incremento estadísticamente significativo», mientras las tasas de actividad y empleo «no presentan diferencias estadísticamente significativas».

La tasa de empleo se ubicó en el 41,9% y descendió 0,6 puntos porcentuales respecto del 41,9% del último trimestre del año anterior, mientras que el indicador de Actividad fue del 45,5% por encima del 45,3 del anterior período.

Desempleo, desocupación, cesantía o paro, en el mercado de trabajo, hace referencia a la situación del ciudadano que carece de empleo y, por lo tanto, de salario. Por extensión es la parte de la población que estando en edad, condiciones y disposición de trabajar —población activa— carece de un puesto de trabajo.

Para referirse al número de parados de la población se utiliza la tasa de desempleo por país u otro territorio. La situación contraria al desempleo es el pleno empleo.

Además de la población activa, en la que se incluye tanto a los que están trabajando como al conjunto de los parados o desempleados de un país, las sociedades cuentan con una población inactiva compuesta por aquellos miembros de la población que no están en disposición de trabajar, sea por estudios, edad —niños y población anciana o jubilada—, enfermedad o cualquier otra causa legalmente establecida.

Para que exista el desempleo se necesita que la persona desempleada desee trabajar y que acepte los salarios actuales que se están pagando en un momento dado. Las causas de esta situación son múltiples, produciendo como consecuencia distintos tipos de desempleo (cíclico, estructural, friccional y monetario). Además existe el desempleo tecnológico que se origina cuando hay cambios en los procesos productivos que hacen que las habilidades de los trabajadores no sean útiles.

Si bien el desempleo suele ser considerado un flagelo, en ocasiones se lo utiliza como una herramienta de política pública, orientada a dinamizar la economía, por medio de la competencia entre los trabajadores desocupados.