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Falsos empresarios y evasión: «los Rappi» usan la vereda como oficina y maltratan a los vecinos

En el mercado de trabajo y referido a las condiciones de empleo, subempleo y desempleo del trabajador, la precarización o precariedad laboral es la inseguridad, incertidumbre y la falta de garantía de condiciones socioeconómicas mínimas y suficientes para una supervivencia digna que afecta a los trabajadores y repercute en su entorno familiar y social. La aplicación latinoamericana líder de pedidos online desembarca en Argentina y ofrece desde comida y productos de cuidado personal hasta dinero en efectivo. Eso sí, supuestamente, la evasión fiscal a la AFIP es de casi el 99,9%, que hace la vista gorda por un acuerdo entre inspectores y las partes.

Un ejemplo, sentados en un banco frente a un restaurante de hamburguesas, los tres charlan, fuman y esperan. “Estoy así desde el mediodía”, dice Julio mientras chequea su celular. “Hasta ahora solo tuve un pedido por el que gané $40. Debe ser que la gente no está pidiendo tanto después del fin de semana largo”. “Es demasiado desgaste estar esperando afuera todo el día con este frío. A veces, ni te dejan entrar al negocio cuando llueve”, cuenta Julio. “A nosotros nos gusta trabajar, lo necesitamos. Pero de a poco sentimos que están usando la tecnología en contra nuestra. Por distintos factores de precariedad laboral, sentimos que es un sistema que avala la esclavitud moderna”. Del otro lado del mostrador, dan avisos de los castigos, «No castigamos a los repartidores si no toman un pedido», dijo Matías Casoy gerente general de @RappiArgentina. Sin embargo los trabajadores señalan el control que la empresa ejerce sobre ellos es de esclavitud y maltrato por app impersonal.
Desde las empresas como Rappi, se establece que los repartidores no son empleados sino trabajadores independientes o “microempresarios” que trabajan sin jefe ni horario fijo.

DOBLE EVASION LABORAL. La empresa de la APP y el que envia, solo un ejemplo.
“Vos como consumidor le pagás a Rappi y ellos, quincenalmente, nos liquidan las cobranzas de los pedidos que hicieron, descuentan su comisión y nos hacen una factura con ese monto”, cuenta el dueño de uno de los restaurantes asociados a Rappi. “Nos conviene porque nos aumenta mucho la demanda y al mismo tiempo no nos tenemos que hacer cargo del costo de distribución (evasión fiscal)”. Para un diario de tirada nacional es «trabajo», «Sin rutina ni jefes, la economía «mobile» genera nuevas oportunidades, nuevos cambios sociales, nuevas maneras de generar ingresos… te guste o no.» Solo evasión fiscal. Un ejemplo de «negreros», casi todos los de la foto fueron «despedidos» y reemplazados por otros «empresarios».

Según Enrique Stile y Yamila Lombardo, abogados laborales del estudio Marval, O’Farrell & Mairal, la falta de regulación del empleo en plataformas digitales dificulta determinar la relación entre estas apps y los repartidores. Sin embargo, enfatizan que la manera en la que se presta servicios para plataformas como Uber y Rappi se corresponden más con una relación de dependencia laboral.

“Si la aplicación no establece los precios ni la modalidad, si no establece ninguna condición en la prestación de servicio, eso se puede considerar un trabajo independiente. Pero si fijan un valor, como es en el caso de Uber y Rappi, ahí ya el riesgo es alto”, indican los abogados.

En general se refiere a los procesos de flexibilización laboral o desregulación del mercado de trabajo: bajada de salarios, abaratamiento del despido, ausencia de indemnizaciones, falta de coberturas sociales, contratación temporal. Del proceso de precarización se deriva un aumento de la economía sumergida y un empeoramiento de las condiciones de trabajo.​

El término se hace conocido en la década de 1980, aplicado a las consecuencias de la flexibilidad laboral en la vida cotidiana.​ El eufemismo de flexibilidad laboral es uno de los pilares del liberalismo económico y neoliberalismo que promueven procesos de liberalización económica. Procesos generalizados de precarización son el toyotismo o posfordismo.

Guerra entre vecinos y mensajeros sin paritarias ni convenios creidos en empresarios

Un vecino de Palermo cansado de ver a «los Rappi» en la calle, decidió realizar la denuncia a la policía que llegó con un móvil hasta el lugar para tratar de apaciguar la tensa situación. Hacer creer a los adolescentes que son «empresarios» por llevar un paquete en bicicleta es una canallada laboral, con casí 8000 «empresarios del sector del pedal» la avasión al fisco, cargas sociales y a los sindicatos es millonaria.

Un escándalo se desató en pleno barrio porteño de Palermo cuando un vecino increpó a «los Rappi» por estar ocupando la vía pública. El altercado ocurrió el miércoles 22 de agosto, alrededor de las 23.40 horas entre las calles Soler y Malabia, cuando un vecino se acercó a uno de los repartidores de Rappi frente al local Rapanui para expresarle toda su bronca por su presencia en el barrio.

Tal como puedo saber Palermonline Noticias, el hombre de unos 50 años, está a los gritos contra una repartidora Rappi exigiéndole que se retire del lugar. Frente al escándalo, un móvil de la policía de la Ciudad se acerca al lugar para tomar conocimiento de lo sucedido y el vecino, a los gritos, explica: «¡Harto me tienen, harto! Hace un mes tengo 50 personas hablando y haciendo quilombo en la puerta de mi casa. Claro que vivo acá. En Rapanui están todo el día rompiendo las pelotas. Todos los días me tengo que levantar a las 7 de la mañana y estos pibes acá».
Se puede ver saber queel hombre insulta al personal del local Rapanui que utilizan la vereda de su casa como oficina y los insulta, así como les dice: «Harto me tienen. Hartos. Harto me tenés. Porque vos los vigilanteaste».

Recordemos que Rappi es una aplicación para smartphones, que evade al fisco, es decir a la AFIP por no encuadrar a sus «trabajadores empresarios», en la cual podés hacer pedidos a locales tales como restaurantes, kioscos o supermercados y mediante un repartidor (se los identifican con camperas y gorras de color naranja) te llega a tu casa de manera rápida.

Hoy está siendo cuestionado este modelo de negocio ya que al tomar a los repartidores como «trabajadores independientes», o «empresarios del sector bicicleta», la empresa no se responsabilizan por ningún tipo de inconveniente que tengan «los Rappi» (ejemplo: choques en el trayecto o robos) así como no les dan los medios para poder trabajar (el medio de transporte lo pone el repartidor así como el gasto de los datos de los celulares para estar en en contacto con los clientes a través de la app) tampoco tienen un lugar físico donde esperar los pedidos, por eso, lo hacen sentados en la calle. Hay diferentes puntos de encuentro entre los repartidores («los Rappi»). Carlos Marx y Adam Smith estarían horrorizados hasta donde llegó la precarización laboral.