Pericón Nacional

Enseñarán folclore en escuelas públicas de todo el país a partir de 2024

Las escuelas públicas de todo el país enseñarán folclore a partir de 2024.

Los contenidos curriculares para los niveles Inicial y Primario se terminarán de elaborar en 2023 con vistas al siguiente ciclo lectivo, reveló la vicepresidenta de la Academia Nacional del Folclore.

Folclore para las infancias de escuelas públicas.

El año próximo, el Consejo Federal de Educación, asamblea nacional de ministros del área, «liberará esos contenidos para que las provincias adhieran o no a sus principios, de acuerdo con la visión de cada una», indicó la vicepresidenta de la Academia Nacional del Folclore (ANF), Ana María Dupey.

La Academia Nacional del Folclore, con el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de Santiago del Estero y la Universidad Nacional de esa provincia, están organizando el I Congreso Nacional de Enseñanza del Folclore a efectuarse en modalidad virtual, el 24, 25 y 26 de agosto próximos; para contribuir a la implementación de la Ley N° 27535, que fijó en 2019 el derecho a recibir educación sobre el folclore.

Derecho a recibir educación sobre el folklore

La sanción de la Ley N°. 27535 en el año 2019 establece el Derecho a recibir educación sobre el folklore. Dicha ley, situó a la educación sobre el folklore como bien cultural nacional en el campo de los derechos ciudadanos y como un bien público garantizado por el Estado. La Academia Nacional del Folklore entiende que el Congreso es una instancia auspiciosa que posibilita el análisis y el diálogo entre los diversos actores involucrados a los efectos de realizar una contribución significativa en el camino hacia la implementación de la ley.

La experta indicó que la ANF «trabajó en una Diplomatura de Folclore que se da en la regional Tucumán de la Universidad Tecnológica Nacional en forma virtual y también está colaborando con la Diplomatura en Chamamé con la Universidad Nacional del Nordeste (con sedes en Corrientes y Chaco)».

Dupey, profesora de la asignatura Folclore General en la UBA y otras universidades, señaló que «es un trabajo muy arduo definir contenidos curriculares tan amplios como todo el sistema educativo nacional, en los niveles de primario y secundario».

Añadió que «la diversificación que hay dentro del plano de la educación secundaria amerita un tratamiento especial; si bien el folclore va a ser el mismo, el proceso se elabora en términos de convertirlos fáciles para enseñar en el aprendizaje y, claro, requiere de tratamientos específicos».

Aclaró que en el encuentro por realizarse se reflexionará sobre los contenidos, lo cual contribuirá a ese trabajo que ya viene haciendo el Consejo Federal de Educación actualizando para que haya contenidos mínimos compartidos por todas las jurisdicciones provinciales.

Ante una consulta, señaló que «no se va tratar de una discusión de idóneos y profesionales, sino de cómo se produce ese proceso de aprendizaje donde tendrán que intervenir los que saben sistematizar la transmisión del conocimiento y a quiénes tienen que interpelar con ese especialista».

Y que «una persona puede saber de artesanía, puede enseñarlo; pero es distinto enseñar esos conocimientos y esa sistematización en la escuela», agregó.

Continuó diciendo durante el programa «Ahora o nunca: el espacio de la educación», por radio Cooperativa, que «lo que se trata es: por un lado, es de una actualización de contenidos; en muchas de ellas es exclusivo en términos de la dimensión artística del folclore; pero tenemos que hablar de otras dimensiones, como por ejemplo el aporte del folclore en lo social».

Zamba

Los musicólogos coinciden en parte que proviene de la zamacueca, surgida a fines del S. XVIII y comienzos del XIX en Lima, Perú. La denominación «zamba» se refiere al término que se aplica a los individuos mestizos descendientes de una persona indígena americana y otra negra. Es una creación criolla que se bailó en la región central del país. De Santiago del Estero, procede la versión que nos da Andrés Chazarreta (1916).

Se baila de una pareja, enfrentados, con pañuelo y con castañetas. Esta danza tiene una particularidad musical, posee dos movimientos , el de zamba y el de gato, alternados 16 compases de zamba, 16 compases de gato y 12 compases finales de zamba. Es una danza de galanteo de pareja suelta e independiente.

Chacarera

La chacarera es un ritmo y danza tradicional de Argentina, principalmente de la provincia de Santiago del Estero. Se ejecuta tradicionalmente con guitarra, violín y bombo legüero. Existen chacareras cantadas tradicionales como también solo instrumentales. Es bailada por parejas que danzan libremente (pero en grupo) con rondas y vueltas.

La música folklórica de Argentina

La música folklórica de Argentina encuentra sus raíces en la multiplicidad de culturas indígenas originarias.  Cuatro grandes acontecimientos históricos-culturales la fueron moldeando: la colonización española y la inmigración africana forzada causada por el tráfico de esclavos durante la dominación española (siglos xvi-xviii); la gran ola de inmigración europea (1880-1950)  y la gran migración interna (1930-1980).

Aunque estrictamente «el folklore» solo es aquella expresión cultural que reúne los requisitos de ser anónima, popular y tradicional, en Argentina se conoce como folklore o música folklórica a la música popular de autor conocido, inspirada en ritmos y estilos característicos de las culturas provinciales, mayormente de raíces indígenas y afro-hispano colonial. Técnicamente, la denominación adecuada es música de proyección folklórica de Argentina.

En Argentina, la música de proyección folklórica comenzó a adquirir popularidad en los años treinta y cuarenta del siglo XX, en coincidencia con una gran ola de migración interna del campo a la ciudad y de las provincias a Buenos Aires, para instalarse en los años cincuenta, con el «boom del folklore», como género principal de la música popular nacional junto al tango.

En los años sesenta y setenta se expandió la popularidad del «folklore» argentino y se vinculó a otras expresiones similares de América Latina, de la mano de diversos movimientos de renovación musical y lírica, y la aparición de grandes festivales del género, en particular del Festival Nacional de Folklore de Cosquín, uno de los más importantes del mundo en ese campo.

Luego de ser seriamente afectado por la represión cultural impuesta por la dictadura cívico militar instalada entre 1976-1983, la música folklórica resurgió a partir de la Guerra de las Malvinas de 1982, aunque con expresiones más relacionadas con otros géneros de la música popular argentina y latinoamericana, como el tango, el llamado «rock nacional», la balada romántica latinoamericana, el cuarteto y la cumbia colombiana.

La evolución histórica fue conformando cuatro grandes regiones en la música folklórica argentina: la cordobesa-noroeste, la cuyana, la litoraleña y la surera pampeano-patagónica, a su vez influenciadas por, e influyentes en, las culturas musicales de los países fronterizos: Bolivia, sur de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Atahualpa Yupanqui es unánimemente considerado como el artista más importante de la historia de la música folklórica de la Argentina.



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