Gentilini (FR): «Debe haber más policías en las calles protegiendo a los vecinos del delito»

El titular del Bloque Frente Renovador en la Legislatura porteña acompañó en general el Sistema Integral de Seguridad Pública. No obstante, señaló algunas contradicciones en la normativa: «Si disponemos que la Sociedad Civil puede controlar a quien vaya a estar a cargo del cuerpo policial, no puede haber una cláusula transitoria que exceptúe al primer jefe designado».

Gentilini ya había puesto en discusión la vestimenta de la policía que pasará a constituirse con la Metropolitana y la Federal: «Es poco claro el criterio de seguridad al que responde la insólita indumentaria de la nueva fuerza, para la cual se van a destinar casi 800 millones de pesos».

Otro aspecto que marcó el diputado del Frente Renovador con respecto a la prohibición de portar armas con munición de guerra en manifestaciones, es que «el gobierno porteño no termine eludiendo lo mismo en la reglamentación y los protocolos de procedimiento para el accionar de las segundas y terceras líneas de efectivos de reserva para ese tipo de situaciones».

«El primer derecho humano que debe resguardar el estado es la seguridad de las personas», destacó el legislador Gentilini en el recinto y agregó que «el gran desafío es cómo se va a plasmar esta policía en la realidad».

En su alocución, el diputado aprovechó para señalar algunas cuestiones que, a su entender, son fundamentales para una policía acorde a las necesidades de los porteños. «Si uno de los principios rectores del proyecto es que haya una policía de cercanía o de proximidad, hacen falta avances concretos para tener más efectivos en las calles que puedan proteger a los vecinos del delito», afirmó.

En ese sentido, el representante del FR en la Legislatura porteña retomó la figura del ‘policía de la esquina’: «Consideramos que es fundamental ir avanzando hacia un mayor despliegue de la policía de a pie. De esta manera, el agente cumple la función de persuasión/ disuasión, puede intervenir rápidamente sobre un delito en curso y, al mismo tiempo, es observado y controlado por los vecinos del barrio en donde está apostado».