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Grecia anunció que espera la devolución de 351 antigüedades saqueadas y que atesoraba un británico

Un total de 351 antigüedades, fragmentos y frisos que fueron saqueados en un lapso histórico que abarca desde el período neolítico hasta la época bizantina, serán finalmente restituidas a Grecia, anunció hoy el Ministerio de Cultura helénico.

Las antigüedades, que se encuentran divididas en 25 lotes, estaban en posesión del comerciante de arte británico Robin Symes, cuya empresa, «Robin Symes Limited», está en proceso directo de liquidación, detalló un comunicado oficial del organismo.

«Fue una larga batalla legal para recuperarlas, este reclamo duró 17 años», expuso la ministra griega de Cultura y Deportes, Lina Mendoni, quien también tiene un doctorado en arqueología.

«Grecia continuará luchando para recuperar todas sus obras de arte y antigüedades saqueadas, dispersas en varios museos y colecciones privadas en todo el mundo», advirtió Mendoni.

Entre las piezas notables de la colección de antigüedades figuran una estatuilla de la era neolítica tallada en piedra blanca y que data del 4.000 a.C, una figura «cicládida» que data de entre 3.200 y 2.700 a.C, una estatua de mármol dañada de una «Kore», de 550-500 años a.C, (estatuilla femenina de la época arcaica) y una estatua de bronce fragmentada que representa Alejandro Magno, de la segunda mitad del siglo II.

Grecia también espera aún obtener la vuelta de los «frisos del Partenón» de Atenas que «se encuentran en el Museo Británico de Londres», reportó la agencia de noticias AFP.

Londres argumenta que las esculturas fueron «adquiridas legalmente» en 1802 por lord Thomas Bruce Elgin, un controvertido diplomático escocés, que luego las revendió al museo.

Sin embargo, Grecia sostiene históricamente que todas esas valiosas piezas fueron «objeto de saqueos» cuando el país estaba bajo la ocupación otomana, mientras algunos otros fragmentos del monumento están dispersos en varios museos de otros países.

La restitución de aquellos frisos del Partenón es un tema muy sensible para toda la comunidad helénica. A tal punto es «cuestión de Estado», que en el museo de la Acrópolis, un espacio vacío le está reservado.

Por su parte, tres fragmentos del Partenón custodiados por el Vaticano durante más de dos siglos fueron devueltos a Grecia en marzo de este año, en un «gesto y símbolo de amistad» según el papa Francisco.

EL PARTENON
El Partenón es un antiguo templo griego situado en la Acrópolis de Atenas. Fue construido en el siglo V a.C. como un homenaje a la diosa griega Atenea Parthenos, a quien estaba dedicado. El Partenón es considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura clásica griega y ha sido reconocido como uno de los símbolos más importantes de la civilización occidental.

El templo fue diseñado por los arquitectos Ictinos y Calícrates, y supervisado por el escultor Fidias, quien también fue responsable de la creación de la gigantesca estatua de Atenea Parthenos que se encontraba en su interior. El Partenón fue construido principalmente con mármol pentélico y presenta un estilo arquitectónico dórico.

El Partenón es conocido por su sistema de proporciones y su simetría perfecta. El edificio tiene una planta rectangular con columnas en todos sus lados, y su fachada principal cuenta con ocho columnas dóricas. El friso que rodea el templo muestra una serie de relieves que representan escenas mitológicas y eventos históricos, y en su interior albergaba una gran cantidad de tesoros y ofrendas dedicadas a la diosa Atenea.

A lo largo de los siglos, el Partenón ha sufrido daños debido a terremotos, invasiones y el paso del tiempo. En 1687, durante la guerra entre los venecianos y los otomanos, el edificio fue utilizado como polvorín y sufrió una explosión que causó un gran deterioro. Posteriormente, durante el siglo XIX, muchas de las esculturas y frisos del Partenón fueron saqueados por el embajador británico Lord Elgin y llevados al Museo Británico en Londres, donde se encuentran en la actualidad.

A pesar de los daños sufridos, el Partenón sigue siendo un importante monumento histórico y un atractivo turístico de Atenas. En la actualidad, se han realizado esfuerzos de restauración para preservar y reconstruir partes del templo, y se han llevado a cabo diversas campañas para solicitar la devolución de las esculturas del Partenón que se encuentran en el extranjero.

SAQUEOS Y ROBOS
La historia de los saqueos británicos en diferentes partes del mundo es un tema amplio y complejo. La expansión del Imperio Británico durante los siglos XVII al XX involucró la apropiación de numerosos objetos y tesoros culturales de diversas civilizaciones.

En el contexto de Grecia, como mencioné anteriormente, uno de los casos más destacados es el de los mármoles del Partenón. Durante el siglo XIX, Lord Elgin, embajador británico en el Imperio Otomano, obtuvo el permiso del gobierno otomano para retirar una gran cantidad de esculturas y frisos del Partenón, conocidos como los Mármoles de Elgin, que posteriormente fueron vendidos al Museo Británico en Londres. Esta acción ha sido objeto de controversia y se ha debatido mucho sobre la legalidad y la ética de su adquisición.

En el caso de India, la colonización británica también implicó el saqueo de numerosos tesoros y objetos de valor. La Compañía Británica de las Indias Orientales y el gobierno británico tomaron posesión de joyas, esculturas, manuscritos antiguos y otros artefactos culturales indios. Un ejemplo destacado es el famoso diamante Koh-i-Noor, que fue tomado por los británicos y ahora se encuentra en la Corona británica, exhibido en la Torre de Londres.

En Sudamérica, aunque no hubo una presencia colonial británica tan dominante como en India, también se llevaron a cabo acciones de saqueo en ciertos contextos. Por ejemplo, en el siglo XIX, el explorador británico Hiram Bingham se llevó numerosos objetos y artefactos incas del sitio de Machu Picchu en Perú, que ahora se encuentran en posesión de varias instituciones y museos en el extranjero.

Es importante destacar que estas acciones de saqueo y apropiación de objetos culturales ocurrieron en un contexto histórico específico en el que las prácticas de adquisición y exhibición de arte y tesoros culturales eran moneda corriente de los piratas de la corona británica, verdaderos personeros del mal en la tierra.

En los últimos años, ha habido un creciente movimiento de reclamo y solicitud de devolución de estos objetos por parte de los países de origen, y se han llevado a cabo debates sobre la ética y la restitución de estos tesoros culturales.