grupo de punk rock ruso Pussy Riot a la carcel por que a Putín no le gusta. Putín es un presidente idiota.

Cárcel para las tres rockeras rusas por protestar contra Putin en la catedral de Moscú
Tres mujeres integrantes del grupo de punk rock ruso Pussy Riot fueron condenadas a dos años de prisión tras ser halladas culpables de «vandalismo motivado por odio religioso» por haber realizado una protesta contra el Kremlin en la principal catedral de Moscú.

«Las mujeres estuvieron motivadas por odio y animosidad religiosa» e insultaron a gran cantidad de fieles que estaban en la Catedral del Cristo Redentor en el momento de su polémico «rezo punk» contra el presidente Valdimir Putin, dijo la jueza Marina Ryrova, antes de anunciar la condena de cárcel.

La fiscalía había pedido tres años de prisión para las jóvenes, que fueron detenidas en marzo por su protesta del 21 de febrero en la catedral, donde pidieron a la Virgen María para que proteja a Rusia del presidente Valdimir Putin, quien asumió el cargo por tercera vez dos semanas después de la controvertida acción.

El juicio fue uno de los procesos en Rusia más atentamente seguidos dentro y fuera del país en varios años, y se vio precedido por críticas internacionales y por mensajes de apoyo a las jóvenes de celebridades como Paul McCartney, Madonna y Bjork.

Para los detractores de Putin en Rusia y el extranjero, el juicio fue un emblema de la intolerancia del Kremlin con los disidentes, al igual que la represión de una serie de protestas opositoras desde principios de año y leyes recientemente aprobadas que restringen el derecho a la manifestación callejera.
Antes del veredicto, miles de personas celebraron hoy protestas en unas 50 ciudades del mundo para exigir la absolución de las rockeras de Pussy Riot, una banda integrada por seis mujeres.
En Moscú, activistas cubrieron la cabeza de varias estatuas con pasamontañas coloridos, el símbolo del grupo, informó la agencia de noticias rusa Interfax.

Frente al tribunal, la policía de Moscú detuvo a 30 personas que se manifestaban a favor de las Pussy Riot, entre ellas el crítico con el Kremlin y ex campeón del mundo de ajedrez Gari Kasparov y el líder opositor Serguei Udalzov, agregó Interfax.

Las mujeres siguieron el anuncio de la sentencia visiblemente relajadas desde la jaula de plexiglás en la que se encontraban.
En total, los investigadores presentaron 3.000 páginas sobre el controvertido rezo que duró en torno a un minuto.
Las tres juzgadas, Nadesda Tolokonnikova, de 22 años; Marina Alyojina, de 24, y Yekaterina Samuzevich, de 30 años, enfrentaban hasta siete años de cárcel por su acción, pero, luego de que el propio Putin pidiera que no se las condenara «demasiado severamente», los fiscales pidieron tres años.
La defensa, que pedía su absolución, dijo que apelará la sentencia condenatoria de primera instancia.
Antes de anunciarse la condena, las acusadas rechazaron pedir un indulto a Putin.
«¿Está de broma? Claro que no. Él tendría que pedirnos clemencia a nosotras y a ustedes», declaró Tolokonnikova a la edición de hoy del diario crítico Novaya Gazeta.

La mujer dijo no creer en una sentencia independiente. «Es una ilusión». «Estamos contentas por habernos convertido sin querer en epicentro de un gran acontecimiento político, que incluye a distintos grupos», señaló. Las tres rechazaron también exiliarse.

El jefe del Consejo de Derechos Humanos adscrito al Kremlin, Mijail Fedotov, consideró la condena un «peligroso precedente», informó Interfax.

También las organizaciones defensoras de los derechos humanos Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW) criticaron el fallo.

«La condena no sólo es el intento de callar a las tres jóvenes», dijo Friederike Behr de AI hoy en Berlín.
«Es también una advertencia a todos los que se atrevan a criticar al presidente Vladimir Putin y su gobierno».
La organización cree que las mujeres fueron condenadas sólo por ejercer su legítimo derecho a la libre expresión. Por eso las considera presas políticas.

Mientras, en otras ciudades se sucedieron también manifestaciones pidiendo su liberación, como en Berlín.
En Barcelona, con la espectacular catedral de la Sagrada Familia como telón de fondo, decenas de personas con pasamontañas de colores se concentraron para pedir la absolución de las jóvenes al ritmo de su música punk y al grito de “Libertad Pussy Riot”.

Al igual que en Moscú, en Bulgaria sus seguidores cubrieron monumentos con pasamontañas coloridos, el símbolo del grupo.

En la capital ucraniana Kiev una activista del grupo femenino Femen destruyó una cruz de madera con una motosierra.
Sin embargo, ultranacionalistas y ortodoxos radicales se manifestaron en Moscú a favor de una condena.