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La Amazona realizada por Fidias del siglo de Pericles en el Jardín Botánico de Buenos Aires.

El jardín alberga una interesante colección de esculturas, de variados materiales y estilos, cuyos motivos evocan a la naturaleza, la historia o la música. Encuentre el recorrido en el plano principal y disfrute de su belleza. Diseñado por el arquitecto Paisajista Carlos Thays, se inician en 1892 las labores de trazado del Jardín Botánico de aclimatación que culminan el 7 de septiembre de 1898 con su inauguración. Actualmente ocupa una superficie de 79.772 metros cuadrados y alberga una 5500 especies arbustivas, arbóreas y herbáceas distribuidas por lugar, origen, familia y utilización; jardines de estilo, cinco invernaderos. A la muerte de Carlos Thays en 1937, el Jardín tomó su nombre.

La Amazona del Jardín Botánico de Buenos Aires

Obra de reproducción de mármol realizado a partir de un original atribuido al escultor griego Fidias (500 a.C.) que se exhibe en el Museo Capitolino de Roma como Amazzone ferida.

La copia habría sido realizada por una artista italiano de apellido Pirilli y llegó al Jardín Botánico en el año 1968.

Amazona: Según los arqueólogos, ellas eran «mujeres guerreras que protegían sus viviendas mientras los hombres iban a la guerra durante mucho tiempo». «Las Amazonas son un fenómeno escita y, en la última década, nuestra expedición ha descubierto aproximadamente 11 entierros de mujeres jóvenes armadas. Según la mitología (azuzada por historiadores como Heródoto o Plutarco) las amazonas eran un pueblo de mujeres guerreras expertas en el uso del arco y más que diestras a la hora de cabalgar. En palabras de Man, la leyenda de las amazonas fue relatada por los griegos con el objetivo de «apuntalar su idea de sí mismos». EQUITACIÓN: Mujer que monta a caballo.  MITOLOGÍA: Mujer de un supuesto antiguo pueblo de mujeres guerreras que, según la leyenda, se mutilaban la mama derecha para tirar más fácilmente con el arco.

500 a. C.

Fidias  nació en Atenas, hacia 500 a. C. y falleció en Olimpia o Atenas, hacia el 431 a.C.  fue el más famoso de los escultores de la Antigua Grecia.









Vivió en la época de Pericles, que fue su principal protector y le encargó la dirección de su gran proyecto de la reconstrucción de la Acrópolis de Atenas. Se encuadra en la etapa conocida como «primer clasicismo griego».

Olimpia

Sus obras más célebres fueron la estatua de la diosa Atenea del Partenón (Atenea Partenos) y la estatua de Zeus en Olimpia, ambas de madera revestida con fragmentos de oro y marfil, que se convirtieron en modelos de perfección de la representación de divinidades, pero también se le atribuyen otras estatuas, tanto criselefantinas como de bronce o mármol, que gozaron de fama, como la Atenea Promacos y la Atenea Lemnia. Pese a que no se ha conservado ninguna estatua original segura de Fidias, algunas de sus obras se conocen a través de descripciones que realizaron autores de la Antigüedad y se han relacionado con estatuas de época romana que sí se han conservado y que se consideran copias de originales de Fidias, como el Apolo de Kassel, el Anadumeno Farnese o las numerosas Atenea Partenos.

Se conocen pocos detalles de la vida de Fidias puesto que las principales fuentes de datos para la reconstrucción de su existencia, Plinio, Plutarco y Pausanias, escribieron varios siglos después de su muerte. Pausanias cita la frase que se hallaba en una de sus obras, la estatua de Zeus en Olimpia.

Fidias vivió en el llamado Siglo de Pericles

Fidias vivió en el llamado Siglo de Pericles, un periodo de intensa actividad política, militar y cultural en Atenas. La democracia se consolidó como una forma de gobierno racional, liberal y equilibrada, esencialmente humanista y completamente opuesta al totalitarismo encarnado por los persas, que se encontraban en guerra con los griegos (Guerras Médicas), desde mediados del siglo VI a. C., hasta la victoria de los griegos en 479 a. C., en la Batalla de Platea. Con la ascensión al poder de Pericles en 460 a. C., el enfoque cambió, y se selló una paz duradera con los persas con el fin de concentrar sus fuerzas para combatir la rivalidad de Esparta, a expensas de sus aliados en la Liga de Delos.  Tales

eventos dieron lugar a una reorientación en el programa de edificaciones civil y conmemorativos en la ciudad griega, debido a que los persas saquearon y destruyeron monumentos y templos en 480 a. C. (un año antes de que terminaran las Guerras Médicas). De inicio, los edificios fueron dejados deliberadamente en ruinas, pero la paz con los antiguos enemigos permitió una revisión de la política, y parecía natural que la ciudad fuese restaurada, especialmente sus santuarios en la Acrópolis, como la forma de expresión de su posición política dominante y como una señal de gratitud de Atenea, la diosa tutelar del Ática. Para administrar ese impulso constructivo Fidias fue contratado como el supervisor general de las obras.

Fidias

Fidias se encontró con la escultura griega cuando esta atravesaba rápidos y profundos cambios, y él fue uno de los principales motores para dicho proceso. Los antecedentes de este cambio provenían de la escultura arcaica, que tenía estilo formalista y riguroso privilegiando convenciones generalistas y abstractas. Estos convenios se mantuvieron inalterables por al menos doscientos años, a causa de la jerarquización estática de la sociedad y se mantuvo más allá de la representación de las peculiaridades anatómicas naturalistas.

Belleza física con la virtud moral

Con los arcaicos se comenzó a relacionar la belleza física con la virtud moral (Kalokagathia), y en la tipología de Kurós, la parte más importante de esa fase, el orgullo aristocrático y la confianza en sí mismo al igual que el coraje guerrero y el espíritu en grupo, se encontraban en un auge expresivo. Alrededor del siglo V a. C., el rigor arcaico comenzó a disolverse debido a causas aún desconocidas, naciendo entonces el denominado Estilo severo o pre-clásico, en vista de la decadencia de la sociedad oligárquica y aristocrática que habían servido como justificación, al igual que el florecimiento del sistema democrático, donde los propósitos colectivos coincidían aferradamente a los individuales.

Representaciones del cuerpo humano

El Estilo severo dio lugar a un nuevo énfasis en el individuo, colocándolo en el centro del universo (algo parecido al antropocentrismo y al humanismo), realizando representaciones del cuerpo humano para disolver las abstracciones formales arcaicas y dando origen a un estilo más cercano a la naturaleza.

A mediados del siglo V a. C. Mirón, Policleto y Fidias entraron en escena reformulando definitiva y completamente el canon de las proporciones arcaicas y fundando el Clasicismo escultórico, retratando el cuerpo de una manera más naturalista, pero buscando en él una reflexión colectiva de los valores morales.

La mujer en la Antigua Grecia

La mujer se dedicaba únicamente al cuidado del hogar. Las casas de las familias acomodadas tenían un lugar especial para ellas llamado gineceo, donde acostumbraban a pasar el día junto a sus sirvientas y sus hijos pequeños.

Sin embargo, existían las heteras, que eran mujeres que recibían una educación esmerada para satisfacer a los hombres con conversaciones más elaboradas y menos familiares, entre éstas destacó Aspasia de Mileto, de quien se dice que era amiga de Pericles y llegó a debatir con el mismo Sócrates.

Pericles fomentó las artes y las letras y dio a Atenas un esplendor

Siglo de Pericles, término llamado al período de la historia de Atenas dentro del siglo V a. C. en el que alcanzaron su apogeo diversas manifestaciones culturales. Pericles ―estratega, político y orador Ateniense― supo rodearse de las personalidades más destacadas del momento, hombres excelentes en filosofía, arquitectura, escultura, historia, literatura, etc. Fomentó las artes y las letras y dio a Atenas un esplendor que no se repitió a lo largo de su historia. Realizó también grandes obras públicas y mejoró la calidad de vida de los ciudadanos. De ahí que esta importante figura histórica haya legado su nombre al Siglo de Oro ateniense, cenit de la Grecia clásica.

Los historiadores consideran que el siglo de Pericles fue el Siglo de Oro de la escultura y la arquitectura. En este período, los elementos decorativos y la técnica empleada no variaron en absoluto respecto del anterior; lo que le caracteriza es la cantidad de obras ejecutadas y el refinamiento, incluso la perfección en los trabajos realizados. Se trata de obras de carácter religioso. He aquí algunos ejemplos que mejor pueden representar este período:

Reconstrucción del templo de Zeus en Olimpia.

Reconstrucción del templo de Apolo en Delfos, que había sido destruido por un terremoto.
Construcción de la Acrópolis, la ciudad de los mármoles para gloria de los dioses. El lugar había sufrido un incendio provocado por los persas y se encontraba en ruinas desde hacía más de 30 años. Pericles impulsó su reconstrucción a lo grandioso, con mármol blanco traído de la cercana y famosa cantera del Pentélico. Se formó un equipo con los mejores arquitectos, escultores y obreros atenienses. Los ciudadanos de Atenas tuvieron asegurado el trabajo durante más de 20 años gracias a esta gran empresa. Fue el conjunto monumental más vasto y perfecto de la historia del arte griego y pudo llevarse a cabo gracias a la financiación de los tesoros de la Liga de Delos.

Pensadores y escritores eminentes

Demócrito (c. 460 a. C.-370 a. C.) fue quizás el más interesante de todos, con su teoría atómica del Universo (lo imaginó como una inmensa combinación de átomos).

En la segunda mitad del siglo V a. C. se dio el nombre de sofistas (del griego sophi: experto, maestro, hombre de sabiduría) a los maestros que daban instrucción sobre diversas ramas científicas y artísticas a cambio de un salario.

En este siglo, Atenas fue la «escuela de Grecia». Pericles y su esposa Aspasia tuvieron como huéspedes no solo a grandes hombres atenienses, sino a importantes personajes forasteros, los más cultivados de la Hélade (nombre de Grecia antiguamente) y de fuera. Frecuentaron su casa el filósofo Anaxágoras, el historiador Heródoto y el arquitecto Hipódamo de Mileto, responsable de la reestructuración de El Pireo.

Heródoto (484–425 a. C.), describió las Guerras médicas y Tucídides (460-395), dejó escrita la obra más grande de la Antigüedad: Historia de la Guerra del Peloponeso.

Atenas fue también la capital de la elocuencia. Desde finales del siglo V a. C., la elocuencia se elevó a la categoría de arte. Existían los así llamados ‘logógrafos’, autores de discursos y creadores de un nuevo género literario, caracterizado por la claridad y pureza del lenguaje. Llegó a ser una profesión lucrativa. Se sabe que el logógrafo Lisias (460-380 a. C.) se hizo de enorme fortuna gracias a su profesión.

El fin de Pericles

A Pericles no le sustituyó ningún gran estadista que hubiera podido continuar su labor. Nicias y Cleón pasaron sin pena ni gloria; más tarde el político y general Alcibíades (sobrino de Pericles) llevó una política poco afortunada, entre guerras contra Esparta y traiciones a Atenas, su ciudad. Fue ensalzado y destituido del mando varias veces, refugiándose finalmente en Frigia, muriendo asesinado más tarde.

La devastadora Guerra del Peloponeso, dio la victoria a Esparta a fines del siglo V a. C. haciendo estragos en Atenas, que perdió definitivamente su hegemonía.