Internet con otras personas se utiliza muchas veces para tapar un vacío y huir de la angustia.

No es lo mismo estar conectados que lograr una comunicación.

La conexión vía internet con otras personas se utiliza muchas veces «para tapar un vacío y huir de la angustia», consideró hoy la psicoanalista Diana Sahovaler de Litvinoff, quien aseguró que ese tipo de vínculo no puede reemplazar la comunicación. Sahovaler de Litvinoff, autora de «El sujeto escondido en la realidad virtual», de Editorial Letra Viva, aseguró en diálogo con la prensa que no es lo mismo estar «conectados» que lograr «una comunicación» La experta sostuvo que con sentarse frente a una computadora y encender la pantalla uno puede sentir que está acompañado, que participa y es reconocido por los otros, pero explicó que esas sensaciones de «familiaridad» que dan «los íconos conocidos» de la web son solo producto de la conexión con el espacio virtual.

La especialista señaló que «cuando entramos en el espacio virtual nos conectamos con los otros, entramos en contacto y de alguna manera aliviamos el vacío, la angustia existencial existente en todos los humanos».

Por eso consideró que «desde el punto de vista psicoanalítico, hay que tratar de entender qué ocurre, qué se pone en juego con esta nueva manera de vincularnos, porque en la actualidad es común que se utilice este medio para tapar el vacío para huir de la angustia».

La experta aseguró que «la computadora ofrece muchas posibilidades pero no puede reemplazar la comunicación entre los sujetos».

«Cuando un sujeto se comunica lo que logra es ser reconocido como persona en su individualidad y eso obliga a un cara a cara, ausente en la comunicación a distancia», aseveró. Sahovaler precisó que el «alerta surge si la persona depende exclusivamente de este medio para interactuar o si nos exponemos sin medir las consecuencias».

En este sentido, destacó que «el cyberespacio invita a compartir fotos, textos, a jugar pero muchas veces no sabemos con quién estamos» y señaló que «como todo, es según el uso que le demos». En su libro, Sahovaler da como ejemplo de estos vínculos a la distancia, a dos personajes de la mitología griega -Psique y Eros- y en el que como condición para la felicidad se obliga a que Psique nunca llegue a conocer a Eros.

«Hay que saber que uno puede conectarse, investigar, jugar y desplegar la fantasía a introducirse en el delito o la perversidad. Lo que sí es seguro que uno no se comunica con el otro como sujeto», aseveró.

La psicoanalista dijo que «cuando uno se conecta entra en contacto, es decir, sólo es un toque, no hay intercambio de afecto y aunque conectarse sirve para muchas cosas, no alcanza para lograr la comunicación». De esta forma, señaló que «al comunicarse, el sujeto es reconocido como persona en su individualidad».

«De ninguna manera conectarse está mal, sólo que hay que tener claro que no es equivalente a la comunicación y tampoco la reemplaza».

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