La danza, una herramienta noble para combatir las fobias

Por Ariadna Faerstein de la escuela de danza Foco (www.focodanza.com.ar)

Los argentinos podemos destacarnos por ciertas cualidades, pero hay algo en lo que entramos en las generalidades de lo que acontece en el mundo actual: cada vez somos más propensos a sufrir fobias. Entre los temores más recurrentes están la claustrofobia y la aerofobia (miedo a volar en avión). Y, aunque parezca obvio, es bueno resaltar que muchas veces no es posible evitar estas situaciones que provocan ansiedad y temor. Ante esto hay posibles alternativas para combatir estas reacciones y miedos, una de ellas es la danza.

La danza es muy eficaz para enfrentar cualquier tipo de miedo, pues ayuda a relajarse y también a desinhibirse. Cuando uno baila, actúa o canta logra vivir ratos de transformaciones, uno juega a ser otra persona y así sacar la vergüenza, miedo o fobia del protagonismo cotidiano. Muchas veces bailando la persona se permite ir más allá de lo que haría solo charlando o asistiendo a una terapia.

Cuando bailamos o nos disfrazamos nos comunicamos desde otro lado. Lo que la persona no se anima a hablar, bailando o moviéndose sale a la luz. Es que el arte hace que uno llegue de otra manera al tema. El arte logra que uno pueda comunicarse desde lo más profundo.

La danza ayuda en todos los sentidos, es 100% eficaz en ese sentido. Por ejemplo, en dejar atrás el miedo a mostrarse: a veces uno se ve en un video y es difícil reconocerse; uno piensa: “cómo me animé a hacerlo”. Y lo que uno logra durante la clase o bailando luego sirve para la vida, para poder ser más expresivo. En actuación y danza se trabaja con el miedo y la vergüenza de cada uno.

En el caso de los jóvenes, la danza los ayuda a que se aflojen, a que pueden encontrase con ellos mismos y puedan salir de cierto encierro que es más propio de la edad. También les da herramientas para relacionarse con sus compañeros, que muchas veces es lo que más ansiedad les genera.

También, las personas adultas acuden a la danza como ayuda para liberarse. Muchos dejan terapia para empezar a bailar o llegan al salón gracias a la propuesta de un profesional de la salud que los anima a buscar un complemento de su psicoanálisis.