La marea debe cambiar: la disminución de las especies marinas y la mala salud de los océanos amenaza el suministro de alimentos de la humanidad

El informe realiza un seguimiento sobre 5.829 poblaciones de 1.234 especies marinas y muestra un descenso del 49% en las poblaciones entre 1970 y 2012. Esto significa que la disminución de poblaciones casi se duplicó en comparación con los estudios anteriores, y da una clara y más preocupante noción de la salud de los océanos. Mientras que la sobreexplotación se identifica como la mayor amenaza para la biodiversidad del océano, el cambio climático está causando que el océano cambie más rápido que en cualquier otro momento en millones de años. Herramientas como la planificación marina espacial, la creación de áreas marinas protegidas y la pesca sustentable son útiles para mitigar algunas de las amenazas que afectan a la biodiversidad marina.

(Miércoles 16 de septiembre) – El Informe Océano Vivo de WWF (la Organización Mundial de Conservación) demuestra que, en promedio, las poblaciones marinas a nivel mundial se redujeron a la mitad en los últimos 40 años, con algunas alcanzando una disminución del 75%. Estos hallazgos representan un problema para todos los países, principalmente, para aquellos en desarrollo que utilizan el ecosistema y sus componentes para el sostenimiento de economía y los medios de vida de la población.

A su vez, revela que las especies esenciales para la pesca comercial y de subsistencia (y, por lo tanto, para la oferta mundial de alimentos) pueden sufrir los mayores descensos en sus poblaciones. Remarcando la severa caída en las poblaciones de peces comerciales, la publicación detalla la dramática pérdida de 74% de las familias de peces que son utilizadas para consumo humano, como atunes, caballas y bonitos.

Mientras que la sobreexplotación se identifica como la mayor amenaza para la biodiversidad del océano, el estudio encuentra que el cambio climático está causando que el océano cambie más rápido que en cualquier otro momento en millones de años. El aumento de las temperaturas y la acidificación (es decir, el aumento de los niveles de acidez del agua) causada por el dióxido de carbono, agravan los impactos negativos de la sobrepesca, la contaminación y la degradación del hábitat.

“La sobrepesca, la destrucción de los hábitats marinos y el cambio climático tienen consecuencias nefastas para toda la población humana, siendo las comunidades más pobres que dependen del mar las más afectadas. El colapso de los ecosistemas oceánicos podría desencadenar un declive económico serio y socavar nuestra lucha para erradicar la pobreza y la desnutrición «, dijo Marco Lambertini, Director General de WWF Internacional.

A la fuerte caída en las poblaciones de peces se suma una reducción de los arrecifes de coral, que podrían desaparecer en todo el mundo para 2050, como resultado del cambio climático. Con más del 25% de todas las especies marinas que viven en los arrecifes de coral y unas 850 millones de personas que se benefician directamente de sus servicios económicos, sociales y culturales, la pérdida de los arrecifes de coral representaría una grave extinción con consecuencias dramáticas para el hombre.

De acuerdo a un estudio previo de WWF, más allá del evidente daño a la naturaleza, las amenazas que enfrenta el océano ponen en riesgo una producción económica anual de, por lo menos, US$ 2,5 billones de dólares y una base de activos global de, al menos, US$ 24 billones.

«La buena noticia es que existen soluciones y sabemos lo que hay que hacer. El océano es un recurso renovable que puede beneficiar a las generaciones futuras si las amenazas son tratadas efectivamente «, dijo Lambertini.

El informe detalla las oportunidades que tienen los gobiernos, las empresas y las comunidades para asegurar un océano vivo. Las medidas importantes para preservar los recursos oceánicos incluyen preservar y reconstruir el capital natural marino, el consumo responsable y dar prioridad a la sostenibilidad.

Para revertir esta tendencia es fundamental que los líderes mundiales prioricen la protección de los océanos y del hábitat costero. La Cumbre Especial sobre Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas que se celebrará este mes en Nueva York, y la Conferencia sobre el Cambio Climático que se realizará en París el próximo diciembre, representan una gran oportunidad para forjar un acuerdo climático global y las bases para preservar el bienestar marino.

A principios de este año, otro estudio de WWF encontró que cada dólar invertido para crear áreas marinas protegidas podría triplicar los beneficios a través de factores como el empleo, la protección de la costa, y la pesca. Ese análisis mostró que el aumento de la protección de los hábitats críticos podría resultar en beneficios netos de entre US$ 490 millones y US$ 920 mil millones acumulados en el período 2015-2050.

La situación argentina

Argentina tiene una de las plataformas continentales más extensas del mundo, más de 1 millón de km2, con una amplia gama de ecosistemas y particulares condiciones oceanográficas que permiten una alta productividad. Nuestro mar sostiene miles de especies de organismos de fitoplancton, de invertebrados y más de 600 especies de vertebrados entre los que se encuentran, por lo menos, 112 especies de peces cartilaginosos, 418 de peces óseos, 82 de aves marinas, 55 de mamíferos marinos y 4 de tortugas. En 2007, 79% de estas especies se consideraban amenazadas de extinción a escala mundial según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Más de 20.000 puestos de trabajo dependen de esta actividad económica que, en 2014 registró el desembarque de más de 785.000 toneladas de recursos pesqueros, de los cuales 33% corresponden a la merluza; 21 % al calamar y 16% al langostino. La Argentina exporta más del 90% de los desembarques, lo que generó el año pasado más de U$D 1500 millones en exportaciones, principalmente de langostino (48%), merluza (18%) y calamar (10%).

Guillermo Cañete, Coordinador del Programa Marino de Vida Silvestre, sostiene que “nuestro mar afronta amenazas significativas por la pesca excesiva y la captura incidental de aves, mamíferos y reptiles marinos que afectan tanto su abundancia como la estructura y funcionalidad de este ecosistema. También se suman impactos localizados por turismo masivo, contaminación, efluentes, desarrollos costeros, tránsito marítimo, y la actividad actual y potencial de la industria del petróleo y el gas”. Sin embargo, resalta que “tenemos el privilegio de contar con mares en relativo buen estado, aún productivos y diversos. Es nuestra responsabilidad hacer un buen uso de ese potencial. Para ello, la Planificación Marina Espacial, una red de Áreas Marinas Protegidas, y la pesca sustentable son los instrumentos más apropiados para lograrlo”.

Informe Océano Vivo (únicamente en inglés): http://awsassets.wwfar.panda.org/downloads/lpr_blue_2015_final_lr.pdf

Acerca de Vida Silvestre
La Fundación Vida Silvestre Argentina es una organización no gubernamental, de bien público y sin fines de lucro, creada en 1977. Su misión es proponer e implementar soluciones para conservar la naturaleza, promover el uso sustentable de los recursos naturales y una conducta responsable en un contexto de cambio climático. Desde 1988 está asociada y representa en la Argentina a WWF, una de las organizaciones independientes de conservación más grande del mundo, presente en 100 países.