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La Masonería Argentina recuerda hoy a sus hermanos Francisco Javier Muñiz y Joaquín V. González

Francisco Javier Muñiz

Fue herido en la lucha contra los invasores ingleses en 1807 cuando
cursaba sus estudios en el Colegio de San Carlos. Poco después defendió la
Revolución de Mayo y a Mariano Moreno en particular.

Estudió Medicina con Cosme Argerich y completó su formación hacia 1824 en
la flamante Facultad de Medicina de la Universidad. Ya graduado, actuó
como médico del ejército, en Chascomús.

Fruto de sus observaciones, descubrió las «ampollas espontáneas» en las
ubres de vacas. En comunicación con la sociedad británica Jenner,
experimentó con vacunas que sustituyeron a las inglesas tras la
prohibición de importaciones ordenada por Rosas en 1838.

Previamente fue cirujano jefe en el ejército durante la guerra con Brasil,
y a instancias de Dorrego, Muñiz trabajó como oficial médico en Luján
donde permaneció durante veinte años en los cuales también profundizó sus
investigaciones sobre paleontología, higiene y climatología. Por entonces,
Manuel de Torres advirtió la existencia de depósitos fósiles de Luján.
Muñiz lo conectó con Burmeister y Ameghino que ampliaron esos estudios y
cedió al gobierno su primera colección.

El Dr. Muñiz regresó a Buenos Aires hacia 1848 donde, además de docente
fue juez del tribunal médico. En 1859 ya como cirujano jefe del ejército
en operaciones, fue gravemente herido y capturado en la batalla de Cepeda.
Desde 1853 se había desempeñado alternativamente como diputado y senador
en la legislatura de Buenos Aires.

Congresal constituyente en 1853 y 1860 estuvo presente en la guerra del
Paraguay, en Paso de los Libres, en la rendición de Uruguayaza, fue
director de los servicios hospitalarios en Corrientes hasta 1868.

Alejado del ejercicio profesional, regresó a la actividad médica en 1871
durante la epidemia de fiebre amarilla, se contagió la enfermedad y
falleció.

El Dr. Francisco Javier Muñiz fue el primer médico argentino que
experimentó con vacunas para las enfermedades de la piel. También fue
autor de un libro sobre la fiebre escarlatina y el primer artículo
argentino sobre obstetricia clínica.

En materia de historia natural fue autor de Voces usadas con generalidad
en las repúblicas del Plata, la Argentina y la Oriental del Uruguay.

Muñiz, cuya vida se extendió entre el 21 de diciembre de 1795 y el 8 de
abril de 1871, integró hacia 1853 la Logia Concordia de la Ciudad de
Buenos Aires y en 1856 se incorporó a la Logia Confraternidad Argentina N°
2.

La Masonería Argentina recuerda hoy a su querido y abnegado hermano
Francisco Javier Muñiz, cuyo nombre designa a uno de los prestigiosos
hospitales de la Ciudad de Buenos Aires.

Joaquín V. González

Uno de los últimos exponentes de la Generación del ’80, nació en
Nonogasta, provincia de La Rioja, el 6 de marzo de 1863. Fue ensayista,
jurista, político y educador.

Estudió en el Colegio Monserrat de Córdoba, ejerció el periodismo a poco
de su graduación, se diplomó como doctor en jurisprudencia y en forma casi
simultánea fue electo diputado nacional. A los 26 años de edad fue electo
gobernador de La Rioja. Integró la comisión de reforma constitucional
(1877) y fue uno de los redactores de la constitución provincial en tanto
ejercía como profesor de historia, geografía y francés.

Desde 1901 integró los gabinetes ministeriales de los presidentes Julio
A. Roca, Manuel Quintana y José Figueroa Alcorta como ministro de
Interior, Relaciones Exteriores y Culto y Justicia e Instrucción Pública.
En 1902 impulsó la reforma electoral que abrió paso a la elección de
diputados socialistas.

Dos años después trabajó en el texto de una ley del trabajo que fue
rechazada por patrones y obreros, fundó el Instituto Nacional del
Profesorado Secundario, que hoy lleva su nombre, e integró el grupo que
organizó la Universidad Nacional de La Plata de la que fue su primer
Presidente.

Joaquín Víctor González escribió La tradición nacional (1888), el primero
de medio centenar de textos con reflexiones históricas y filosóficas.
Entre ellos se destacan Mis Montañas (1893), Educación y gobierno (1905),
El juicio del siglo (de 1913) y Patria y Democracia (1920).

Falleció el 21 de diciembre de 1923, cuando ejercía su banca de senador
nacional.

Fue iniciado masón en la Logia Piedad y Unión N° 34 de la Ciudad de
Córdoba. Su diploma lleva la firma de Domingo Faustino Sarmiento, Gran
Maestre.

En Buenos Aires fue Venerable Maestro de la Logia Libertad N° 48. En 1896
fue designado Pro Gran Maestre, pero renunció para ejercer la Gran
Secretaría. En 1922 se integró a la Logia Bernardino Rivadavia N°172. Fue
también miembro activo, luego honorario, del Supremo Consejo Grado 33° al
que representó en los actos del Centenario de Domingo Faustino Sarmiento.

Su conferencia Orientación moderna de la Masonería constituyó su última
presentación pública, el 25 de noviembre de 1923.

La Masonería Argentina, que se expresa a través de sus hombres, rinde
especial homenaje a su obra, imbuida de los preceptos éticos y morales de
la Institución a la que dotó de enorme prestigio y dejó mejor de como la
había encontrado.

Ángel Jorge Clavero
Gran Maestre