La nueva estrategia oficial: No exenta de costos

Casi como sucede ante un cambio de gobierno, en la última semana continuó la “luna de miel” del mercado con el nuevo gabinete. Si bien en este caso no se trata de un cambio de autoridades, el recambio de elenco dentro del oficialismo implicó un giro de casi 180° en algunas de sus iniciativas que, en lugar de “profundizar el modelo”, apuntan a comenzar a desactivar algunos de los problemas autogenerados por la propia administración kirchnerista, señales que brindaron cierta tranquilidad en la plaza financiera.

El Merval ya acumula un alza del 10,5%, luego de experimentar un traspié inicial el día posterior a los anuncios de los recambios ministeriales (-6,6%), operando en sus máximos históricos, con un crecimiento acumulado del 100% desde inicios de año. Las principales acciones líderes mostraron un fuerte crecimiento, en especial las de las compañías energéticas, a la expectativa de una posible recomposición de tarifas, seguidas por YPF, tras alcanzarse un principio de acuerdo con Repsol acerca de la retribución por la expropiación de sus acciones. También el riesgo país profundizó su tendencia declinante, cayendo a 770 puntos básicos (su menor nivel desde septiembre del 2011), luego de promediar 1.050 puntos a inicios de 2013.

Las acciones de YPF alcanzaron un nuevo máximo tras el preacuerdo firmado con la petrolera española, con un crecimiento del 26%. Como resultado, la capitalización bursátil de la compañía trepó a USD 16.500 millones, duplicando su valor de mediados de 2012 y retornando a valores similares a los previos a la expropiación. Justamente, la oferta de USD 5.000 millones por el 51% en manos del Estado Nacional, es un número intermedio entre el valor de esa porción de la compañía tras la expropiación y su valor actual, el cual podría acercarse a este último computando el monto de intereses a devengar por el título que se entregaría en compensación.

A contramano de este “boom” en los mercados, se aceleró la pauta devaluatoria, junto con una profunda sangría de divisas. Desde la asunción de la nueva conducción del BCRA, el ritmo de la devaluación se duplicó, pasando de una tasa mensualizada en torno al 3% (40% anualizada), a otra del 7% (más del 100% anualizada). Es decir, en las últimas dos semanas, el tipo de cambio oficial duplicó la velocidad a la que se venía deslizando durante la gestión de Mercedes Marcó del Pont.

La aceleración de la devaluación del tipo de cambio oficial coincide con una descompresión del mercado informal y una reducción de la brecha cambiaria. Con fuertes ventas de bonos propios y de la ANSES, el BCRA ha conseguido que algunos inversores del mercado informal se orienten a adquirir divisas a menor precio en el mercado de títulos públicos, ayudando a quitar presión sobre el «blue». Como resultado, la brecha entre el tipo de cambio oficial e informal se redujo de 67% a 58%, mientras que con la del “contado con liqui” cayó por debajo del 40% en la última semana.

Esta nueva estrategia oficial trae necesariamente aparejada una mayor pérdida de reservas. Desde los anuncios del cambio de gabinete, las reservas han disminuido entre USD 150 y 250 millones diarios, lo cual llevó a perder cerca de USD 1.000 en la última semana, un ritmo que, de no mermar, equivale a la friolera de USD 4.000 millones mensuales. Recién ayer hubo un respiro en términos de pérdidas de reservas, pero la estrategia (explícita) del gobierno de acelerar la devaluación del tipo de cambio oficial y forzar un cierre de la brecha cambiaria, incentiva a retrasar la liquidación de exportaciones, acelerar el ritmo de importaciones y cancelar pasivos en el exterior, acrecentando la sangría de divisas a corto plazo.

Hasta dónde se esté dispuesto a perder reservas mientras se logra la anunciada oferta de dólares de mediano y largo plazo, o cuánto se ajuste la tasa de interés para incentivar a los exportadores a liquidar sus ventas externas a cambio de pesos, determinará la velocidad del ajuste de la paridad cambiaria. Este escenario, combinado con algunas medidas como el impuesto a los autos de gama media y alta, que afectará a la dinámica industria automotriz (uno de los pilares de la recuperación en curso), o la búsqueda de menores presiones salariales, influirá negativamente en el desempeño del nivel de actividad en los próximos meses.

A contramano del cambio de escenario que los mercados bursátiles descuentan a mediano y largo plazo, el indispensable accionar requerido sobre el mercado de cambios, no estará exento de costos en el corto plazo.