La orangutana “Sandra” está en condiciones de ser trasladada

Esta fue una de las conclusiones a las que arribaron los dos expertos en comportamiento animal que expusieron en calidad de amicus curiae ante la jueza Elena Liberatori, tras dos meses de observación de la orangutana en cautiverio en el exzoológico porteño, actualmente denominado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como Ecoparque.

La jueza Elena Liberatori, titular del juzgado N° 4 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, encabezó este miércoles por la mañana una audiencia en el marco de la ejecución de la sentencia en la cual se ordenó al Gobierno porteño que garantice el bienestar de la orangutana “Sandra”, en cautiverio desde el año 1994 en el exzoológico local.

“Es una audiencia de divulgación científica, ya que tenemos un informe elaborado por expertos intervinientes en la causa, y que debido a que es muy técnico, el tribunal convocó a este encuentro para entender estos temas. La idea es contar con una explicación por parte de los autores del informe y luego hacer las consultas que surjan”, dijo la magistrada al iniciar la audiencia, destacando que “tras el fallo de la Cámara”, y luego de un año y medio de trabajo en el amparo impulsado por la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales y el abogado Andrés Gil Domínguez, se ha convertido “en una jueza de garantías”.

Ante representantes de la Procuración General de la Ciudad, asesores del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, autoridades del Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires, y público, el biólogo y profesor adjunto de la Cátedra de Bienestar Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, Héctor Ferrari -en calidad de amicus curiae propuesto por dicha casa de altos estudios-, inició su exposición explicando que la tarea efectuada durante los meses de enero y febrero se centra en “generar indicadores que permitan decir del bienestar animal algo más que opiniones”, y comparar estas mediciones centradas en el comportamiento, y su relación con el ambiente y el hombre, con los estudios realizados sobre orangutanes en libertad, su calidad cognitiva y conductual.

Entre las condiciones observadas, el experto destacó que “Sandra tiene una estrecha relación con las personas que la rodean, maneja un sistema de trueques para conseguir cosas, y trata de sustraerse de las presencias tapándose”. “Del tiempo de observación registramos que el 57,48 por ciento del tiempo diurno está inactiva, esto es un problema. Hay mucho tiempo de Sandra donde no está ni desplazándose ni interactuando, comparada con cualquier animal silvestre, ella está mucho tiempo descansando. El lugar donde más tiempo está es en el roquedal junto al vidrio. En las rocas se cubre y se clausura”, subrayó Ferrari, enfatizando que “la clausura sensorial es un problema”, y que si se agrava puede llegar a la automutilación.

En relación a los puntos positivos, el biólogo destacó que la orangutana respondió positivamente al enriquecimiento (propuestas de alimento, agua o algún estímulo) y desarrolló conductas variadas. “Sandra está en un estado de leve depresión, no ve un ambiente que la castigue pero ve un ambiente sin recompensa. Tiene posibilidades de cambiar su vida, otros animales ya no la tienen. El exceso de descanso más la conducta de esconderse permiten concluir que el ambiente la está dañando lentamente. Sandra está en condiciones de ser trasladada a un espacio más grande, tridimensional, pero no debe retirarse del contacto humano hasta que se esté seguro que no será más dañino”, postuló el docente de la UBA.

Ante las diversas preguntas que se generaron, el experto planteó la necesidad de definir si “queremos trasladar a Sandra o queremos mejorarle la vida”, ya que no necesariamente es lo mismo, y que “si sale del país pasa a ser propiedad de otro y los derechos que ganó se perderán cruzando la frontera”.

Coincidiendo con los resultados del informe técnico, el doctor en Ciencias Biológicas y primatólogo Aldo Giúdice, resaltó que “los orangutanes son los homínidos no humanos más inteligentes”, y que “Sandra” -originalmente llamada Marisa cuando llegó al exzoológico porteño- “debería ser tratada como cualquier niño humano, respetando su autonomía”. “Estamos frente a un cuasi humano, Sandra es un ‘orangu-humano’, un ‘orangu-urbano’”, dijo.

En su exposición, Giúdice señaló que en vida silvestre los orangutanes viven hasta 70 años, pero que en cautiverio esta expectativa se reduce “por el gran sufrimiento que les produce”. “Sandra tiene 31 años, es muy joven aún. Cuando va a las rocas, va porque fracasa con el sistema, es un gesto de resignación. Frente a esa resignación a esta situación –ella sabe que está en exhibición-, juega una última carta de resistencia y se tapa como diciendo ‘no me van a ver’. Sandra es un pez fuera del agua, es un animal arborícola en un recinto con piedras”, describió.

Entre las conductas observadas, el primatólogo destacó la utilización del foso como parte de su ambiente y propuso que se le faciliten elementos para subir y bajar a él sin riesgos; comentó que su recinto tenía pasto y se lo comió, sin haber sido reemplazado; mencionó que interactuó con un cachorro de gato en una actitud maternal pero que se le impidió conservarlo; que manipula su materia fecal lo que no es un acto normal para los orangutanes; que “hay que chequearla” ya que no se conoce su estado de salud; y enfatizó que “sus cuidadores necesitan de una guía académica”. “Yo la veo a Sandra con gente, como tía de crías huérfanas. En una nota de La Nación de 2016, la principal experta en el comportamiento de los orangutanes, Birutė Galdikas, dijo que Sandra es bienvenida en Borneo. La Salida para Sandra es Borneo, tratándosela como a los niños”, propuso Giúdice.

Agradeciendo el aporte de los expertos que coincidieron con que la orangutana está en condiciones de ser trasladada y que su hábitat actual requiere, para garantizar su bienestar, de mejoras con más estímulos y espacio, la jueza Liberatori dio por finalizada la audiencia remarcando que “hay un planteo de un cambio cultural y filosófico en la relación del ser humano con los animales”.-