La prehistoria y la primera etapa de la historia de Palermo.

En realidad, puede decirse que emerge del pozo de los siglos, sin saber muy bien en qué metro del mismo se colocó su primer adoquín. Los barrios no nacen de un parto como los humanos, sino que se van plasmado en el tiempo con el correr de los siglos.

En un principio, flora y fauna son sus únicos habitantes. Después, deja paso a los nómadas, sus primeros moradores. Palermo, como otros barrios, tiene una larga prehistoria.

Sus primitivos vecinos fueron, indudablemente, los aborígenes. Al parecer, unos indios blancos, grupos de guaraníes de las islas y ciertos nómadas querandíes. Cultivaban la tierra, eran hábiles canoeros, confeccionaban cerámicas y consumían buena cantidad de pescado procedente del Río de la Plata. Pero, demos un salto en el tiempo. Corre el 1580, don Juan de Garay funda Trinidad. Ese mismo año, reparte a los primeros pobladores de la flamante ciudad una serie de «suertes», partes de tierra de labor separadas. De las 65 suertes, denominadas entonces chácaras, 12 correspondían a la superficie que actualmente abarca Palermo.

Por lo que podemos determinar que fueron 12 los primitivos copropietarios del barrio. Imaginarían estos la colosal fortuna que les había caído en suerte? Ni Diego de la Olabarrieta ni Víctor Casco de Mendoza, como tampoco Pedro Luys, Pedro Fernández, Alonso Gómez, Pedro Franco, Esteban Alegre, Pedro de Izarra, Baltasar de Carvajal, Antonio Bermúdez y José de Suyas- los felices primeros propietarios, junto con Miguel Gómez de la Puerta y Saravia- podían sospecharlo. Entre estos honorables terratenientes, aún no se encontraba entonces quien fuera a dar nombre a lo que hoy corresponde al barrio más amplio de la ciudad de Buenos Aires.

Juan Domínguez Palermo, natural de Palermo (Italia), había llegado a las costas argentinas en 1582. Al no considerársele extranjero, obtuvo prontamente un cargo como alguacil en el Honorable Cabildo, para convertirse finalmente en regidor del Cabildo. Fue Domínguez de Palermo quien da título al barrio. Casado con la sobrina de Pedro Luys, uno de los primeros compradores de las mencionadas suertes, adquiere sucesivas chacras en el terreno hasta hacerse propietario de su mayoría. Sin embargo, las discusiones aún continúan con respecto al origen del nombre de este barrio. Otros lo atribuyen a la costumbre de venerar, en una de las iglesias cercanas, a San Benito de Palermo, un santo italiano de origen africano. Sin duda, el barrio está especialmente vinculado al restaurador de las leyes Juan Manuel de Rosas que, en 1836, se convierte en privilegiado dueño de estos parajes, donde decide levantar su residencia oficial (Avenida del Libertador y Sarmiento).

Pero la historia tiene sus vueltas y, tras la derrota del 3 de febrero de 1852 en Caseros, Juan José de Urquiza, el general vencedor, ocupa esta residencia, luego demolida por completo para dar más aire al parque creado por Sarmiento, viejo enemigo político de Rosas. Llegó la noche del dos de febrero de 1899 en que, tras haberlo festejado con un asado, dinamitaron el edificio y voló por los aires un importante testigo de la historia argentina. En las que fueran las tierras del que supiera ser por varias décadas gobernador de Buenos Aires, se inauguró el 11 de noviembre de 1875 le parque Tres de Febrero, llamado así en conmemoración de la fecha de la batalla de Caseros. Allí se encuentra hoy el gran pulmón de Buenos Aires, entre la Avenida del Libertador y Salguero, la Avenida Rafael Obligado y la Pampa.

Esta es, a vuelo de pájaro, la prehistoria y la primera etapa de la historia de Palermo.