La Sociedad Argentina de Diabetes explicó algunos de los mitos de la utilización de insulina

Herramientas que simplifican el tratamiento de la diabetes

Los pacientes con diabetes que requieren inyectarse insulina (Diabetes Tipo 1 y en algunos casos de Diabetes Tipo 2) se sorprenden al experimentar que la aplicación no duele como pensaban. La inyección de insulina se ha vuelto más cómoda, ya que las agujas son más delgadas y cortas, que hacen que sea indolora y fácil de aplicar. Por eso, La Sociedad Argentina de Diabetes (SAD) advirtió que hay que perderle el miedo a la inyección de insulina y tener en cuenta que hay nuevas herramientas para simplificar el tratamiento de las personas con diabetes.

En algunos casos de pacientes con Diabetes tipo 2 también es importante derribar el mito que comenzar a utilizar insulina será para toda la vida, ya que en muchos casos su implementación puede ser transitoria. Existen pacientes que controlando la dieta y haciendo ejercicio pueden reducir la dosis de la misma. Así también, bajar de peso puede ayudar a disminuir la dosis de insulina.

La incorporación de las lapiceras para la aplicación de insulina (LAI) en sus diferentes versiones demostró una precisión y exactitud que las hace sumamente confiables tanto para el paciente como para los médicos.

Algunas de las ventajas de este sistema son: una dosificación más exacta, producen menos molestias durante la aplicación por utilizar agujas más pequeñas, brindan mejor calidad de vida al paciente, son de fácil utilización en ancianos, niños, adolescentes o embarazadas, son más aceptadas socialmente y permiten mayor flexibilidad y facilidad de uso en la vida diaria.

Los niños suelen tener miedo a las agujas, por eso la SAD recomienda las técnicas de distracción o terapias por medio del juego, sin implicar engaños (por ejemplo, la inyección en un animal de peluche). El miedo y la ansiedad se pueden aliviar al practicar inyectarse respectivamente los padres y el niño con una inyección de solución salina.

En el caso de los adolescentes muchos pacientes son reacios a la inyección y omiten las aplicaciones de insulina, algunas veces por olvido y otras para evitar presiones de otras personas, dolores, por simple rebeldía o por asociar la insulinoterapia con la posibilidad de aumento de peso, que si bien es real, los beneficios de mantener la glucemia dentro de los objetivos supera el incremento de peso que la misma puede provocar.

Es importante enseñar que un olvido o un desliz no es sinónimo de fracaso terapéutico siempre que no se torne cotidiano; incluso flexibilizar horarios de aplicación de insulina acorde a determinadas situaciones (fiestas, salidas, vacaciones, etc.) puede favorecer la adherencia al tratamiento.

El objetivo final es obtener la disminución del riesgo de las complicaciones asociadas a la enfermedad junto con la mejor calidad de vida posible para todas las personas con diabetes que utilicen este tipo de tratamiento.