La última década suma una inflación del 3300% y una pérdida de poder adquisitivo de casi el 70%

Lo afirmó Miguel Calvete, Director Ejecutivo de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas (FESACH) y Secretario Gral. de la Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad Residentes Chinos de la República Argentina (CASRECH), en base a un exhaustivo relevamiento elaborado en las últimas horas sobre los productos que conforman la canasta básica alimentaria. También aseguran que hay una precarización alimenticia marcada por la ingesta de alimentos de menor precio y de bajo valor nutricional.

Según indicó el directivo, “el sondeo fue realizado para la entidad por Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM) cotejando estadísticas, que incluyen datos de los incrementos de precios que se produjeron en los autoservicios chinos y otros comercios de proximidad de todo el país desde el año 2005 hasta la actualidad, y tomando como referencia también la evolución de los incrementos que se registraron durante ese mismo período en grandes superficies de venta como Coto y Carrefour”. (Ver Catálogo de ofertas – Inauguración sucursal Retiro – CABA -de Junio de 2004)

Además, explicó que “se analizaron de manera pormenorizada los Índices de Precios al Consumidor oficiales elaborados por el INDEC y los otorgados por las consultoras privadas y por el IPC Congreso”.

El informe destaca que durante los últimos diez años el impacto inflacionario golpeó muy fuerte el bolsillo de los argentinos. Calvete manifestó que “de 2005 a 2015 se registraron subas de entre el 1000 y el 3200 por ciento en los principales productos que integran la canasta básica alimentaria”. (Ver infografía comparativa de precios)

Al tope de los incrementos se encuentra la carne, en sus diferentes cortes, trepando a un 3,275 %, con un costo por Kilo de $2.90 en 2005 y un precio promedio de $95 en la actualidad. Algo parecido ocurrió con el kilógramo de papas que pasó de $0,32 a $8,50 en el mismo período, registrando un aumento del 2659%. El podio de los productos que más aumentaron en la última década se completa con el kilo de arroz, que costaba $1,25 y ahora se ubica en los $28, con un impacto inflacionario del 2244 %.

Otro de los alimentos básicos que más se incrementó para los consumidores es la docena de huevos, que valía $ 1,29 y ahora sale $23, alcanzando una estampida en su costo del 1782 %. En tanto, en quinto lugar se encuentra el litro de leche, cuyo valor era de $0,68 y trepó a $10,50, como barato, en los últimos días, marcando una inflación para ese producto esencial del 1544 %.

Finalmente, en último lugar, el alimento que menos ha aumentado es el kilo de pollo, que se ubicaba en $2,99 hace 10 años y hoy se comercializa aproximadamente a $32, mostrando una suba no menos importante que se ubica en el 1070%.

Además, el representante del supermercadismo chino en el país resaltó que “ese exorbitante impacto inflacionario también produjo una pérdida del poder adquisitivo del salario de un 68%”. En ese punto, el dirigente también argumentó sus palabras con datos, y explicó que “en 2005 con un Salario Mínimo Vital y Móvil de $800 se podían hacer un promedio de 85 compras de canastas básicas integradas por los seis alimentos mencionados anteriormente” y que, por el contrario, “en la actualidad, con un Salario Mínimo Vital y Móvil de $5580, sólo se pueden hacer 27 compras mensuales de esos mismos productos”. (Ver infografía – Salario vs Consumo)

Al respecto, Calvete consideró que “esos números demuestran con contundencia que, a pesar de que el salario de los trabajadores se incrementó casi siete veces en su valor en la última década, la pérdida de capacidad de compra se redujo unas 58 veces”.

Pero eso no es todo, porque el relevamiento marca otro índice desfavorable, en este caso para la salud de los argentinos, y que tiene que ver con “la precarización alimenticia”, marcando una considerable depreciación en la calidad alimentaria del consumo. Esto se ve reflejado en los cambios de hábitos que se observan estadísticamente a través de las compras que los consumidores concretan para hacerle frente a las consecuencias de la inflación. (Ver Infografía – Calidad alimentaria del consumo)

Por ejemplo, el informe de INDECOM detalla que entre 2005 y 2015 se produjo una baja considerable en el consumo per cápita anual de carne vacuna, que pasó de 63 kg a 59 Kg, y, en contraposición, se observó un aumento en la ingesta de fideos secos que pasó de 6,55 kg anual por persona a 9, 25 kg. El trabajo estadístico también destaca que “hay mucha gente que está optando por marcas sustitutas en distintas categorías de productos como galletitas, otros derivados de harinas y gaseosas”.

El referente del supermercadismo de proximidad explicó que “ha habido un cambio en la cabeza de los consumidores, que han comenzado a mostrar una conducta de sustitución de productos para abaratar costos” y agregó que “este cambio es mucho más acentuado en el interior del país y en el Conurbano bonaerense que en aquellos locales ubicados en Capital Federal”.

Además, señaló que “el hecho de que la última década haya registrado un proceso inflacionario promedio ponderado que supera el 3000 % hace que la gente este cuidando mucho más su salario y que busque nuevas alternativas de consumo”.

Por último, el informe también contempló un análisis sobre los resultados obtenidos desde la aplicación del Programa de Precios Cuidados y concluyó en que “estadísticamente en los últimos dos años ha sido casi nulo el impacto de ese plan estatal para bajar la inflación”.

El sondeo destacó que “la aplicación de ese acuerdo no ha sido correcta, dado que les negó la participación a las pymes, tanto comerciales, como industriales, nunca logró instalarse en los autoservicios de proximidad, y en las grandes superficies funciona muy poco porque hay faltante de la mayoría de los productos”.

Finalmente, Calvete manifestó que “todos estos datos demuestran a las claras que el nuevo gobierno debe trabajar inmediatamente para bajar la inflación en el marco de un panorama de cambio que aporte previsibilidad, con políticas mucho más claras que no traigan a cuesta la mala experiencia de la ejecución de acciones que salieron muy mal cuando debieron haber salido bien”.