La vanguardia bajo la lupa de la artista Tracey Emin

La multiartista británica Tracey Emin, que expone sus videoperformances en el Malba hasta el 25 de febrero, reunió en su libro «Proximidad del amor» algunas de sus columnas publicadas en The Independent para componer un mosaico del costado menos glamoroso del universo de la plástica y la vanguardia.
El libro fue publicado en coedición por el Malba con la editorial Mansalva -que dirige el poeta Francisco Garamona- y lleva un prólogo de Cecilia Pavón.
Emin (Londres, 1963) es una de las artistas más celebradas y controvertidas de la escena británica actual, portadora de una obra intensamente personal y emotiva que gravita en torno a la inmediatez y a una autenticidad única.
Durante casi cuatro años, entre 2005 y 2009, la videasta escribió una columna semanal para The Independent de Londres que aparece condensada en esta obra, bautizada en inglés como «MyLife in a Column».
Emin estudió en el Maidstone College of Art y en el Royal College of Art de la capital inglesa; se dedica al video, performances, pintura, instalaciones, fotografías, bordados y esculturas.
En 2007, representó a Gran Bretaña en la Bienal de Venecia; fue nombrada miembro de la Royal Academy of Art y recibió un doctorado honorario del Royal College of Art; trabaja y vive en Londres.
Las columnas publicadas en The Independent, «un diario verdaderamente independiente», al decir de Emin, retratan los usos, modos de vida y costumbres de la alta burguesía de la moda y la vanguardia europea, en una clave no tan graciosa como suele retratar la prensa que vive de esos insumos.
La artista no tiene remilgos a la hora de contar las miserias afectivas en las que se encuentran enfrascados muchos miembros de un negocio donde prolifera la anorexia, la bulimia, la dipsomanía y las adicciones.
«Las columnas (de Emin) seleccionadas fueron escritas una década después de su consagración como una figura central del arte inglés, y la muestran ya instalada en la fama y el éxito», relata Pavón en el prólogo.
«Viaja por el mundo y se aloja en hoteles de lujo. Circula por las fiestas de estrellas, toma el té con la reina y viaja en jet a la Bienal de Venecia con los integrantes de los Rolling Stones», retrata.
Emin cuenta de la importancia de los sueños en su producción, quizá rememorando su estirpe, la de la poesía romántica inglesa, la que va de Lord Byron a Mary Shelley.
Para Pavón, sin embargo es -sobre todo- la relación con su propio trabajo lo que la vuelve un personaje atípico en el arte de hoy: «Para ella, una obra de arte no es un constructo, como para la mayoría de los artistas contemporáneos, sino una combinación orgánica de su psiquis y su cuerpo: y ahí reside el poder que irradia su trabajo», escribe.
Después, claro, se suceden las columnas, algunas de época, como una dedicada a las Navidades: «¿Qué es lo que me produce tanta tristeza en Navidad? ¿Y por qué la odio tanto? La respuesta es simple: es una verdadera aflicción para mi alma. Realmente me lastima», se pregunta y contesta Emin.
(…) «Siempre tengo el plan de pasar sola Navidad. Después siempre caen amigos que me secuestran. ¿Saben una cosa?, yo doy todo el año. Me molesta que me obliguen a realizar actos de generosidad, delirantes y molestos», relata la artista.
Más adelante, una reflexión sobre los sentimientos: «Festejá el amor; es posible que nunca aparezca. Decímelo a mí. Apagón mental. El viernes fue un poco agotador. Pero ¡qué cantidad enorme de invitaciones recibí! Mi mensaje de texto preferido fue el que mandó mi amigo Charles Henry desde París: `Tracey no sos gorda, no sos fea… solamente estás sola», confiesa Emin.
«Todas las fiestas, todo el glamour: Montecarlo, Shirley Bassey, helicópteros, piletas de natación, Yves Saint Laurent, Valentino, todo. ¿Pero dónde está la invitación a acurrucarse en la cama y ver televisión? Quizá la descarté hace mucho sin darme cuenta. Junto con el picnic en el campo, o la ida al supermercado para comprar los ingredientes de esa cena íntima. Todas las mañanas espero esa invitación», se pregunta Emin.