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Las cámaras de seguridad de la Ciudad son inútiles para encontrar al asesino del ingeniero

La gestión de Horacio Larreta termina en papelón. Las cámaras de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires son inútiles o no cumplen con sus objetivos puede deberse a varias razones:

Falta de monitoreo activo: Si las cámaras de seguridad no son monitoreadas activamente en tiempo real o no hay suficiente personal para hacerlo, es posible que no sean efectivas para prevenir o responder a incidentes en curso. Las cámaras pueden grabar eventos, pero si nadie las supervisa en tiempo real, pueden no ser útiles para detener delitos o incidentes en el acto.

Mala ubicación: La efectividad de las cámaras de seguridad depende en gran medida de su ubicación estratégica. Si se instalan en lugares incorrectos o no se ajustan para cubrir áreas críticas, es posible que no capten la información necesaria para prevenir o resolver incidentes.

Falta de mantenimiento: Las cámaras de seguridad requieren un mantenimiento regular para funcionar correctamente. Si no se realizan las actualizaciones de software, la limpieza de lentes y la reparación de fallas técnicas, pueden volverse inútiles con el tiempo.

Calidad de la imagen deficiente: Si las cámaras utilizadas no tienen una resolución de imagen adecuada o no están equipadas con características como visión nocturna, es posible que no sean útiles para identificar a personas o vehículos en condiciones de poca luz o en eventos que ocurran lejos de la cámara.

Falta de integración: Para que las cámaras de seguridad sean efectivas, es importante que estén integradas en un sistema de seguridad más amplio. Si las cámaras no se conectan a una red de comunicación que permita una respuesta rápida de las autoridades pertinentes, su utilidad puede ser limitada.

Problemas de privacidad: En algunas ocasiones, las cámaras de seguridad pueden generar preocupaciones sobre la privacidad de los ciudadanos. Si no se implementan políticas adecuadas para proteger la privacidad de las personas, es posible que la comunidad se muestre reacia a aceptar la presencia de cámaras de seguridad en la ciudad.

Falta de coordinación: La falta de coordinación entre las agencias encargadas de la seguridad y la gestión de cámaras de seguridad puede llevar a una utilización ineficiente de los recursos y a una respuesta lenta a incidentes.

Expectativas poco realistas: A veces, las personas pueden tener expectativas poco realistas sobre lo que las cámaras de seguridad pueden lograr. Esperar que estas cámaras eviten todos los delitos o resuelvan instantáneamente todos los incidentes puede llevar a una percepción de inutilidad.

Inhuman los restos del ingeniero civil asesinado en Palermo

Los restos del ingeniero civil Mariano Barbieri, asesinado el miércoles por la noche en los bosques del barrio porteño de Palermo, fueron inhumados esta mañana en el cementerio de San Fernando, mientras los investigadores continuaban abocados a identificar al homicida.

El cortejo fúnebre partió a las 9.34 desde la casa funeraria Lestrade, situada en 3 de Febrero 737, hacia el cementerio municipal de San Fernando ubicado en la avenida Sobremonte al 2700, a casi 30 cuadras de distancia.

Familiares y amigos de Barbieri, algunos de ellos con paraguas, llegaron al lugar en silencio y bajo la lluvia despidieron los restos de la víctima.

En tanto, los investigadores seguían analizando las cámaras de seguridad en busca de alguna pista sobre el paradero de un hombre de unos 30 años que vestía un buzo colorado y que se convirtió en el principal sospechoso del asesinato.

El fiscal en lo Criminal y Correccional 36, Marcelo Munilla Lacasa, recibió en las últimas horas el resultado positivo de sangre humana hallada en el cuchillo que fue secuestrado en el marco de la causa, aunque ahora deberán establecer si pertenece al ingeniero asesinado en base a una comparación de ADN que demandará varios días.

A su vez, el informe preliminar de la autopsia reveló que Barbieri murió de una sola puñalada que ingresó entre seis y siete centímetros en el tórax y le afectó el corazón.

Una fuente de la pesquisa aseguró a Télam que se logró «localizar al testigo que la noche del hecho llamo al 911 y brindó una descripción más detallada de cómo fue el ataque y de la descripción del agresor».

Ese testigo es un vecino que paseaba a su perro por el parque y habló de «un hombre de una edad promedio de 30 años y que vestía un buzo colorado, jeans y zapatillas», detalló la fuente consultada.

El testigo también ratificó que a Barbieri (42) lo mataron durante un asalto, que la víctima luchó con su agresor y que llevaba consigo una mochila.

Con los datos aportados por el vecino, los investigadores analizaron en primer lugar las cámaras del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) que captaron el paso de varias personas, pero cuando baja el sol las filmaciones entran en estado nocturno y solo se observan en blanco y negro, lo que hacía imposible corroborar el testimonio clave.

Sin embargo, una cámara de seguridad privada captó al sospechoso de «buzo colorado», con lo que se logró el «match» entre la declaración del testigo presencial y las imágenes, dijo un investigador.

A partir de la descripción del sospechoso, el fiscal Munilla Lacasa intentaba lograr conseguir imágenes nítidas del sospechoso, para poder reconstruir su ruta de llegada y de escape.

Por ello, el fiscal se reunió con autoridades de la Secretaría de Seguridad porteña y de la Policía de la Ciudad, y acordaron conformar un equipo de visualizadores especializados del CMU y de la División Homicidios para analizar todas las cámaras de seguridad de la zona.

El jueves los perros rastreadores marcaron el rastro olorífero de la víctima en la zona de la plaza Sicilia donde se secuestraron un cuchillo de acero inoxidable con mango de madera -encontrado por periodistas-, una manta y una mochila vacía que ahora se investiga si pertenecía a Barbieri y si es la que vio el testigo.

Los peritos de la Policía Científica confirmaron que el cuchillo presentaba restos de sangre humana, por lo que ahora se elaborará un ADN para ser comparado con el patrón genético de Barbieri.

Además, se aguardaba un peritaje en busca de alguna huella dactilar en el mango de madera del cuchillo.