Las muertes por falta de actividad física ya se acercan a las que causa el tabaco.

pizza2En la Argentina se producen anualmente unas 39.000 mil muertes por causas asociadas a la falta de actividad física en personas de entre 40 y 79 años, una cifra cercana a los 40.000 decesos anuales que provoca el consumo de tabaco, informó el Ministerio de Salud de la Nación.

“En Argentina, como en el resto del mundo, la inactividad física se ha convertido en uno de los peores enemigos de la salud porque, al igual que el tabaquismo o la obesidad, produce una importante carga de enfermedad, discapacidad y muerte”, aseguró el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur.

Según el funcionario, “el aumento de inactividad física en el último tiempo es notable y, de no producirse un cambio de hábitos en la comunidad, se prevé que para 2016 el 64,8% de los argentinos será inactivo”.

Una investigación recientemente publicada por la revista médica británica The Lancet muestra «que la inactividad física aumenta el riesgo de muchas condiciones adversas para la salud, incluidas las principales enfermedades no transmisibles como la enfermedad coronaria y cerebrovascular, la diabetes tipo 2, y el cáncer de mama y de colon, y acorta la esperanza de vida».

«Debido a que gran parte de la población mundial está inactiva, esto se presenta como un importante problema de salud pública”, resume la investigación titulada «Efecto de la falta de actividad física en las principales enfermedades no transmisibles en todo el mundo: un análisis de la carga de la enfermedad y la esperanza de vida».

Al analizar información estadística del Ministerio de Salud de Argentina, la investigación revela que ya se producen anualmente unas 39.000 mil muertes por causas asociadas a la falta de actividad en argentinos de entre 40 y 79 años.

De acuerdo a los resultados del estudio, a nivel mundial la inactividad física causa el 6% de la carga de morbilidad por cardiopatía coronaria, el 7% de la diabetes tipo 2, el 10% de cáncer de mama y el 10% de cáncer de colon.

Unos 5,3 millones de las 57 millones de muertes que se produjeron en todo el mundo en 2008 tienen origen en que la gente no se mueve.

El objetivo del trabajo fue cuantificar el efecto de la inactividad física en las enfermedades no transmisibles, mediante la estimación de cómo podrían evitarse ciertas patologías si las personas inactivas se convirtieran en activas, y para estimar la ganancia en esperanza de vida al nivel de la población.

En Argentina se realizó en 2009 la Segunda Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) para Enfermedades No Transmisibles, cuando se entrevistaron a 35.000 personas mayores de 18 años.

Desde la primera encuesta (2005) a esta segunda, la inactividad física se incrementó de manera significativa: pasó de 46,2% a 54,9%.

Según estimaciones realizadas por la Dirección Nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, de mantenerse esta tendencia la inactividad física ascendería para 2016 al 64,8% de la población.

En las dos escuestas se detectó «una correlación entre diabetes e inactividad física, evidenciando que a mayor incremento en la inactividad física existe un mayor crecimiento de la prevalencia de esta patología», explicó Eduardo Bustos Villar, secretario de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias.

De acuerdo con esas encuestas las mujeres realizan menos actividad física que los varones (58,5% y 50,8%, respectivamente) y también los adultos mayores son más sedentarios.

«La tendencia al incremento de la inactividad física que se registra puede relacionarse con ciertos cambios socioculturales y del entorno», reflexionó Marina Kosacoff, subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud.

Y en este sentido, mencionó «la aparición de nuevas tecnologías, que produjeron distintas formas de recreación y trabajo, el incremento del parque automotor, la reducción de la utilización del transporte público y la prolongación de la jornada laboral».