Legisladores opositores preocupados por el estado del Zoológico de Buenos Aires

Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los legisladores Marcelo Ramal (FIT), Adrián Camps y Virginia González Gass (PSA), Hernán Rossi y María Inés Gorbea (Suma +), Pablo Bergel (VerdealSur) y Gustavo Vera (Bien Común), junto a integrantes del grupo #SinZoo, recorrieron el zoológico porteño guiados por los trabajadores, con el objetivo de verificar las principales irregularidades que desde hace tiempo se vienen denunciando, entre ellas, el descuido y la falta de mantenimiento de numerosos edificios, la falta de seguridad para el personal y las malas condiciones de habitabilidad de los animales, todas producto del vaciamiento y falta de inversión por parte de la concesionaria. La empresa fue avisada e invitada a participar de la visita, pero ningún representante se hizo presente.

Todos los legisladores coincidieron en que el estado actual del zoológico de Buenos Aires es «calamitoso y preocupante» y que si bien es necesario un debate que culmine con su reconversión en un espacio educativo, de investigación y rehabilitación de especies autóctonas, «el Gobierno de la Ciudad tiene que hacerse cargo de la situación de manera imnediata, porque hay cuestiones urgentes que no pueden esperar al vencimiento de la concesión».

Para el diputado Vera, «fue una recorrida de terror. Lo que vimos ni siquiera cumple con los requisitos de la vieja estructura de zoológico medieval; es casi un campo de concentración. Como si hubieras ido a visitar la cárcel de Devoto y te encontrás con Capucha y Capuchita de la ESMA». En el mismo sentido, Malala Fontán del grupo #SinZoo calificó al zoológico como un «campo de concentración para animales». «Esperamos que pronto haya una intervención por parte del Gobierno de la Ciudad, porque queremos llegar a la implementación de proyectos de reconversión con algún animal vivo», agregó la referente animalista.

Por su parte, Hernán Rossi afirmó: «El estado del zoológico da vergüenza. Una sociedad que se precie de ser moderna no puede tener animales hacinados; tenemos que evolucionar y reconvertir al zoológico en un centro de conciencia ambiental». «Con el nivel de desinversión y descuido actuales no hay solución; la única consecuencia posible es el sufrimiento de los animales y el maltrato a los trabajadores», aseguró el diputado Bergel.

Para Marcelo Ramal, «el proceso de vaciamiento se va a agudizar a medida que se acerque la fecha de vencimiento de la concesión. Por eso, entendemos que corresponde su rescisión, integrar plenamente al zoológico al patrimonio de la Ciudad e iniciar un debate respecto de su reconversión».

Ya en el año 2008, un informe de la auditoría advertía sobre el estado de destrucción y peligro de derrumbe de los edificios -protegidos por ley como patrimonio histórico de la Ciudad-; con el consecuente peligro para las personas y los animales. «Los trabajadores nos mostraron lo que no se ve. Sus lugares de trabajo y los recintos internos donde descansan los animales, permanentemente expuestos a edificios con peligro de derrumbe, falta de condiciones mínimas de seguridad, suciedad, escombros, fierros, oxido. La concesión termina en el 2017 y estos peligros hay que resolverlos ahora. El Zoológico pertenece a la Ciudad de Buenos Aires, al igual que los animales y los trabajadores son del Sutecba; el concesionario tiene su parte de responsabilidad, pero el responsable último es el Gobierno. Entonces, si el concesionario no cumple, ellos tienen que resolver este problema y de manera inmediata», advirtió Adrián Camps.

Para los trabajadores del zoológico «hay responsabilidad de las dos partes: por un lado la concesionaria que no cumple con los que se comprometió a realizar y, por otro, el Gobierno de la Ciudad que no controla. La empresa concesionaria nunca mostró interés por el bienestar animal ni por las condiciones laborales de los trabajadores; no vemos por qué cambiaria de parecer. Por eso pedimos que se intervenga el zoológico y que el Gobierno se haga cargo de la situación».

Desde la Comisión interna de SUTECBA en el zoológico contaron que «la gente expresa en el libro de quejas la desilusión que genera el paseo, porque se nota que está venido a menos, que hay descuido en los animales por la falta de inversión. Por eso, para nosotros es muy importante poder mostrar la parte interna del zoológico, que se vea que esta empresa no está poniendo la parte que le corresponde para que el patrimonio de la Ciudad, al finalizar la concesión, permanezca vivo para lo que siga después, que en este caso esperamos que sea la reconversión del zoo en un centro educativo y de conservación. Sin embargo, estamos seguros que con la falta de inversión eso no va a suceder, vamos a tener más perdidas de animales y de patrimonio».