Lita Boitano y Gustavo Carrara recibieron el premio Alicia Oliveira 2017 de la Defensoría

La presidenta de la organización Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y el flamante obispo auxiliar de la Ciudad de Buenos Aires recibieron la distinción de manos del Defensor del Pueblo Alejandro Amor y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

La secretaria general y titular del Consejo para la Vigilancia, Promoción y Protección de los Derechos Humanos de la casa, Silvina Penella, recordó en sus palabras de apertura la conmemoración del 69º aniversario del Día Internacional de los Derechos Humanos, y aseguró que “este premio nos encuentra celebrándolos. Se trata de un premio que reconoce el rol de los y las defensores y defensoras de los derechos humanos”.

Además, destacó la decisión política de Alejandro Amor de instituir este premio: “Como Defensoría nuestra misión constitucional también es reconocer y distinguir a quienes día a día luchan por los derechos de todas las personas. Visibilizar las inequidades e injusticias no es un rol sencillo”.

Recordó a Alicia Oliveira, primera Defensora del Pueblo de la Ciudad, a quien definió como “una voz que se alzó con compromiso en tiempos de democracia y en Dictadura. El premio lleva su nombre como forma de reconocimiento a su inmensa trayectoria”.

Por último, dedicó unas palabras a los galardonados. Definió a Lita Boitano como “una enorme luchadora de los derechos humanos, que desde hace 41 años viene aportando a la recuperación de la memoria”; y sobre el padre Carrara sostuvo que “es uno de esos sacerdotes que vive y comparte el día a día con quienes más lo necesitan. El premio pretende ser también un reconocimiento a todo ese grupo de curas que hicieron una opción por los pobres y trabajan en las villas”.

A continuación, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, resaltó la importancia de “poner en evidencia las acciones reconocidas. Estos premios son un aliciente, una forma concreta de demostrar cariño y amor, y alientan a seguir caminando”.

Sobre los homenajeados, aseguró que “merecen mucho este reconocimiento. Hoy es un día para sonreír y caminar con esperanzas porque todo lo que hay para cambiar depende de nosotros. En esos años donde ya nos pesa lo vivido, esta caricia hace mucho bien”.

Por su parte, el Defensor del Pueblo Alejandro Amor revindicó la entrega conjunta: “Así como al año pasado la decisión fue darle el reconocimiento a Estela, este año había que profundizar esta línea porque la realidad nos obliga a reafirmar nuestro compromiso. Hoy el compromiso por la Memoria, la Verdad y la Justicia tiene que ser más fuerte en cada uno de nosotros para que no hay nunca más un desaparecido”.

Indicó asimismo que “en la Argentina que nos toca vivir, según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, hay más 13 millones de pobres. Ese no es un dato estadístico, es una llaga abierta que tenemos la obligación de comenzar a cerrar. Las cuentas fiscales del Estado no cierran, si no cierran las cuentas sociales. Los problemas no están en los números, los sufren las personas. Se trata de seres humanos a los que el Estado abandonó, y es nuestra responsabilidad hacernos cargo. Porque donde el Estado está ausente, se genera un para-Estado, que muchas veces está ligado a organizaciones delictivas”.

Sobre el trabajo del padre Carrara y otros curas villeros, señaló que “es un compromiso de vida, están presentes donde el Estado no está. Llevan a cabo una tarea silenciosa y extraordinaria en los lugares de mayor conflictividad”.

“Para los defensores y defensoras de los derechos humanos, el compromiso es hacerse cargo de los más vulnerables. A todos nos toca defender de distintas maneras a esas personas, luchando contra la Sociedad del Descarte, redoblando nuestro compromiso con la Verdad, la Memoria y la Justicia, y con la construcción de una sociedad más justa. Nos somos el cargo que tenemos, sino militantes de la vida”, concluyó Amor.

En sus palabras de agradecimiento, Lita Botano, presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, llamó a que “no nos peleemos entre nosotros, sigamos juntos a pesar de las diferencias. Le pido a la generación que tiene la edad de nuestros hijos que no dejen de seguir luchando, para que los más jóvenes no tengan miedo”.

Por último, Gustavo Carrara aseguró que “recibo el premio en nombre de una acción comunitaria. Hoy me toca aparecer a mí, pero el premio es para una comunidad que se organizó para ponerse al servicio de los más desprotegidos, y que con pequeños gestos y gran amor hace algo para tratar de vivir mejor”.

Sobre el Premio Alicia Oliveira

En 2016, el Defensor del Pueblo porteño Alejandro Amor lanzó en el ámbito del Consejo de Derechos Humanos de la institución el premio “Alicia Oliveira” en honor a la doctora Alicia Beatriz Oliveira, quien en 1998 fue la primera Defensora del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y como reconocimiento a su lucha y sus aportes en la promoción y tutela de los derechos humanos.

La distinción tiene como fin homenajear a personas que -como ella- dedicaron su vida a esta causa y cuyos méritos en la promoción y/o protección de los derechos humanos representan un aporte ineludible para el desarrollo de un estado de derecho.

Incansables, imprescindibles, irremplazables. Los caminos recorridos por Boitano y Carrara dan cuenta de su férrea militancia por los derechos de los más necesitados, y constituyen la mejor evidencia de que esa antinomia entre derechos humanos “del pasado” y “del presente” es falsa, porque el trabajo emprendido por ambos no distingue de épocas, atraviesa el tiempo y constituye un aporte ineludible en la lucha por un mundo más justo y digno. Por eso este homenaje y nuestro agradecimiento constante por todo lo que nos dieron y, seguramente, continuarán dándonos en su tarea cotidiana. ¡Gracias Lita, gracias Gustavo!