Los mitos más comunes sobre la seguridad perimetral

“No confío en la electrónica, yo me siento mas tranquilo si sé que está el vigilador”.
“ Yo prefiero la cámara de video”.
“ Es que al cable lo pueden cortar…”

Estos son solo algunos de los argumentos que mas frecuentemente escuchamos de parte de administradores y propietarios de countries y barrios cerrados, cuando proponemos un sistema de protecciòn perimetral por medio de cables sensores. Pero como todo mito, puede ser desterrado con información. Veamos uno por uno:

“Me siento mas tranquilo si sé que está el vigilador”.
Aun con el avance de la tecnología en todos los ordenes de la vida, hay muchas personas que no confían en la electrònica, y se sienten mas protegidos viendo o sabiendo que circula un vigilador.
Sin embargo, en los countries suele haber solo 6 o 7 hombres para cubrir toda la superficie. Muchos se desplazan en bicicleta o a pie, y aunque recorren la cuadricula asignada, tiene que cubrir un espacio de 200 m2 y también cuidar que nadie ingrese a través del perímetro. Cada hombre a cargo de la vigilancia quizá que recorrer 400 metros de una a otra punta del espacio que tiene asignado, de modo que si hay un incidente, puede no llegar a tiempo (hay que recordar que los countries no suelen tener calles rectas, y que además hay muchos lomos de burro para regular la velocidad con que circulan los autos durante el día).
Por otro lado, para aprovechar mejor el espacio, muchas veces se construyen viviendas que limitan con el circuito exterior. Los custodios no pueden acceder a esa parte del perímetro para vigilarlo, y ese espacio queda librado a la protección que le brinde (o no) cada propietario.

“Prefiero una cámara que filme todos los movimientos”.
Lo cierto es que detrás de la cámara tiene que haber alguien observándola. Si esa persona se distrajo unos segundos por cualquier motivo y en ese momento alguien saltó la cerca, aunque la cámara lo haya filmado, el vigilador no lo vió.
Además de posibles distracciones involuntarias, pueden ser victimas de situaciones de engaño deliberado (por ejemplo, que un intruso genere un ruido a la derecha para luego ingresar por la izquierda, etc ). Por eso, confiar solo en el control que pueda ejercer el servicio de protección humana es muy arriesgado.
La seguridad electrónica reduce la incidencia de los errores humanos, pero quienes operan cada uno de los sistemas y deciden qué acción desarrollar según lo que esté pasando, son las personas. Cuando ambas herramientas se complementan todo funciona mejor, porque mientras la tecnología permite tener mayor precisión en el control del perímetro, la seguridad humana direcciona su fuerza hacia donde existe un posible evento, resolviendo más rápido, pues ya está en el lugar y toma las medidas necesarias.

“Pueden cortar el cable”.
Siempre es posible que un intruso quiera cortar el cable, pero el cable sensor “avisa” cuando alguien pasa por arriba o por debajo, cuando lo cortan, cuando alguien lo pisa, lo golpea o lo quiere dañar de cualquier manera… En ese momento, el vigilador tiene que concurrir para comprobar que pasó. Pero en vez de recorrer todo el predio o el perímetro, puede ir puntualmente al lugar del hecho, dado que el cable sensor le indica exactamente el lugar en que fue afectado.

“ No necesito proteger el perímetro, porque tengo perros y alarmas”.
. Si el inmueble posee una alarma estará protegiendo sus bienes internos, pero no impedirá que alguien ingrese al perímetro de la casa. La primera barrera contra un intruso es poner un cerco perimetral al predio.
Años atrás, cuando el usuario pensaba en la seguridad de su casa o empresa, como elementos de protección elegía cámara de TV o una alarma. Pero hoy la tendencia es la integración general de tecnologías. Con esto nos referimos a la gestión común de la seguridad electrónica (alarmas, monitoreo perimetral, video vigilancia por circuitos cerrados de TV, etc.) y a la seguridad física (casillas con vigiladores y perros, muros, y barreras en los accesos a un predio, por ejemplo).

La protección perimetral electrónica es un conjunto de dispositivos que brinda un aviso, y da tiempo al personal de seguridad para que tome acciones preventivas ante un hecho delictivo o anómalo. Funciona las 24 horas, y transforma al alambrado perimetral en un detector inteligente permanente, que ademas emite datos para ser monitoreados por el personal a cargo.

La idea es que todos los sistemas de seguridad trabajen de una manera cada vez más sistémica. Lo que hoy se recomienda a nivel mundial, es que la seguridad física esté respaldada por un sistema de seguridad electrónica y responda a éste, apoyada por un sistema de monitoreo remoto de cada uno de los elementos.
Ambas metodologías pueden integrarse para dar respuestas adecuadas. Pero en estos casos, lo mejor es que los dispositivos electrónicos se adapten a los sistemas de alarma si los hay, o cuando se trata de un country, que se sumen a las tareas de la empresa de seguridad privada. Una no es excluyente de la otra: al contrario, se necesitan.

Por Dario Zyskindowicz, Presidente de Aliara (www.aliara.com)