Los tesoros del Palais de Glace: se exhiben grandes fotografías que van de 1975 a 2016

La muestra «Patrimonio Fotográfico» reúne 52 obras de reconocidos fotógrafos argentinos, fueron adquiridas entre 1975 y 2016 a través del concurso Salón Nacional de Artes Visuales.

 
Cruzada por la fuerza de lo testimonial y la sugerencia de lo artístico, la muestra «Patrimonio Fotográfico» reúne 52 obras de reconocidos fotógrafos argentinos de la talla de Adriana Lestido, Marcos López y Nicola Constantino, que el Palais de Glace atesora y que podrán verse desde este viernes en el barrio porteño de Recoleta.

Las fotografías, que reconocen diversas estéticas, fueron adquiridas entre 1975 y 2016 a través del concurso Salón Nacional de Artes Visuales, e integran el patrimonio del Palais de Glace y del Ministerio de Cultura de la Nación.

La muestra está integrada por imágenes convertidas en ícono: como la lograda por Helen Zout del rostro de Jorge Julio López, desaparecido en septiembre de 2006 luego de declarar contra el ex comisario de la policía bonaerense Miguel Etchecolatz, condenado a perpetua por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar.

O la impactante imagen tomada por Rafael Calviño del teniente Maguire, quien lo amenaza a punta de pistola, el 17 de abril de 1987 cuando estalló una sublevación militar carapintada que intentaba una amnistía para los represores que aún quedaban procesados o condenados, luego del establecimiento del juicio a las juntas militares.

En este sentido, la muestra contiene fotografías que mantienen «cierto carácter documental, que en ocasiones deja entrever signos de su época», según explica el director del Palais de Glace, Oscar Smoje.

La exposición funciona también como un compendio «de problemáticas sociales, momentos históricos y coyunturas específicas que dejaron sus huellas en el imaginario social y consecuentemente en las obras artísticas», agregó.

Por eso, «se encuentran referencias a la marginalidad, a la periferia social, los ecos de la dictadura y aspectos de la crisis política y económica de los primeros años del siglo», sostuvo.

En otro tono, «Criollitas», una fotografía color pintada a mano de Marcos López nos introduce en el mundo de lo decididamente estético, donde el fotógrafo privilegia lo sensorial y busca el goce por medio del estí­mulo. Una imagen que atrapa por la pregnancia de los colores, con la figura en primer plano de un hombre cuyo rostro surcado de arrugas lleva un cigarrillo colgado de los labios. Está al borde de una ruta y tiene a sus espaldas un enorme cartel de las galletitas que dan nombre a la fotografía.

Otras juegan con la producción artística en la concreción de la imagen como «Turbulencias», de Ataúlfo Pérez Aznar; «El fantasma del vino», de Ramón Tejada; «El espectro de la rosa», de Rubén Osvaldo Lago; «Desnudo II», de Alicia Sanguinetti; «Autorretrato», de Nicola Constantino.

Hay obras que responden a un imaginario social, como «Vías», de José Luis Rodríguez Bellinzoni; «Ultima cena chatarra», de Eduardo Tilcara Maurizio o «Formas de vida», una toma panorámica sobre el puerto de Buenos Aires, de Gabriel Díaz.

Y también retratos que comunican a través de la mirada el desamparo, la resignación o la explotación, como se hace evidente en «El árabe», de Federico Pérez; «Mendigo Ebrio», de Carlos Ronzsentroch; y otra de la serie «Chaco salteño», de Guadalupe Miles.

Mientras que «Fany Carolina», de Marcia Duhagon, impacta con la imagen de una mujer transgénero, cuyos exuberantes pechos al aire parecen definir toda su identidad; y la paradigmática «La Salsera» de Adriana Lestido, en blanco y negro, que representa la mirada intimista del mundo femenino de esta fotógrafa cuya obra reúne además las series «Madres e hijas» y «Mujeres presas».

La muestra permite apreciar un panorama de las variadas poéticas de la imagen fotográfica que fueron destacadas por diferentes jurados a lo largo de estos últimos 15 años, y cada obra funciona como una ventana al universo personal del artista, develando sus preocupaciones, sus modos, sus intenciones y sus obsesiones.

Organizadas en orden cronológico, la exhibición propone una lectura historicista de la fotografía y visualizar las distintas resoluciones técnicas y estéticas puestas en juego en el tratamiento de las imágenes.

El Salón Nacional de las Artes Plásticas comenzó en 1911 y contemplaba las disciplinas de Escultura y Pintura. La Fotografía tuvo su primera aparición con el Salón Nacional de Arte Fotográfico que se inició en 1974 y se extendió hasta 1989.

Fue recién en 2000, cuando se unieron todas las disciplinas en el certamen, que la Fotografía fue incorporada definitivamente al Salón Nacional de Artes Visuales.

La muestra «Patrimonio fotográfico» se inaugurará este viernes a las 19, y se exhibirá hasta el 16 de abril a las 20. Podrá visitarse los sábados, domingos y feriados de 10 a 20; y de martes a viernes de 12 a 20.