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Los trastornos de ansiedad en los niños.

La ansiedad normal es una emoción psicobiológica básica adaptativa ante la percepción de un peligro presente o futuro. Su función es la de motivar conductas apropiadas para dichas situación. Frecuentemente, usamos términos como estar muy inquieto, estar muy nervioso y estar muy tenso para describir sensaciones de ansiedad.



Es normal sentirse ansioso

Es normal sentirse ansioso, y la ansiedad puede fluctuar de niveles muy bajos hasta niveles tan altos que el rendimiento social, personal y académico pueden verse afectados. En niveles moderados, la ansiedad puede ser útil, porque aumenta nuestra atención al peligro o nos indica que necesitamos actuar de alguna manera. La ansiedad puede surgir de circunstancias reales o imaginarias. Por ejemplo, un estudiante puede sentirse ansioso sobre el rendimiento de una prueba (real) o puede estar demasiado preocupado de decir algo incorrecto y ser ridiculizado (imaginaria). Debido a que la ansiedad es el resultado de pensar acerca de acontecimientos reales o imaginarios, casi cualquier situación puede crear el escenario para que ocurra.

Ansiedad y desarrollo

La ansiedad es parte del patrón normal de desarrollo que se exhibe de manera diferente a medida que los niños crecen. Todos experimentamos ansiedad en algún momento y la mayor parte de las veces, podemos enfrentarla de manera positiva. Algunas personas se sienten ansiosas sobres asuntos específicos, como hablar en público, pero son capaces de rendir bien en otras actividades, como en interacciones sociales. Otras personas pueden tener niveles tan altos de ansiedad que su habilidad general de funcionar se ve afectada. En estas situaciones, se puede necesitar asesoramiento u otros servicios.

Infancia y edad preescolar.

Los miedos infantiles no son iguales en todos los niños, pero la mayoría de los miedos son universales y comienzan en los primeros meses de vida. Entre los cero y los tres meses las situaciones que mas atemorizan a los niños son los ruidos fuertes y la pérdida súbita de soporte. Entre los siete a los doce meses de edad, los niños muestran temor frente a los extraños, a la separación de los padres y a objetos que aparecen bruscamente. Antes de ese momento, la mayoría de los bebés no dan muestras de inquietud excesiva al estar frente de personas desconocidas. Cuando surge la ansiedad frente a los desconocidos, es la señal de que comienza un período de desarrollo cognitivo en el que los niños comienzan a discriminar entre personas.

Un segundo hito en el desarrollo de los bebés ocurre entre los 12 y los 18 meses, cuando los niños pequeños que empiezan a caminar manifiestan una ansiedad por la separación. Ellos se angustian cuando sus padres los dejan por períodos cortos de tiempo por ejemplo: cuando la madre deja la casa, para ir a hacer alguna compra, también lo manifiestan frente a ruidos fuertes y a los animales. El niño o niña puede llorar, rogar que no lo dejen, y tratar de evitar la salida de sus padres. A pesar de ser penoso, este comportamiento normal es una señal de que el niño es capaz de distinguir a sus padres de otros adultos, y está consciente de la posibilidad de que no regresen. El miedo frente a la separación de los padres se ira haciendo cada vez menor en la medida que el niño va teniendo más recursos y comienza a sentirse más seguro.

Edad escolar.

A partir de los dos años, cuando el niño ingresa al jardín de infantes, son los ruidos fuertes y los animales, además de la separación de los padres lo que los atemoriza. A los tres-cuatro años podemos observar que las mascaras y la oscuridad son otro de los miedos observables. A los cinco-seis años las lesiones corporales y seres sobrenaturales, son las que suelen causarles aprehensión y se suman a los miedos, antes mencionados. A los siete-ocho los miedos predominantes son al estar solo y a hacer el ridículo. Entre los nueve y los doce años, los exámenes escolares, el aspecto físico y la muerte son preocupaciones comunes que generan ansiedad. Entre los doce y los 18 años el miedo fundamental es el de no ser aceptado por sus pares. Hoy en dia este miedo se ve aumentado, ya que el tema de ser popular y tener amigos, influenciado por las redes sociales es de vital importancia a esa edad. También existen temores relacionados con la autoestima refiriéndonos a la capacidad intelectual y al aspecto físico.

Trastornos de ansiedad

· Trastorno de ansiedad por separación. En este trastorno los niños muestran una ansiedad excesiva cuando se separan del hogar o con sus cuidadores. Los síntomas que pueden aparecer son: una marcada preocupación por la salud o seguridad de los padres, la insistencia a dormir con estos, miedo a estar solo, angustia frente a la separación y síntomas somáticos cuando anticipan la separación.

· Trastorno de ansiedad generalizada. Este trastorno se caracteriza por una excesiva preocupación y ansiedad en una variedad de situaciones de la vida cotidiana. Las preocupaciones no son siempre las mismas, van cambiando a lo largo del tiempo. Los síntomas más frecuentes son: la preocupación excesiva y difícil de controlar quejas por malestar físico, irritabilidad, por ejemplo: miedo a lastimarse. Es frecuente que estos niños eviten por lo tanto la realización de actividades físicas.

· Trastorno por estrés postraumático. Este trastorno ha sido históricamente asociado con los ex combatientes. También se ve en personas que han pasado por experiencias personales traumáticas, como la pérdida de un ser querido, asalto físico o sexual, o una catástrofe natural. Los síntomas pueden ser: ansiedad frente a situaciones que puedan identificarse a sucesos traumáticos, juegos repetitivos donde aparezcan temas o aspectos del trauma, sueños terroríficos donde con diferentes contenidos.

· Fobia social. Este trastorno se ve en niños que tienen ansiedad y temores excesivos de participar en situaciones sociales o miedo a interactuar con personas que no sean familiares o amigos. Los síntomas son: el llanto, oposición y berrinches cada vez que se debe enfrentar una situación social, miedo intenso a la crítica y a la humillación

· Trastorno obsesivo-compulsivo. Las características incluyen pensamientos repetitivos que son difíciles de controlar (obsesiones) o la necesidad incontrolable de repetir actos específicos, como lavarse las manos constantemente o colocar objetos en el mismo orden siempre (compulsiones), repiten frases o palabras, borran lo que escriben o dibujan repetidamente.

· Fobia especifica. Este trastorno de ansiedad es muy frecuente en los niños y se caracteriza por un temor exagerado o irracional a un objeto o situación interfiriendo de manera negativa en las áreas en que el niño debe transitar. Las más frecuentes son: a los animales, a la oscuridad, a ir a la escuela y a irse a dormir. A diferencia de los miedos evolutivos, estos no desaparecen luego de algunos meses a partir de su aparición.

Intervenciones

La ansiedad es una experiencia común para los niños, y muy frecuentemente, no se necesita intervención profesional. Sin embargo, si la ansiedad es tan grave que su niño o niña no puede hacer las tareas que se espera que haga, entonces la intervención puede estar indicada.

¿Necesita mi niño ayuda profesional?

Responder a las siguientes preguntas podría ser útil para decidir si su niño o niña necesita ayuda:

¿Es la ansiedad típica para un niño o niña de esta edad?
¿Aparece la ansiedad en situaciones específicas o es más generalizada?
¿Es un problema que ha durado bastante tiempo o es reciente?
¿Qué sucesos pueden estar contribuyendo a los problemas?
¿Cómo se ven afectados el desarrollo personal, social y académico?
Si la ansiedad es atípica para la edad del niño o niña, ha perdurado por largo tiempo, no parece mejorar, y está causando problemas significativos, entonces se recomienda hablar con un profesional, como el psicólogo escolar, quien podría recomendar a un profesional especialista en ansiedad.

Rendimiento escolar. Los niños con ansiedad pueden tener dificultades con el trabajo escolar, especialmente con las tareas que requieren una concentración sostenida y organización. Muchas veces estos niños son catalogados como vagos e irresponsables cuando en realidad lo que les sucede es la imposibilidad de concentrarse y realizar tareas que deben efectuarse paso a paso para poder ser llevadas a cabo con buenos resultados.

Conclusión

La ansiedad no tratada puede llevar a la depresión y a otros problemas que pueden continuar en la edad adulta. Sin embargo, los problemas de ansiedad pueden ser tratados efectivamente, especialmente si se ha hecho una detección temprana. A pesar de que no es realista ni aconsejable tratar de eliminar completamente toda la ansiedad, en general la meta de la intervención debe ser que el niño o niña pueda regular su ansiedad de manera en que no interfiera en las situaciones que debe enfrentar en su vida cotidiana.

– Acerca de Patricia Gubbay de Hanono:
Directora de Hémera. Obtuvo su licenciatura en Psicología en la Universidad de Buenos Aires en 1975. Perfeccionó su formación psicoanalítica de grado y postgrado en grupos de estudio y análisis didáctico. Trabajó en el servicio de psicopatología del Hospital Fernández y siguió su formación en el Centro de Medicina Psicosomática, completando su formación psicoanalítica en la Escuela de Psicoanálisis de Niños. Realizó un Master en Neurolingüística, Gestalt e Hipnosis Ericksoniana y en Terapia Cognitiva. Continuó su formación en Terapia Familiar Sistémica. Desde el año 1994 comienza a especializarse en el diagnóstico y tratamiento de los Trastornos de Ansiedad y actualmente trabaja con las técnicas de tratamiento más avanzadas en el abordaje de estos trastornos. Es miembro de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad y la Asociación Argentina de Terapia Cognitiva, escribiendo trabajos y participado activamente en congresos de actualización en esta área.

Actualmente dirige grupos de formación para terapeutas y coordina grupos centrados en la investigación de la incidencia de la ansiedad y el estrés en las distintas etapas vitales.

Lic. Patricia Gubbay de Hanono
Directora de Hémera

www.hemera.com.ar / info@hemera.com.ar