Más grieta: Larreta apura clausuras de las milongas en medio del Mundial de Tango

Ayer Viernes 18 de agosto, 19 hs, en el Obelisco los tangueros le dijeron no a la política criminal e ignorante de Horacio Rodríguez Larreta Jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Decenas de personas protestaron a ritmo de tango por el cierre progresivo de las milongas, los espacios culturales en los que los porteños practican el popular baile argentino. En el acto, que tuvo lugar a pocos metros del emblemático Obelisco, la Asociación de Organizadores de Milongas (AOM) denunció a la Agencia Gubernamental de Control por sus practicas fachistas.

Las elecciones de las PASO volvió mas clausuradores al PRO en una dinámica muy peligrosa de cierres administrativos sin entender que el Tango como las milongas son cultura. «las PASO al Macrismo les puso las pilas para cerrar más espacios culturales, los porteños cada vez están mas estupidos y fachos» le dijo a Palermonline Noticias Fede, un bailarín de milongas.

La milonga es género musical folclórico rioplatense, típico de Argentina y Uruguay y de la cultura gauchesca. Dicen que la palabra tango es anterior al baile y que por el año 1803 figuraba en el diccionario de la Real Academia Española como una variante del tángano, un hueso o piedra que se utilizaba para el juego de ese nombre. Pero ya en 1889 la institución normativa de la lengua incluía una segunda acepción del tango como «fiesta y baile de negros y de gente de pueblo en América». Sin embargo, debieron pasar casi 100 años para que el diccionario definiera al tango como «baile argentino de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro, difundido internacionalmente».

La Asociación de Organizadores de Milongas
– Que el Estado fomente, promueva y acompañe la difusión y práctica del tango en todas sus formas en todo el territorio de la ciudad, tal como está previsto en las leyes y pactos firmados.
– Que cesen las clausuras arbitrarias y se promueva y facilite la adecuación de los espacios culturales sin suspensión de actividades (salvo situaciones de riesgo tal como dicta la ley).

#ElTangoNoSeClausura es un colectivo, diverso y heterogéneo, no partidario, de personas y organizaciones que amamos el Tango como danza, como música y -sobre todo- como hecho social vivo, vigente, en constante crecimiento y transformación.

La razón de ser del colectivo es la preocupación ante la sostenida persecución, clausura y descuido de los espacios donde el tango se desarrolla, particularmente las milongas. Tan solo un ejemplo, tres de los espacios históricos más representativos se encuentran actualmente cerrados como resultado de la negligencia del Estado en la protección del patrimonio cultural: Cochabamba, Sunderland y La Ideal.

Sostenemos que el tango vive en las milongas, que son su corazón: sin milongas no hay tango, no hay encuentro.
Creemos también que el tango, como identidad rioplatense y patrimonio cultural de la humanidad, requiere de un especial cuidado y fomento en todos los espacios posibles.

En Buenos Aires, cuna del tango, las milongas nuevas se ven obligadas a funcionar bajo formatos clandestinos, las milongas en espacios públicos ven constantemente amenazada su continuidad y las milongas formales están asfixiadas por las presiones tarifarias en un contexto económico recesivo.

Por esos motivos, #ElTangoNoSeClausura exige:

Que cesen las clausuras arbitrarias y se levanten las clausuras vigentes sobre los espacios culturales, particularmente aquellos relacionados con el tango.

Que el Estado modifique la legislación de habilitaciones atendiendo a la realidad del hecho social cultural, particularmente la milonga, teniendo en cuenta sus diversidades y acompañando a los espacios para lograr su adecuación sin interrumpir las actividades arbitrariamente.

Que el Estado vele particularmente por la preservación y continuidad de los espacios históricos del tango y la cultura, parte fundamental de su patrimonio simbólico.

Que el Estado fomente, promueva y acompañe la difusión y práctica del tango en todas sus formas en todo el territorio de la ciudad. En ese sentido, exigimos el acompañamiento a las instituciones educativas artísticas, formales y no formales, semillero de profesionales de la música, la danza, el teatro entre otros, actores sociales en general que mantienen viva nuestra tradición cultural.

Larreta y su falta de historia cultural o la cultura de plástico comprada en EEUU

De fecha imprecisa y origen aún más incierto, hay teorías que remiten a sus raíces negras y otras que aseguran su origen inmigratorio. Lo cierto es que a mediados del 1800, los conocidos conventillos de la pujante ciudad de Buenos Aires se llenaban de paisanos del interior, «gringos» recién bajados del barco y varios porteños de pocos recursos que, quizás para diferenciarse o para generar arraigo, marcaron con impulso propio las nuevas expresiones populares.

Mezcla de códigos cerrados y con lenguaje particular, el tango germinaba en las casas de baile, orillaba el Riachuelo, los boliches de carreros y cuarteadores, los conventillos del barrio sur. Por esos años, muchos de los inmigrantes venían solos y las pocas mujeres que venían se encontraban en las academias o en las casas de citas.

La Buenos Aires de los ’80 poco a poco se descubría en las academias y en los teatros. En las comedias, zarzuelas y otras obras, los actores empezaron a cantar y bailar tango.
Las academias, también llamadas peringundines, funcionaban sólo bajo autorización en los suburbios o barrios alejados del centro y, si bien en principio eran sólo para hombres, después incorporaron mujeres contratadas para bailar.

La Historia del Tango
Los guapos, compadritos y malevos se encontraban en el Café Sabatino, el Almacén de la Milonga y el Viejo Bailetín del Palomar. En los boliches de la calle Necochea de La Boca, empezaba a escucharse esta música alegre, juvenil y pícara que, bajo el ritmo del dos por cuatro, ejecutaban Rosendo Mendizábal, Eduardo Arolas, Angel Villoldo y otros autodidactas que componían sin conocer las partituras.

El tango dejaba de ser exclusivo del arrabal para internarse poco a poco en el centro de la ciudad. Los organitos callejeros lo difundían por los barrios donde era común ver parejas de hombres bailando en las calles.

Esencialmente porteño, muchos escritores consideran que el tango de finales del ’80 combinaba varios estilos de música. En él estaría involucrada la coreografía de la milonga, el ritmo del candombe y la línea melódica, emotiva y sentimental de la habanera. Pero también recibió influencia del tango andaluz, del chotis y del cuplé, a los que se agregan las payadas puebleras y las milongas criollas.

Se cree que el primer compositor de tango fue Juan Pérez, autor del tango Dame la Lata. Sin embargo, es muy probable que hayan existido otros autores y canciones anteriores. Además de la obra de Pérez, las primeras composiciones fueron El Tero y Andate a la Recoleta.

Si bien sus orígenes todavía polemizan las mesas de café de los tangueros, no se discute el prestigio y reconocimiento que adquirió internacionalmente.

Como toda auténtica expresión artística, el tango desentraña nuestra inextricable condición humana, revelando el espíritu porteño. Quizás debido a esta verdad, vive en los barrios de Buenos Aires y en las academias de Japón, en las calles de París y en los centros culturales neoyorquinos.