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La homosexualidad reprimida de los rugbiers asesinos

La homosexualidad reprimida de los rugbiers asesinos

La homosexualidad reprimida de los rugbiers asesinos. En el barrio se los denomina literalmente «maricas«. Al que pega en grupo a un solo varón entre varios ó a mujeres indefensas.

El más «putazo» es Máximo Thomsen.

Su agresividad se debe quizás lo violaron de chiquito, posiblemente su padre o su tío o algún primo y no lo pudo superar. Finalmente será la mujer de los penales. Finalmente deberá lidiar con su homosexualidad.

Podemos definir la homosexualidad como la inclinación que una persona siente hacia otra de su mismo sexo. Sí una persona homosexual no es consciente de serlo, o es consciente pero no lo manifiesta abiertamente, podemos hablar de homosexualidad reprimida. Aquellos que rechazan su propia orientación sexual a menudo dudan de sus pensamientos, de sus gustos y sensaciones.

La homosexualidad deprimida suele derivar de un entorno hostil, plagado de homofobia. La educación es clave a la hora de desarrollar la tolerancia y, como todos, las personas LGBT se ven influidos por el contexto social en el que se desarrollan.

Thomsen dice que él reaccionó «tirando patadas» al recibir «una piña en la cara».

Máximo Thomsen dijo esta tarde al declarar en el juicio que se le sigue junto a siete rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa que al salir del boliche “Le Brique” sintió que le “pegan una piña en la cara” y que él reaccionó “tirando patadas”, aunque no sabe “a quién” ni “dónde”, y reiteró que “jamás” tuvo “intenciones de matar a nadie”.

«No sienten culpabilidad, pareciera que están en su mundo», dijo la mamá de Fernando Báez Sosa

Graciela Sosa Osorio, la madre de Fernando Báez Sosa, aseguró hoy que pareciera que los ocho rugbiers que están siendo enjuiciados por el crimen de su hijo «no siente culpabilidad» por lo que hicieron, le pidió a los padres de los imputados que no se le acerquen y volvió a pedir «Justicia» para que “no haya otro Fernando”.

«Yo como madre siento que no sienten culpabilidad. Pareciera que están en su mundo. Uno los mira y no lo puede creer porque son chicos de la edad de Fer que tendrían que estar disfrutando con sus familias», dijo Graciela a la prensa esta mañana, al llegar a los tribunales de Dolores y cuando le preguntaron cómo ve a los acusados en la sala de audiencias.

La mamá de la víctima señaló que si los imputados no hubiesen cometido el crimen, ellos estarían «con Fernando felices».

«Ya estaría en tercer año de abogacía, ya estaría trabajando y siendo feliz con nosotros. El día a día es muy difícil porque sentimos que tenemos esa necesidad de estar con Fer abrazándolo, compartir un domingo de familia. No tuvimos más Navidad, Año Nuevo, Día de la Madre, Día del Padre, nada», remarcó.

Consultada sobre los papás de los acusados, Graciela pidió que no se le acerquen, ya que prefiere mantener la distancia.

«Como yo no los conozco a ellos, espero que no se me acerquen porque por ahí se me acercan y me dan un abrazo sin saberlo. A esta altura yo ya no espero nada. Estoy tranquila y cuanto más lejos, mucho mejor», dijo.

Sobre la audiencia de ayer, donde se abrazó tanto con el testigo Tomás Bidonde, que le pidió disculpas por no haber podido ayudar a Fernando, como con Virginia Pérez Antonelli, la chica que le hizo RCP, Graciela aseguró que 2era inevitable el abrazo».

«Me emocioné mucho cuando ese chico se me acercó me dio un abrazo y me pidió perdón. Yo no tengo nada que perdonarle, al contrario, le agradezco muchísimo que venga a dar su testimonio por Fernando y le dije que fuera muy feliz», comentó, y sobre Virginia, agregó: «Le agradecí muchísimo por haber querido salvar la vida de Fernando».

La mujer dijo que junto a su marido, Silvino, sienten que «es muchísima la gente» que los apoya «día a día» y que eso les «da energía para participar del juicio».

“Son momentos difíciles escuchar estos testimonios, no es fácil. Cómo lo asesinaron, cómo le tendieron esa emboscada a mi hijo, nadie podía salvarlo porque ya él, estando en el piso inconsciente, le seguían dando patadas y patadas. «Por eso, pido Justicia por Fernando y para eso estamos acá fuertes, y espero que no haya otro Fernando», concluyó.

«Es imposible que en un debate un acusado se pueda reír», dijo el defensor de los rugbiers

El defensor de los ocho rugbiers sometidos a juicio en los tribunales de Dolores por el crimen de Fernando Báez Sosa dijo hoy que «es imposible» que los acusados se puedan reír en un debate y explicó que ayer todos ellos se quitaron los barbijos porque a medida de que el tiempo pasa «se puede presumir que no va a haber contagio de riesgo».

«Es imposible, muy raro, que en un debate se pueda un acusado reír», expresó el letrado Hugo Tomei al ser consultado al respecto por la prensa cuando ingresaba al edificio judicial para participar de la quinta audiencia del juico que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores.

Además, aclaró que en las primeras jornadas todos ellos tenían colocado barbijos y que ahora comenzaron a quitárselos ya que «cuando las cosas van avanzando y se puede presumir que no va a haber contagio de riego, se puede prescindir».

Ante una pregunta sobre si en esta nueva ronda de testigos más técnicos, que incluye peritos, comienza el juego de la defensa, Tomei fue categórico: «El juego empezó hace tres años y ahora estamos en la etapa final del proceso, se están dando ciertas cosas que estamos presuponiendo y ahora escucharemos a los peritos».

Sobre el desarrollo del debate hasta ahora el defensor agregó: «Es un juicio que el tribunal está llevando muy bien adelante, las partes estamos cómodas en la litigación, hay un ámbito en el que se puede discutir, es muy importante».