«Mentira Superstar en era Millennials» Eduardo Sanguinetti, Filósofo, poeta y performer argentino

Los «Millennials», ¿abogarán a favor de los temas sustanciales, que degradan nuestra condición de ‘seres’ pertenecientes a la especie más depredadora del planeta?, o sólo se remitirán a operar en tecnología de punta, al servicio de banales instancias virtuales, simulando interés social y de inclusión, para seguir tendencias y encontrar renombre y éxito,… la rebeldía y descontento, fueron habituales en todas las generaciones de la historia de la civilización… la virtualidad como modo de vida, fue instalada por estos «Millennials», construidos bajo la poderosa bota del neoliberalismo, en lenguaje digital, proyectando sus frustaciones de existencias con horizontes mutantes en Instagram, paraíso del espejo narcisístico tendencia «Millennials»… siempre con el smartphone en mano… los «Millennials», quienes necesitan imperativamente el apuntalamiento tecnológico, ¿tienen conocimiento de que el espacio de la política y la cultura es el de la mentira?, ¿realmente han sentido la libertad y la verdad en la realidad carnal?… desde sus perfiles apolíticos, volátiles y volubles, resistirán desde la ‘tekné’ online, las mentiras de la política, que ya no dejan de tener contenidos inocultables que provocan una instancia paradójica en secretos develados, que todo ciudadano avezado no deja de conocer y deplorar, deviniendo en estos una sensación de impotencia e indignación producidos por la violencia diferida del vector al que apunta la mentira: la necesidad de un sentido que no existe.

El Intelectual debería tener un rol esencial, en su tarea irrenunciable de instalar la Verdad en la “Sociedad de la Mentira”, de todos modos me resulta imposible definir al “Intelectual Millennial», si es que existe tal categoría, con sentido de aparentar, de conductas egocéntricas y narcisísticas… imitadas por toda una comunidad, que se debate en estado de ausencia de personalidad, de inseguridad material y espiritual, huérfanos de un “tiempo sin tiempo”, donde el poder simulado en democracias “de la diferencia”, los abandonaron a su suerte y a las consecuencias atroces de vivir sin justicia, bajo la mirada infame y farsesca de la degradante historia de los medios de comunicación y el imperio de las redes sociales: Twitter y Facebook y lo que vendrá con un futuro incierto… esclavos del materialismo ilusorio, en un mundo donde la ‘Banalidad’ impuso su violencia y criminalidad… siempre bajo la mirada «hacker» de la generación Millenialls, predigital y postdigital, donde la edad ya no importa, sólo en la actitud y aptitud para enfrentar la «Mentira Superstar».

Creo que el método del intelectual relativizador del accionar criminal del poder, consiste también en calcular una justa irrupción de la verdad: “debe decir lo que se cree que no debe decirse”. Hoy, cuando me refiero a la figura del intelectual hablo de aquellos que, más allá de toda profesión, ejercen un discurso público y opinan sobre los grandes temas de un mundo que se debate entre la mentira y el poder de quienes la imponen e instalan. Tengo un gran respeto por los intelectuales, que a pesar de amenazas y peligros se pronuncian sobre los temas que esclavizan a la comunidad… tecnología incluida, en manos de trolls rentados, o ¿no están al tanto que somos observados y vigilados estemos donde estemos?

La verdad, debe ser velada a los ojos de los ciudadanos por las corporaciones económico mediáticas, de opinión excluyente y monolítica, al servicio del pensamiento único, donde la libertad de expresión brilla por su ausencia en el planeta virtual del simulacro, es asustadiza, huidiza y sobre todo, un “refugio de la mentira elevada a símbolo”… me imagino que no lo ignoran los estafadores del milenio, que celebran las fastuosas ceremonias fúnebres, de la vida en naturalidad y espontaneidad, donde la intimidad era sagrada… «Millennials» el ‘eterno retorno’ (Nietzsche dixit) de lo que se pensaba superado.

Dan asco, las inmundas mentiras de gobernantes, que no dejan de publicitar el estado de ‘felicidad’ al spiedo, que venden a pueblos indigentes y temerosos, que obedientemente desandan el sendero de la esclavitud… mitómanos presidentes, que cual conductores de programa de TV, lanzan proclamas cargadas del peor humor ‘noir’, que tiene como blanco, al ciudadano común… y la estafa sigue, de todos modos, han ganado su guerra privada, ‘jamás declarada’… y los poseedores del conocimiento, vencidos, pero con la dignidad intacta, desactivados en su capacidad de argumentar públicamente, cual instancia lúdica, con estos bestiales funcionarios, ignorantes y con neurona en función de repetir lo que le dictan asesores, contratados en usinas de empresas de publicidad de ‘objetos perecederos’, nos remiten al silencio, aplicando la extorsión con reiteradas amenazas, algunas cristalizadas en atentados a nuestra vida.

¿Hay que ser “moderado” entonces?, ‘onda’ «Millennials», en cada acto de vida-sobrevida, pues el poder y sus ‘trolls’, se aprovechan de cualquier ‘falta’ a la reglamentación totalitaria neoliberal, para imponer “controles” y disimular la extensión del control, sobre todo pensamiento libre que exista… No lo acepto bajo ningún término, soy simplemente yo y la vida es breve y mejor transitarla en libertad, entonando las melodías que hemos aprendido, en tiempos, donde se llamaban a las cosas por su verdadero nombre.

Los pueblos no son ajenos a ‘gran estafa’, como loros barranqueros repiten lo que escuchan, cuando de argumentar se trata… los que sabemos que la realidad se cocina en las usinas del poder, nos encontramos en un atolladero, pues ¿de qué manera desargumentar?, si hemos perdido la guerra, por ahora… estos cobardes «Don Ninguno», mintiendo, robando y asesinando, nos robaron la vida y la libertad de expresión, con una sola intención: lucrar con la vida de la humanidad, para luego enviarla a una muerte segura.

La mentira se ha vuelto muy popular… la mentira se ha convertido en ‘Superstar’ de este tiempo, elevada a símbolo de los comportamientos que siguen millones de habitantes del planeta, por temor, por patologías varias o simplemente como nuevo deporte de las neoburguesías faranduleras y oligarquías plutocráticas reinantes, animadas de esplendor cosmiátrico.

Mi discurso, no tiene la cobertura de prensa de los grandes medios corporativistas del planeta, como en tiempos predigitales lo ha tenido, será que es desestabilizador de la farsa y antepone la sustancia de la verdad nutrida de argumentos válidos, muy bien fundados, a la mentira institucionalizada… medios con los que me he negado sistemáticamente a negociar… medios conformados por corte de personajes ridículos, clero secular de arrastrados ‘medio pelo’ rentados/as y sus acólitos, intentando encontrar la palabra, sin “animus”, en empantanadas notas iluminadas con luz de neón… medios que monopolizan toda la publicidad de chatarra, consumida por millones de ciudadanos y viralizada por los «Milllennials», tan volubles y volátiles a la hora de innovar.

Ciudadanos, con sonrisa dibujada, felices en su condición de ser simplemente piezas de un juego demencial, de consumo y mentira, esperando sin saberlo a la nueva generación de «Centennials», que sustituirán a los «Millennials»… parece son más prágmaticos y duros a la hora de accionar desde la tecnología última generación con fecha de vencimiento, vigilando constantemente que la «Mentira Superstar» se encuentre en el Top Ten de la pirámide de la simulación… a no preocuparse, en un mes Santa Claus, llega en su trineo cantando viejos villancicos, sponsoreado por «basura vintage», que ha tomado posesión de la Navidad y toda su implicancia simpáticamente pagana, para ateos, creyentes y agnósticos, tal mi caso: un «Baby Boomer», perteneciente a una generación que ha mantenido sus principios y fines, con voluntad, persistencia, austeridad, animados de amor a la libertad, la paz y la verdad, sin presiones de nada ni de nadie, salvo de una hipersensibilidad, que nos mantiene vivos y de a ratos, muy alegres, de saber que lo peor no ha acontecido, aún.