Murió infartado tras recibir facturas de luz que sumaban unos 50 mil pesos

Aranguren teléfono: El dueño de una fábrica de hielo de la localidad chaqueña de Presidente Roque Sáenz Peña murió infartado tras recibir facturas de luz que sumaban unos 50 mil pesos, su esposa lo encontró agonizando y con las boletas aún en la mano.

«No quiero culpar a nadie pero es así. La impotencia y los nervios al ver sumas tan elevadas en las boletas de luz le hicieron subir la presión y también el azúcar, porque él era hipertenso y diabético», dijo al Diario Chaco Natalia Mudrik, la esposa de Carlos Bueno, de 62 años, el propietario de la fábrica de hielo «San Remo».

«Lo encontramos tirado al lado de la cama con las facturas de luz en la mano, casi sin vida. El ataque fue fulminante», dijo la mujer que estimó «seguramente se vio invadido por la angustia».

«Me alcanzó a balbucear algo con respecto a las boletas de la luz, habló de la hija y me dijo que cuide la fábrica», contó. «De pagar 3.000 pesos pasamos a pagar 17 mil, después 19 mil, y él en la mano tenía dos facturas, una de más de 20 mil y otra superior a 28.000 pesos», continúo.

Carlos Bueno fue trasladado primero al Hospital 4 de Junio y luego a la Clínica Avenida, donde falleció.

La fábrica se inició hace 26 años y produce y vende solamente hielo, ya venía con algunos problemas porque las ventas estaban bastantes bajas, explicó la mujer y contó que su esposo era «un poco descuidado con las boletas y cuando las pagaba a veces las guardaba», aunque «a veces no sé dónde las dejaba pero la deuda total de luz de la fábrica hoy es de 89 mil pesos».

«Tengo toda la intención de pagar esa deuda, soy jubilada pero si tengo que sacar un crédito lo voy a hacer, porque no pienso cerrar y dejar a la gente en la calle», concluyó.

Mudrik explicó que «todo sucedió el pasado martes 11 cuando en viaje de regreso desde Machagai hacia Sáenz Peña, en el camino llamé a Carlos pero no me contestaba el celular. Me preocupé bastante y seguí llamando sin obtener respuesta».

Al llegar a Sáenz Peña fue directamente a la fábrica que está en colectora sur del Barrio San Cayetano y la puerta estaba cerrada con llave del lado de adentro.

«Justo vino un encargado y pensando que algo le había pasado llamamos a la Policía. Con los efectivos en el lugar se pudo finalmente abrir la puerta», contó.

«Al ingresar a la habitación que Carlos tiene en la fábrica, vimos que estaba tirado al lado de la cama con un ataque de presión fulminante, tenía las facturas de la luz en la mano y algo me alcanzó a balbucear con respecto a las boletas de la luz, habló de la hija y me dijo que cuide la fábrica», concluyó la mujer.