«¡Nunca más!» Eduardo Sanguinetti, filósofo, poeta y performer.

El ser humano puede ser considerado como tal, cuando puede aprender del pasado para aplicarlo en el presente y conducirlo al futuro, alentándolo a perseverar en la vida con esperanzas en la justicias por venir, en igualdad, solidaridad, libertad y verdad.

El ser humano debería interrogar el pasado sin remordimientos, juzgarlo y condenarlo, en la medida en que la injusticia de acciones llevadas a cabo por quien detentó el poder en Argentina, me refiero a Mauricio Macri, ha humillado, reprimido, excluído, discriminado y hambreado al pueblo argentino… este pueblo, debe tener la fuerza y el coraje preciso para romper con ese pasado y aplicar las enseñanzas que quedaron, fruto del dolor y el sufrimiento, de la dignidad mansillada, para vivir una vida que merezca experimentarse.

Y queda por preguntarme cual es el anhelo del pueblo argentino para el futuro, sobre todo hoy, en que el gobierno de Alberto Fernàndez y Cristina Fernàndez se encuentra en función.

Mi escritura gira en torno a la reflexión necesaria, sobre los cuatro años del gobierno de Macri, donde se ha soportado lo insoportable, en nombre de la democracia, «ficcional», para que engañarnos, pues la euforia de las mayorías, pueden borrar este pasado reciente, tan tenebroso y sombrío.

He permanecido en una Argentina, gobernada por Macri, excluído, silenciado y amenazado… ya sea de manera directa por los agentes de la ignominia de la inteligencia vernácula oficial, los medios y sus informantes, que desde su odio, resentimiento e ignorancia inocultable, operaron de manera sistemática para sembrar mentiras y desinformación sistemática, en favor de la estafa de un gobierno depredador.

Hoy, frente al la pretendida imposición del olvido, que plantean quienes desean acomodamiento político, en este nuevo ciclo, para ubicarse en un escenario aparentemente propicio para la diversidad, con la apertura de juego que ofrece el gobierno de Alberto Fernández, un hombre inteligente, inclusivo, capacitado en las lides del armado político y sobre todo un «puro», en el sentido original de esta palabra, a grandes rasgos, estos oportunistas, siempre presentes en la historia política y cultural argentina, plantean otras prioridades, epidérmicas e insustanciales, ante el panorama de «tierra arrasada» en que se encuentra Argentina y que Alberto Fernández no ha ocultado en su discurso de asunción a la presidencia.

Discurso formidable en que este presidente plantea tomar decisiones por y para el bien común del pueblo en igualdad y libertad… creo preciso dejar algunas frases tomadas al azar de lo manifestado por Fernández en su discurso: «15 millones de personas sufren inseguridad alimentaria», «la discriminación es imperdonable», «sin pan no hay presente ni futuro», «queremos una prensa independiente del poder», «hay que superar el muro del rencor y el odio», «quiero ser el primero en convivir con quién piensa distinto», «cerraron 20 mil empresas en 4 años», «nadie de afuera nos tiene que dictar nada», «paso el tiempo de los colonialismos», «vuelve el Ministerio de Salud», «las Malvinas y las islas del Atlántico sur son nuestras», «los fondos reservados para servicios secretos van para paliar el hambre», «hay que empezar por los últimos», «esto es una catástrofe social», «abracemos a todos los que fueron discriminados», «debemos escapar a la lógica del gatillos fácil», «nunca más a una justicia contaminada», «nunca más a una justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno», «Nunca más al Estado secreto», «Nunca más a la oscuridad que quiebra la confianza», «Nunca más a los sótanos de la democracia», Nunca más es nunca más».

El discurso de Alberto Fernández nos hace reflexionar sobre el horror del gobierno de Macri y sus cómplices, algunos de los cuales, los fraudulentos personajes de la «timba financiera», aplaudían a rabiar las palabras lanzadas por el presidente, ubicados en palcos de preferencia en el Congreso del Palacio Legislativo cuando asumió el presidente… los mismos que difamaron, mintieron escupieron en el rostro de la libertad de expresión, blindando a Macri offshore… banqueros unos, empresarios otros… habría que reflexionar sobre que rol juegan estas lacras en Argentina hoy, pues lo planteado por Alberto Fernández, no es menor, respecto por tiro indirecto a los intereses a los parásitos del stablishment grosero e ignorante, sin sensibilidad alguna para con la comunidad, de la que a pesar de ellos forman parte. bonanza offshore a la hoy vicepresidente Cristina Fernández, pero siempre bien ubicados esto corporativistas banqueros unos, empresarios otros… habría que reflexionar sobre que rol juegan estas lacras en Argentina hoy, pues lo planteado por Alberto Fernández, no es menor, respecto por tiro indirecto a los intereses a los parásitos del stablishment grosero e ignorante, sin sensibilidad alguna para con la comunidad, de la que a pesar de ellos forman parte.

Un tanto penoso decir que muchas veces es necesario salir del país para poder pensar sobre el mismo… en Argentina, en estos años se experimentaron situaciones límites en quienes viven y sobreviven su sus magros salarios, quienes se nutren de valores éticos, quienes son jubilados, quienes saben que son los últimos en las prioridades en el orden impuesto por inquisidores y discriminadores como el pasado gobierno y sus seguidores bestiales, amantes de las botas y de la represión, de la tortura y la desaparición, de la censura y la frivolidad de sus medios excluyentes, pasquines de ocasión.

Los buitres neoliberales fascistas acechan, o piensan que se fueron por siempre, es miope pensar de esa manera… soy un obsesionado de la memoria, de elaborar en conocimiento que ha ocurrido para que semejante especimen haya sido presidente de Argentina, espero como el heterodoxo, iconocalsta que soy, se persista en el sendero que se ha inaugurado este 10 de diciembre, que Alberto Fernández y Cristina Fernández, sepan persistir en sus convicciones, que asisten a todos los hombres y mujeres que pretendan experimentar una vida en igualdad y libertad. ¡Nunca más!