¿Pampita debe seguir en el Bailando por un Sueño?: Crónica de una Argentina hipócrita y violenta

El día de hoy viernes una noticia de la farándula no me dejó conciliar el sueño tranquilamente. Y se relacionó con que Pampita, la modelo-vedette, que es jurado del Bailando por un sueño, fue maltratada al aire por su compañero, el chimentero Marcelo Polino. Si bien jamás veo este programa al que considero una cátedra abierta e impune de maltrato y bullying, institucionalizado como show, a la vista impávida de millones de argentinos, esta vez quise analizar más detenidamente este fenómeno.

Veamos los 3 protagonistas: Polino, una persona con 25 años de trayectoria de chimentos, que en Argentina equivale a decir que alguien se ha dedicado a analizar la basura y oscuridad de otros (como si eso fuese relevante..). Pampita, una chica sufrida, con una sonrisa calcada en su rostro, encaprichada por ser una figura televisiva famosa a todo costo (por algo aparece permanentemente en noticias) ; y Marcelo Tinelli, el gran titiritero perverso, quien avala, promueve y se desentiende, de toda esta violencia mediática, y luego con una cara de piedra, dice al aire que se siente enojado por la inseguridad que hay en el país.

Hasta aquí he nombrado 3 personas que si bien tienen peso mediático, en lo humano, son intrascendentes para nuestra vidas. Y me faltaba el 4to protagonista: Nosotros. ¿Qué hacemos para detener este entretenimiento perverso que gira en derredor de escándalos, agresiones y maltratos verbales? ¿Cómo procesás esto, aunque no lo consumás en tu casa (como mi caso)? Son solo preguntas reflexivas. En el budismo hay una frase muy sabia: “Lo que sucede afuera es mi responsabilidad”. En Argentina, todos somos responsables de la violencia real y mediática. Sin más palabras.

Lic. Pablo Nachtigall- psicólogo y autor de “El Equilibrio perfecto: Entre tu vida personal y profsional” (Urano- 2015)
www.pablonachtigall.com