«Pepito y su hartazgo» Eduardo Sanguinetti, Filósofo y artista argentino

«Pepito» Cibrián si está harto de Argentina y su circunstancia, puede irse adonde lo desee. Pero antes de hacerlo, sería prudente no olvide, que este país le ha dado el privilegio de elevarse con su obra «sin sentido vital» a símbolo del arte kitsch en su más alta expresión… y el contacto a tiempo.

Sólo en Argentina ha encontrado sponsor, Banco Macro, que instala los pesitos para que pueda este señor, vivir y montar su espectáculos horrendos, apuntalado por la prensa amarillo cadmio, cómplice, que da publicidad a sus palabras destempladas y fuera de estación.

Pepito, hay que aprender a navegar en el océano de las incertidumbres a través de los archipiélagos de las certezas, para de ese modo, poder lanzar palabras como las expresadas irresponsablemente por ti, nutridas de capricho y oportunismo.

Me agradaría mucho, para no despertar suspicacias, me ofrezcan un espacio en medios argentinos, que me censuran, para poder manifestarme en libertad y verdad acerca de la cultura y su exilio.

Se eleva a categoría de deidad y ni siquiera se discute lo vano y fútil, lo degradante y engañoso, lo perverso y pervertido, en fin, los excrementos de lo que se pensaba superado. Un orden monótono y totalizante, instaurado por una lógica indigente a la mirada de la cual todo se iguala.