Plaza Cortazar Barrio de Palermo Feria Artesanal vacia

Buenos Aires es una de las ciudades más Cosmopolitas de América Latina. Caminar por el Barrio de la Recoleta es muy parecido a caminar por París. Caminar por La Avenida de Mayo es como caminar por sitios de
Madrid. Al igual que visitar San Telmo, otro barrio con historia que sigue siendo refugio de grandes artistas plásticos y escuelas de tango, y cuyos anticuarios y ferias de domingo en la Plaza Dorrego lo han hecho famoso e itinerario obligado de turistas que buscan adquirir antiguedades.

A mediados de los noventa, pero sobre todo a partir de la crisis del 2001 que terminó con el tipo de Cambio «uno a uno» de nuestra moneda «el peso con el dólar», se abrieron nuevamente posibilidades de fabricar productos de diseño que antes resultaban económicamente imposibles de realizar por la falta de competitividad con respecto al costo de las importaciones.

Asi la crisis logro reactivar algunas industrias como la construcción, la textil y la de marroquinería. Al volverse más accesible el valor final de los productos y los costos en general también vuelve a ser un destino elegido por el turismo internacional.

Un despertar de la creatividad, de emprender que siempre estuvo pero que se veia opacada y desanimada por las importanciones, resurgió de sus cenizas.

Se formó entonces lo que hasta el momento le faltaba a Buenos Aires, su Soho, su «Palermo Soho».
El barrio de la moda, refugio de los BO BO (bourgeois & bohèmes o jóvenes burgueses y bohemios ) algo más extravagantes que los yuppies de los noventa, o por lo menos con gustos más vanguardistas. Hicieron del nuevo Palermo, llamado el soho, su lugar.

Y este fenómeno de concentración del diseño independiente fue creciendo, como también fueron apareciendo sus otros Palermos: Palermo Hollywood, donde se situa el circuito culinario, Palermo Nuevo o Palermo Chico, Palermo Queen, en fin, varios PalermoCity

Al igual que otros barrios ya consolidados como Las Cañitas, Puerto Madero y algunos otros centros recientemente más exclusivos, que fueron desplazando a los tradicionales paseos de compras de las clases
más altas y de los visitantes ávidos de fantásticas oportunidades de adquirir productos de diseño y calidad a buen precio.

También se convirtieron en los más demandados para vivir, comprar y / o alquilar.
Es interesante seguir la evolución de este fenómeno inmobiliario por un lado, pero también creador de posibilidades de trabajo por el otro.
Después de una crisis muy dura, todo aquel con una idea creativa tuvo su oportunidad de exponerla y armar con ella su negocio.

Para el diseño independiente se abrió una nueva etapa estimulada por programas de capacitación, gestión y promoción de productos innovadores. Algunas lineas de créditos impulsadas por bancos y
programas estatales, llevaron a pequeños emprendimientos a convertirse hoy en marcas de diseño muy bien posicionadas a nivel nacional e internacional.

Palermo era un barrio más de Buenos Aires, tranquilo y de clase media. De fácil acceso y muy famoso por sus parques y lagos que son realmente enormes y muy verdes, la ventana por donde respira la mole de cemento. Pero dejó de ser todo esto para convertirse en el barrio de moda, el más visitado, con sus ferias de diseño que funcionan los fines de semana, que crecieron y crecieron, tomando incluso espacios
en los bares que rodean su famosa plaza Cortázar (llamada asi en honor al escritor
argentino Julio Cortázar, aunque se la suele llamar comunmente Plaza Serrano, que era su antigua denominación).

Desde hace poco más de un año, estas ferias se fueron autogestionando y acomodando a la demanda, organizandose como verdaderos centros comerciales.

En el llamado Palermo Queen También hay un circuito de Outlets donde se consiguen marroquinería y prendas de marcas conocidas locales e internacionales a precios más convenientes.

Palermo realmente no tiene nada que envidiar al Soho de Londres o al de Nueva York, salvando las distancias y diferencias de sus economías. Recorriendolo se encuentran objetos novedosos, nuevos o reciclados que siguen la tendencia e incluso se adelantan a la moda.

Reconozco que mi pasatiempo favorito es recorrer la feria. Puedo pasarme horas y horas caminando. Me impresiona el ingenio de los Artesanos, la constancia, las ganas de estos jóvenes diseñadores de crear; y más aún las ganas de los no tan jóvenes de seguir creando …

Algunos cuyos desbordantes talentos se ve en sus trabajos, aún sin materiales de calidad y con escasos recursos, siempre encuentran la manera de llevar sus a cabo sus colecciones y el resultado es sorprendente. Seguramente el costo no remunera el tiempo que les llevo crear sus productos. Es cuando comprendo el dicho «por amor al arte».

Las tiendas tienen nombres y vidrieras desopilantes tales como, «Vestite y andate», «Agarrate Catalina», «Dime que sí», «Mil excusas», «Mentime que me gusta», «Mamarracha», «Te mataré Ramírez, «entre otros

Sigo con detenimiento el abrir y cerrar de nuevas marcas debido a los incrementos de los contratos de alquiler que son imposibles de sobrellevar. También pasa con los restaurantes y es una injusticia.
En los últimos meses casi todas las marcas importantes que han logrado sobrevivir a las crisis, tienen sus locales o salas de exposición en Palermo. Las cosas con el gobierno han cambiado y son los que van quedando, los sobrevivientes de una economía inestable, en el sentido literal…

Amo Palermo, Porque vivo en Palermo cuando no era el Soho, cuando sólo era Palermo viejo un barrio de clase media.

A pesar de que el paisaje va cambiando y ya no hay tantas casas bajas, y las fachadas antiguas que tanto me fascinan son menos.

Todo se va transformando en edificios, condominios, hoteles boutique, negocios; se va consumiendo en el consumo. A pesar de todo esto, es imposible no seguir eligiendo Palermo.

Todavía podemos ir al restaurante donde nos gusta comer desde hace años «La Parrilla Don Julio».

Y todavía esta «Crónico», el bar donde estudiaba y tomaba mi jugo de tomates con mi amiga Sachi

Los cafecitos de Armenia y las librerias donde voy con mis padres cuando me visitan.

También muy cerquita está el Jardín Botánico y el Zológico donde llevo a mis sobrinos.

Exposiciones de Arte en el Malba. Arte por doquier… Y sí.. ¿Quién no elegiria Palermo?