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¿Qué son los fondos distressed o holdouts, más conocidos como fondos buitre?

Los fondos distressed o holdouts, más conocidos como fondos buitre, son fondos de capital riesgo que compran deuda de economías en problemas, cercanas a la quiebra, para posteriormente presionar y cobrar la totalidad del valor de esa deuda, además de los intereses por los años adeudados.

Adquieren esos bonos a una fracción de su valor real. Compraron deuda a unos 20 dólares por cada lámina de cien, por ejemplo. Luego, la exigen ante la Justicia por todo su valor.



Este tipo de fondos de inversión porque se asemeja al actuar de las aves de rapiña. Como los buitres, buscan las organizaciones o países con una economía moribunda para alimentarse, pero a diferencia de las aves lo hacen años después.

Los fondos conocidos como «buitre» son fondos de capital o de inversión de alto riesgo que compran títulos de deuda —pública o privada— de países o empresas en problemas, cercanos al default o a la quiebra, en general por el 20% a 30% de su valor nominal para posteriormente litigar en tribunales internacionales.

Los «fondos buitre» suelen tener amplios conocimientos sobre los mercados en los que van a entrar y suelen estar integrados por grandes equipos de abogados y especialistas en procesos de reestructuración de empresas.

Los fondos buitre no solamente compran deudas de deudores corporativos, sino también de deudas soberanas estatales. Por ejemplo, en el que los fondos buitre adquirieron una porción de la deuda pública externa a bajos precios, a veces sólo el 20 % de su valor nominal.

El Banco Mundial estima que más de un tercio de los países que han cumplido los requisitos de sus respectivos programas de reestructuración de deuda soberana han sido blanco de al menos 26 fondos buitres.

No pagan impuestos, son delincuentes: Islas Caimán
Fidelity y Pimco posee tres trillones de dólares, el triple que Templeton y prácticamente el valor de seis PBI. Y Black Rock es más grande aún: maneja siete trillones de dólares, tres veces Pimco. ¡Entre los tres manejan fondos por 30 veces el PBI de la Argentina!

El fondo NML Capital, que es manejado por la empresa Elliot Management Corporation, afiliada a Elliott Associates, propiedad del financiero Paul Singer.

El fondo Aurelius Capital Masters, que pertenece al grupo Aurelius Capital International, también con registro en Islas Caimán.

El fondo Blue Angel Capital I, que también está registrado en Delaware.

El Olifant Fund, el cual pertenece a la administradora ABIL, y tiene su registro en Islas Caimán.

DEBERAN IR PRESOS

Este tipos de fondos deben ir a una corte internacional penal por poner en riesgo de vida a millones de personas en el mundo. ¿Que país será el primero enencarcelarlos por intento de homicidio en masa, o genocidio calificado?
Esta respuesta es simple, ellos llegan primero y coimena al político, verdaderas ratas inmunda del mundo.

La culpa no es del chancho, sino del que le da el afrecho.

La fuga de capitales entre 2015 y 2019 superó los US$ 86.000 millones y más de la mitad de ese dinero se concentró en el 1% de las empresas y personas humanas que compraron dólares en ese período, según un informe realizado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) a pedido del Poder Ejecutivo Nacional.

Puntualmente, el 1% de las empresas que resultaron compradoras netas de dólares adquirió US$ 41.124 millones en concepto de formación de activos externos y, en el caso de las personas humanas, tan sólo el 1% de los compradores acumuló US$ 16.200 millones en compras netas durante el período, un total combinado de US$ 57.324 millones.

El informe -que el BCRA presentó el 14/5/2020 a través de un comunicado de prensa- fue solicitado por el presidente Alberto Fernández en su discurso de inauguración de las sesiones en el Congreso Nacional el pasado 1 de marzo, cuando reclamó un «nunca más a un endeudamiento insostenible».

Según informó el Banco Central, «el conjunto de políticas económicas que se aplicaron desde diciembre de 2015 facilitaron la fuga de capitales por más de US$ 86.000 millones y crearon las condiciones para la irrupción de un nuevo episodio de crisis por sobreendeudamiento externo».

En cuando a la dinámica en la que ocurrió esto, la entidad que conduce Miguel Pesce expuso que durante los últimos cuatro años «la fuga de capitales se triplicó» y hubo «una notable concentración en unos pocos actores económicos».

«Un reducido grupo de 100 agentes realizó compras netas por US$ 24.679 millones mientras que los 10 principales compradores explican compras netas por US$ 7.945 millones», indicó el Central.

En total, la cantidad de personas humanas que compraron divisas en este período fue de 6.693.065 y el las personas jurídicas alcanzaron la cifra de 85.279.

«El incremento de la formación de activos en el exterior de los residentes fue el resultado de un profundo cambio de paradigma impuesto por la política cambiaria, monetaria y de endeudamiento tendientes a una desregulación de los mercados que impulsó el gobierno de Mauricio Macri», aseguró la autoridad monetaria.

Y agregó: «La sumatoria de estas medidas provocó una grave crisis que afectó a la economía del país y que se tradujo en menor crecimiento e inversión, mayor desempleo y un deterioro en la distribución del ingreso».

Según el BCRA, hubo dos etapas en la dinámica de movimientos de capitales durante el período 2015-2019, la primera de ellas que se extendió hasta comienzos de 2018 y se caracterizó por un fuerte ingreso de divisas y otra inmediatamente posterior en la que se invirtió el flujo de dinero.

En la primera, ocho de cada diez dólares que ingresaron al país tuvieron su origen en «colocación de deuda y capitales especulativos» y la formación de activos externos de los residentes alcanzó los US$ 41.100 millones.

«El ingreso de divisas por deuda pública, privada e inversiones especulativas de portafolio sumaron US$ 100.000 millones en el período», aseguró el Central.

Sin embargo, «con la reversión de los flujos de capitales a principios de 2018, las autoridades decidieron recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), que desembolsó un préstamo récord de US$ 44.500 millones», lo que no impidió que esta etapa se acelerara la salida de capitales y, a partir de mayo de 2018, alcanzara los US$ 45.100 millones.

En su discurso de apertura de sesiones en el Congreso, Alberto Fernández se pronunció a favor de «nunca más a un endeudamiento insostenible» y «a la puerta giratoria de dólares que se fugan dejando tierra arrasada a su paso».

«Todos hemos visto impávidos cómo los dólares que debían financiar la producción fueron fugados, llevándose los recursos y dejándonos la carga de la deuda», dijo Fernández en el discurso en el que anticipó el pedido del informe que hoy publicó el BCRA.

14 de Mayo 2020
Para Parrilli, es importante que la Justicia investigue la fuga de capitales durante el macrismo

El senador del Frente de Todos Oscar Parrilli destacó la importancia de que la Justicia investigue «a los responsables de la fuga de capitales» durante la gestión de Cambiemos, que, según un informe del Banco Central de la República Argentina, entre entre 2015 y 2019 superó los US$ 86.000 millones.

En este sentido, Parrilli puso el acento en la importancia de que la Justicia determine «si hubo complicidad de funcionarios» en estas maniobras, luego de que el Banco Central, con la información contenido en su informe, «confirmara la presunción de gran parte de los argentinos».

De esta forma, el legislador del Frente de Todos hizo referencia a un informe elaborado por el BCRA a pedido del Poder Ejecutivo Nacional, cuyos datos fueron dados a conocer el jueves último.

Allí, se da cuenta de que la fuga de capitales entre 2015 y 2019 superó los US$ 86.000 millones y más de la mitad de ese dinero se concentró en el 1% de las empresas y personas humanas que compraron dólares en ese período.

«Lo que hizo el Banco Central fue confirmar una presunción de gran parte de los argentinos, y ahora hay que investigar a los responsables de esta fuga de capitales», aseguró esta mañana Parrilli en declaraciones formuladas a El Destape Radio.

Según el informe del Banco Central, «el conjunto de políticas económicas que se aplicaron desde diciembre de 2015 facilitaron la fuga de capitales por más de US$ 86.000 millones y crearon las condiciones para la irrupción de un nuevo episodio de crisis por sobreendeudamiento externo».

En este sentido, el senador nacional por Neuquén opinó que esta fuga de divisas contó «con el protagonismo de los funcionarios del macrismo» y aseguró que «participaron fondos de inversión extranjeros y muchos agentes locales».

Con ese argumento, planteó la necesidad de «avanzar para saber si hubo complicidad de las autoridades que ocupaban el Banco Central y la Unidad de Información Financiera».

De hecho, insistió en que la Justicia ahora debe determinar «si hubo ilícitos, si hubo complicidad de los funcionarios con los fondos de inversión».

Además, en sus declaraciones de esta mañana, Parrilli argumentó que «muchos funcionarios estaban de los dos lados del mostrador, es decir que eran funcionarios y tenían relación directa con las empresas que fugaron fondos».

«La fuga existió -aseguró el legislador- y muchos fueron los sectores, como el energético o de comunicaciones, favorecidos por las políticas del macrismo».

En este sentido, Parrilli consideró que «el Estado no puede subsidiar ahora, ante la pandemia, a empresas que hayan participado en estas maniobras de fuga de capitales».