«Realidad espectral» Eduardo Sanguinetti, filósofo argentino

Los enemigos de la independencia de los pueblos han sido siempre los medios maniqueístas, conformados por informantes rentados con tendencias dogmáticas anoréxicas, que junto al aditamento de lo falaz y la ausencia de vocación y capacidad periodística, articulan sus fábulas apuntalados por demasiados aliados. Demasiados recorridos seguros dentro de las distintas ciudadelas del poder, sin riesgo alguno, ni siquiera el de ser excluyentes

Las convicciones solo resultan creíbles, cuando se fundan en una trayectoria… no ignoró jamás que el riesgo al silencio es infinitamente mayor que el riesgo de la palabra, que no debe desaparecer en su función vital de “decir algo”, a pesar de todos los obstáculos y riesgos que ello implica en este mundo violentamente afectivo. Sobre todo, asumir en este momento crítico de la historia Argentina una posición crítica.

En este impertinente espacio y tiempo de tercer milenio, nosotros, los “desaparecidos en democracia”, no somos, no estamos, no existimos, en las fingidas democracias procedimentales. Lo señala mi amigo, el Dr. Martín Almada (Premio Nobel Alternativo de la Paz 2002) al decir que las dictaduras se perpetúan en los gobiernos instalados, hoy en el poder, ¿Plan Cóndor II?… la historia vuelve a repetirse.

Ha llegado la hora en que las ideas y los ideales sean puestos en práctica por quienes aún los conservamos, a favor del pluralismo, del disenso, borrando de la triste historia de la comunicación en Argentina, “la información monolítica” que tantas víctimas ha cobrado en su accionar artero y censor (me cuento entre sus víctimas), al servicio de los sicarios de la comunicación de masas en tiempos de dictaduras y democracias procedimentales, siempre a favor de las corporaciones empresariales con la anuencia de una oligarquía ignorante y totalitaria, con la anuencia de una burguesía, con ánimos de “pertenecer”, sin olvidar a los ¿sindicalistas traidores?, a farándula “pet” y puedo seguir enumerando a los mercenarios silenciosos, que operan para el gobierno de Macri, en este caso… el gobierno del “Cambio”, de Macri, ¿que deseaba cambiar?, ¿por qué no se sinceraron en campaña?, o ¿la mentira es la “moneda corriente” de este grupo de empresarios y Ceos? que conforman dicho gobierno… pues, creo, que si Macri en campaña, manifestaba todo acerca de los tarifazos, de la represión ante las protestas de disidentes, censura de todo aquel que se opone al accionar autoritario de esta administración, no creo haya logrado llegar a la presidencia, de ninguna manera.

Los que siempre resistimos al fascismo, no deseamos de ningún modo, ser condenados a morir, en tiempos de sueños a destiempo y fuera de temporada, donde dictan y rigen, soberbios, ignorantes, inseguros, represores, incapaces, excluyentes y sobe todo indiferentes al devenir de los pueblos.

La indiferencia casi siempre es mayoritaria, a veces feroz, desenfrenada, es la campeona de la inconsciencia colectiva, de la desatención general de una comunidad, como la argentina, hoy hambreada, mordiendo rabia, impotente ante el desparpajo, en la instauración de un silenciamiento absoluto, de la libertad de expresión, del disentimiento a una administración, que a fuerza de decretazos, ha dejado fuera del camino de la vida, a millones de ciudadanos.

Cuánta angustia la de los marginados y excluidos en la Argentina de Macri, y de los que están en trance de serlo, de los que se aferran a un nombre, una conciencia e incluso a veces a un “domicilio fijo”, que ya no existe.

Cada uno es presa de ese cuerpo al que debe alimentar, abrigar, cuidar y que le pesa dolorosamente… esas miradas tan viejas, que la miseria y el hambre, instala hoy en los rostros, incluso de los jóvenes y niños, abandonados a la suerte de un futuro inexistente, de continuar el proceso de demolición al que están expuestos… nada de lo que manifiesto, llega a rozar siquiera, el acontecer de este tiempo que experimenta el pueblo argentino.

Mientras tanto, día a día, se precariza de manera atroz el nivel de sobrevida del pueblo, sin dejar de exhortar a mantener la confianza, la esperanza. Se desintegran las instituciones del Estado, se eliminan las conquistas sociales… todo se hace, para avanzar en el desierto de la incertidumbre, en nombre del sin sentido, ¿pero en función de qué?… ¿qué desastre o calamidad peor devendría, que los paliativos degradantes, que se utilizan para “eliminar” los “males” que supuestamente aquejan al pueblo?

El discurso que falsea la realidad, que permanentemente se refugia en un pasado peor, el que desvía el sentir y pensar hacia problemas inexistentes, que pertenecen al espacio de lo judicial, como puede ser la corrupción de funcionarios traidores, de todos los gobiernos, que han tenido y tienen su espacio en Argentina… ese discurso que promete, lo que jamás cumplirá, es insostenible en el espacio de la verdad, nos remite al pasado funesto de dictaduras, que remueven sin cesar la nostalgia de tiempos, que pensábamos habían quedado en la memoria y el olvido: resurrección de los espectros.