primeros frios

Recomendaciones para cuidarse del frio

Con el descenso de las temperaturas, existe una mayor propensión para las afecciones respiratorias con la consiguiente pérdida de días laborables o escolares por el obligado reposo en cama. Las enfermedades respiratorias invernales son altamente contagiosas y afectan primariamente a los bebés, niños y adultos mayores.

Con el objetivo de continuar promoviendo el bienestar de la sociedad, La Facultad de Medicina de la Fundación Barceló informa cuáles son las enfermedades más frecuentes en los meses fríos y cómo prevenirlas.

Resfrío: Es uno de los más habituales de la épocas invernales. Se puede prevenir fácilmente, lavando las manos con más frecuencia para liberar aquellos gérmenes que están en las superficies infectadas. La congestión nasal, estornudos, goteo y ojos llorosos son algunos de los síntomas que presenta. Habitualmente no requieren de ninguna medicación particular.

Gripe: Es un cuadro respiratorio de mayor densidad. Los síntomas de presentación incluyen fiebre, dolor de cabeza y de garganta, dolores musculares, disminución del apetito y agotamiento general que le impide al enfermo desarrollar sus tareas habituales. Se previene con la vacuna antigripal que debe ser aplicada anualmente para todas aquellas personas incluidas en los grupos de riesgo.

Faringitis: Se caracteriza por un importante dolor de garganta, se manifiesta enrojecimiento y a veces con un edema de la región afectada. La mayoría de las veces tiene un origen viral, siendo los habituales, los mismos agentes relacionados con el resfriado y la gripe. A los síntomas anteriores, se le agregan fiebre, ganglios linfáticos inflamados, dolores musculares y dolor de cabeza.

Bronquitis: Es un cuadro agudo caracterizado por tos y en algunas ocasiones, cierta dificultad para respiración acompañada de un cuadro febril. Las principales causas de las bronquitis también se relacionan con los virus pero es necesaria la consulta médica en caso de la existencia de la fiebre y la presencia de cierta dificultad respiratoria.

Aquí tienes algunas recomendaciones para cuidarte del frío:

Abrígate adecuadamente: Viste varias capas de ropa para atrapar el calor entre ellas. Utiliza ropa térmica, suéteres, chaquetas y abrigos. No olvides cubrir tu cabeza, cuello, manos y pies con gorros, bufandas, guantes y calcetines gruesos.

Mantén tu casa caliente: Asegúrate de tener un sistema de calefacción adecuado en tu hogar. Si es necesario, utiliza calentadores portátiles o estufas eléctricas, pero asegúrate de seguir las instrucciones de seguridad y mantener ventilación adecuada. Sella las corrientes de aire alrededor de ventanas y puertas para evitar la entrada del frío.

Bebe líquidos calientes: El consumo de bebidas calientes, como té, café o chocolate caliente, puede ayudarte a mantener la temperatura corporal. Evita el consumo excesivo de alcohol, ya que puede hacer que pierdas calor más rápido.

Come alimentos nutritivos: Una alimentación equilibrada y rica en nutrientes puede ayudar a mantener tu cuerpo saludable y resistente al frío. Consume alimentos calientes y ricos en calorías para proporcionar energía y ayudar a mantener tu temperatura interna.

Protégete al salir al exterior: Si necesitas salir, asegúrate de protegerte adecuadamente. Utiliza gorros, bufandas, guantes y abrigos para cubrir todas las partes expuestas del cuerpo. También puedes usar calcetines térmicos y calzado adecuado para mantener tus pies calientes.

Evita las exposiciones prolongadas al frío: Limítate a pasar tiempo al aire libre en condiciones de frío extremo. Si necesitas estar afuera durante mucho tiempo, toma descansos regulares en lugares cálidos y resguárdese del viento.

Mantén tu actividad física: Realiza ejercicio regularmente para mantener tu cuerpo activo y generar calor interno. Sin embargo, evita el exceso de ejercicio en condiciones de frío extremo, ya que puede aumentar el riesgo de hipotermia.

Mantente hidratado: Aunque no sientas sed con tanta frecuencia como en climas más cálidos, es importante mantenerse hidratado. Bebe suficiente agua para mantener tu cuerpo funcionando correctamente.

Cuida de los más vulnerables: Presta especial atención a los niños, personas mayores y aquellos con condiciones de salud crónicas, ya que son más susceptibles al frío. Asegúrate de que estén abrigados y protegidos adecuadamente.

Recuerda que es importante prestar atención a los signos de hipotermia, como escalofríos intensos, piel pálida, fatiga y confusión. Si experimentas estos síntomas o cualquier otra señal de problemas de salud debido al frío, busca atención médica de inmediato.