Se debería tratar de evitar la ingesta de grandes cantidades de grasas, alcohol o féculas

Que la gula no altere el buen gusto

Detrás del deseo por recuperar platos tradicionales o satisfacer el paladar, se esconden riesgos concretos que pueden repercutir por semanas.

La clave no está en abstenerse, sino en medirse en la previa y en los días siguientes.

El tema no está acotado a la comida, sino también a la ingesta de alcohol, que está permitida, pero siempre con necesaria mesura.

Las fiestas son una buena ocasión para recuperar las recetas tradicionales, volver a recordar sabores y olores de la infancia y de las reuniones familiares.

En estos días se debería tratar de evitar la ingesta de grandes cantidades de grasas, alcohol o féculas, y este tipo de restricción, que tampoco deberá ser extrema, sería conveniente prolongarla en los días posteriores a los festejos.

Además de los platos principales, los postres son otro de los puntos donde se debe centrar la atención para lograr una Navidad dulce y no amarga, ya que el exceso de postres suele descompensar a las personas diabéticas o que padecen trastornos digestivos.

Por ejemplo, siempre serán mejores los postres caseros que no hacen tanto daño, como unas buenas peras al vino, tartas de frutillas o arándanos.

Las frutas de temporada también son convenientes, como el ananá, las sandías y los melones, además de los dulces navideños.

Pero, lo que no se debe hacer es añadir postres extra, como una tarta de chocolate.

El tradicional ananá o piña, es uno de los postres más recomendados porque posee pocas calorías y tiene enzimas que ayudan a la digestión, así como la ensalada de fruta tradicional.

En cuanto a los dulces navideños, con los que puede la tentación para estas fechas, y que forman parte de las tradiciones festivas, los expertos no ven ningún problema si se consumen con moderación y en forma puntual.

El turrón suele poseer, entre otros ingredientes, almendras que tienen grasas insaturadas, que no inciden en la subida de colesterol.

Por esta razón, las personas que tienen el azúcar o el colesterol un poco alto, no tienen por qué prescindir de ellos, asegurándose que consumen una cantidad reducida de turrón.

Sin embargo, no hay que olvidarse que el turrón posee muchas calorías, y algunas personas se preocupan por el peso que pueden ganar con esos dulces típicos.

Hay que tener en cuenta que se pueden comer, pero en forma puntual y moderada.

El alcohol también está presente en estas fechas y al igual que con los alimentos anteriores, los especialistas no son partidarios de prohibir su consumo, pero sí de limitarlo a las cantidades recomendadas.

Conviene consumir sobre todo productos de calidad y en forma moderada, igual que con la comida.

Un buen vino si se toma en las cantidades adecuadas hará menos daño y provocará menos dolores de cabeza al día siguiente.

En estas fechas, las guardias médicas suelen verse sobrecargadas con pacientes que se descompensan debido a los alimentos que han ingerido y que ponen en riesgo su salud y su vida.

No son sólo casos de indigestión o borracheras, según indican los especialistas, también se incrementa la incidencia de hiperglucemia o infartos.

En algunas ocasiones son personas que desconocían que eran hipertensas o que padecían algún otro tipo de problemas.