Se viene el efecto rebote y 400.000 dólares no declarados en una «cueva» financiera del microcentro.

Crónica de una caída del valor del peso violenta y de una suba de monedas extranjeras. El veranito de la tormenta, pueden hacer dibujitos de pizarrón, pero en algún momento deberán enfrentar los problemas. El jueves el Gobierno emitirá el equivalente a 500 millones de dólares en bonos pagaderos en pesos, atados a la evolución del dólar, y cuyo monto final podrá ampliarse según la demanda, donde la expectativa es favorable, de acuerdo a los últimos movimientos del mercado.

El economista Aldo Abram señaló que “no hay forma” de que la tensa calma del dólar paralelo dure mucho más tiempo, pese a las presiones del Banco Central (BCRA) y del Gobierno. Consideró que “semanas más o menos, la brecha cambiaria volverá a elevarse por encima del 80%”. Advirtió además, que si el Estado no toma las decisiones correctas para corregir los errores y encausar a la economía, se profundizará la recesión, habrá una inflación 50%, y crecerá la desocupación.
En diálogo con Cronista.com, el director Ejecutivo de Libertad y Progreso pronosticó que “una vez pasado el efecto anestésico de este tipo de medidas, dado que no se curó la enfermedad, el valor del dólar paralelo volverá a reflejar la fuerte depreciación del peso, generada por un Banco Central forzado a cobrarnos altísimos impuestos inflacionarios para financiar los excesos de gasto del Gobierno”.
Abram advirtió que “semanas más o menos, hacia finales de año, la brecha cambiaria volverá a elevarse por encima del 80%. No hay forma de que esto no suceda; ya que se prevé que el Central deberá transferirle al Gobierno más de $110.000 millones en este último trimestre. De todas formas, el impacto pleno de este exceso de liquidez no se notará tanto ahora, como sí a principios de 2015”.
Y agregó, “hacia finales de año, los argentinos tendemos a demandar muchos pesos para atesorar para las fiestas y las vacaciones; lo cual se ve facilitado por el cobro del aguinaldo. En la media que esos fondos se usan, vuelven al sistema financiero y es cuando terminan depreciando fuertemente el peso. Es decir, impactando en los precios de los bienes y servicios y del dólar paralelo”.
El consultor económico financiero explicó que “la actual calma es típica de los períodos en los que el Banco Central y el Gobierno salen a presionar a operadores del mercado o a forzar empresas o bancos a vender activos dolarizados. Lo único que logran es una merma coyuntural y terminar afectando la solvencia de aquellos que se vieron forzados a deshacer su cartera y, lamentablemente, afecta negativamente el aval de nuestros depósitos en los bancos y el de los seguros que cubren nuestras contingencias”.
Alertó en tanto, que pretender no subir el tipo de cambio oficial “implicará continuar retrasándolo e incrementando el desequilibrio entre oferta y demanda del mercado ‘cepo‘, que ya es fenomenal. Esto se volverá insostenible en el primer trimestre de 2015 y debería llevar a una nueva situación de estrés cambiario peor que la de principios de 2014. La corrección necesaria será mayor cuanto más se hayan resistido a reconocer la verdadera devaluación del peso”.
Abram consideró que “en la medida que no se elimine el cepo cambiario, dado que este significa que el dólar oficial reconoce cada vez una menor proporción de lo que se deprecia el peso, los sectores productivos de bienes, principalmente los exportables, seguirán viéndose asfixiados. Además, el cepo también afecta a los fondos que se traen como financiamiento o como inversión”.
“Si a esto se le suma que las exportaciones se verán mermadas por la asfixia del cepo cambiario y por la caída de los precios internacionales, tenemos el combo para una recesión que debería rondar una caída de 4% del PBI, como mínimo. En tanto, la presión de los excesos de gasto público sobre el BCRA garantizan una inflación que buscará estar alrededor de 50%. En este escenario, es esperable que la desocupación crezca; pero es cierto que la alta inflación suele licuar los salarios y, de esa forma, moderar el impacto en la pérdida de empleos”, agregó.
Al finalizar, el economista sugirió que “en primer lugar, sería necesario reducir el ritmo de crecimiento del gasto público primario, que hoy supera con creces el 40%, hasta porcentajes que ronden el 30%. De esa forma, se podría dejar de exprimir al Banco Central como se lo está haciendo hoy, con riesgo de terminar quebrándolo y, con él, a todos los argentinos. Controlar el incremento de las erogaciones, necesariamente, tiene que pasar por corregir las distorsiones de precios que se han generado con los subsidios indiscriminados a los servicios públicos, que en más de 70% van a gente que los pueden pagar”.
A partir de esto, dijo que “habría que tratar de equilibrar el mercado controlado oficial; para lo que será necesario una fuerte suba del tipo de cambio. Dado que se ha quitado a gran parte de la demanda de las personas y las empresas, no es necesario que el dólar oficial refleje plenamente el verdadero valor del peso; por lo que el ajuste no debería ser demasiado elevado. El objetivo sería dejarle al próximo gobierno una situación algo más desahogada y ordenada, para que pueda encarar una salida del cepo minimizando los costos sociales y económicos”.
El Banco Central (BCRA), a través de la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias (SEFyC), llevó adelante un operativo en una oficina ubicada en el piso 28 del edificio de San Martín 344.

Fuentes del operativo, que comenzó hoy a las 14 y se prolongó hasta esta noche, indicaron a Télam que en dicha dirección funciona la reconocida sociedad de Bolsa, Arpenta, «donde se encontraron unos 500.00 dólares en total. De ese monto, sólo estarían declarados, en regla, unos 100.000 dólares».

Del resto no declarado, se presume que se habrían originado de manera ilegal en operaciones de cambio de cheques y divisas.
Las mismas fuentes precisaron que, a raíz del hallazgo, harán la correspondiente denuncia penal ante la presunción de que existió un ilícito en el mercado de divisas.

Al mismo tiempo se indicó que se encontraron cajas fuertes cerradas en dicha oficina del piso 28 y que solicitarán a la justicia la correspondiente autorización para lograr la apertura de las mismas.

Esta investigación se da en el marco de una serie de operativos que realizan la Comisión Nacional de Valores (CNV), la Unidad de Información Financiera (UIF) y el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).

Dichas entidades realizaron hoy de manera conjunta una serie de procedimientos de supervisión y fiscalización sobre entidades cambiarias, sociedades de bolsa y cooperativas de crédito en Buenos Aires y La Plata, para verificar el cumplimiento de las normas vigentes en materia cambiaria y financiera.

El operativo conjunto, según fuentes consultadas por Télam que participaron del mismo, alcanzó a 12 entidades de diverso tipo.
Se encontraron sociedades de bolsa y casas de cambio autorizadas que operaban de manera conjunta, compartiendo espacios físicos, estructuras empresarias y negocios en común, señalaron.

Asimismo -añadieron-, se detectó la presencia de cooperativas de crédito no registradas que desarrollaban actividades no autorizadas como descuento de cheques y que funcionaban en el mismo espacio edilicio de entidades cambiarias y bursátiles que no acreditaron la realización de operaciones recientes.

En los procedimientos también participaron fuerzas de seguridad (PSA, Gendarmería Nacional y Prefectura) coordinadas por el Ministerio de Seguridad de la Nación con el objeto de brindar apoyo operativo a los funcionarios de los organismos públicos intervinientes.

Para el desarrollo de las actividades de control, se efectuó un despliegue de alrededor de 70 funcionarios públicos especializados en materia de intermediación financiera marginal, actividad cambiaria, operatorias bursátiles, lavado de activos y cooperativas de crédito.

Estos procedimientos, según las fuentes consultadas, se inscriben en el desarrollo de un plan de trabajo conjunto de los distintos organismos públicos competentes en la materia y que tiene por objeto garantizar el efectivo ejercicio de la supervisión sobre los mercados financiero y cambiario, con vistas a asegurar el cumplimiento de la normativa vigente.