Según ATE, el Sistema de Salud Nacional en crisis por el Ebola.

Desde ATE Capital exigimos que se cumplan con los protocolos internacionales de protección para el personal de salud que tuviese que estar expuesto a los posibles pacientes con el virus de Ébola, es de destacar que los Elementos de Protección Personal (EPP), deben ser equipos autónomos para poder acercarse a los pacientes y deben contar con salas especialmente preparadas para recibir a los potenciales enfermos con las dimensiones necesarias y sus respectivas áreas limpias y sucias, el traslado de las muestras biológicas, también deben ser en recipientes aptos para el traslado de dicho material biológico (nivel de riesgo 4) y así minimizar el riesgo.

El Ébola tiene una tasa de letalidad que puede llegar al 90 por ciento. Este virus se introduce en la población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados o de personas que hubiesen estado en contacto, esto es transmisión de persona a persona, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.

Cabe aclarar que por la peligrosidad de este patógeno se lo clasifica de nivel 4, los programas de capacitación deben conocerse y practicarse con mucho tiempo de anticipación y no es posible la improvisación, tanto el gobierno Nacional como el Gobierno de la Ciudad lamentablemente han esperado hasta el último momento para implementar protocolos de seguridad.

A su vez, queremos denunciar la falta de ropa adecuada, cartelería oficial que indique en los hospitales por donde deben desplazarse los pacientes sospechados y la falta de capacitación del personal de salud en general de estos temas. Lamentablemente de existir algún caso de Ébola en la argentina, son muy altas las probabilidades que se cobre la vida de algún trabajador, por el grado de improvisación por parte del ejecutivo.

La infección del personal sanitario al tratar a pacientes con Ébola ha sido frecuente cuando ha habido contacto estrecho y no se han observado estrictamente las precauciones para el control de la infección.

Esta es enfermedad vírica aguda grave que se suele caracterizar por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre y las secreciones. El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días.