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«Silencio argentino» Eduardo Sanguinetti, Filósofo, poeta y artista argentino

A fuerza de transitar por urbes contaminadas, basureros de la sociedad… en zonas reprimidas de la conducta humana, acabando por romper con los límites impuestos por estados en putrefacción y las denominadas ‘buenas costumbres’, moral habitual de autodenominados respetables ciudadanos, asimilados a sus prejuicios y convenciones inútiles, que pesan sobre la forma de representación del mundo y el hombre, que disparan sobre quienes celebramos la vida, sin olvidar que las exclusiones oficiales poseen virtudes insondables, como las cloacas que convencen a los que no son afectados por ellas, que son incluídos.

No dudo de que las redes sociales son una «Babel» para quienes intentamos decir algo… he usado Twitter, con miles de seguidores, pero fue eliminada mi cuenta por capricho de manipuladores expertos, de todos modos me alegró, pues ocupaba bastante mi tiempo, intentando instalar un tema, que trolls rentados eliminaban, en mi intención de decir ‘algo’… no olvidemos que el tiempo es un ‘tesoro’… Facebook, simpático club de seres sin fanatismos visibles ni compromisos con ninguna causa trascendente, sobrellevando su vida con cierta alegría ocasional y miserias inocultables… adaptarse sería la consigna, en un milenio incierto en sus fines y el culto a la virtualidad inconsistente, obscena y fantasmagórica, que todo lo degrada y envilece.

Adaptarse, consigna que rige en la Argentina del desguace, acorralada la ciudadanía con medidas de ajuste, expoliadoras, represivas y excluyentes, dictadas por un gobierno coercitivo «inimputable», que impone castigo y sanción a una comunidad que pareciera no encuentra una solución a sus vidas, ante el diario accionar confrontativo cuasi-patológico del presidente y sus acompañantes… adaptarse al hecho consumado que se plantea, a las fatalidades económicas: época condenada a prolongarse sin final anunciado… adaptarse al cinismo de los actos mafiosos ‘autorizados’, que conforman un paisaje de tradición vernácula, asimilada y aceptada por el amplio espectro de los políticos de escaparate, candidatos «patisserie», que aceitan sus piezas para el inicio del teatro ‘bufo’ de la campaña electoral de 2019… todo pactado y pautado de antemano, nada es lo que parece… la violencia diferida del metarrelato de la mentira institucionalizada es mortal.

Los argentinos se han adaptado sin resistencia, a la fuga de capitales, a los paraísos fiscales y cuentas offshore de los funcionarios de gobierno… las especulaciones criminales, aceptadas de modo natural, pues jamás se planteará el ciudadano rebelarse ante el atropello y a la «mano dura» aplicada por un gobierno que le importa nada la indigencia, el hambre y el estado de pobreza del 55% de niños, que arrastran su miseria y su pena… adaptarse a la incompetencia, a la soberbia de los ignorantes y a los discursos ridículos de estos pobres «tipitos», blindados con violencia inocultable de los medios corporativos y las mafias turbulentas, organizadas para destilar toda la inmundicia posible que desarticule cualquier posibilidad de modificar el ‘estado de las cosas’.

Negarse a ser engañados y denunciarlo, debería ser la orden del día, revelar la estafa y la mentira instalada como norma, rechazar la complicidad, son tareas desagradables, pero fundamentales, insuficientes pero indispensables para quienes pretenden vivir una existencia plena, en libertad, verdad y armonía.

No podemos dejar de advertir de qué modo el pueblo argentino, está encerrado en una ideología esclavizadora, que no admite sino una lógica, la de la ganancia privada corporativa, publicitada por el presidente Macri, vociferando de que no existe otra alternativa posible y de que es mejor olvidar otra posibilidad de «redención», por fuera del sistema represor que rige.

La comunidad no cae en la cuenta que la ganancia obtenida del modo planteado por este presidente, no se dirige a la inversión sino a la especulación, que la nutre y de la cual se nutre, a costa de la sobrevida de millones de ciudadanos, que aceptan mansamente una democracia degradada y maltratada, la tan mentada democracia procedimental: un hombre: un voto… el resto no cuenta.

Tengamos presente de que se trata de vidas humanas arrastradas por un frenesí irresponsable, cruel, pleno de incoherencia instaurada con frialdad, prolongada sutilmente, astutamente mantenida… ¿de qué otra modo se puede tratar este tema, de mantener a un pueblo en estado de disolución, violencia y a generaciones de jóvenes en la miseria, sin futuro y sin empleo?… ¿hablando de la «inseguridad» instaurada bajo presión?, ¿dándole poder de represión a las fuerzas de seguridad?, ¿bajando la edad de imputablidad a 15 años?… ¡qué retroceso!… y lo han votado el 51 % del electorado… ¿y? la pesada herencia, a cambio del ¿cambio?… «calavera no chilla».

Y cabe una rectificación, pues ¿esta incoherencia no revela una coherencia extrema, una atroz estrategia consciente de dominación?

¿Han olvidado el Derecho al trabajo bien remunerado?, ¿niega el gobierno PRO, que el hecho de que la dignidad de la persona es suya por derecho propio?, que una persona es digna de por sí, que posee una dignidad que ningún empleo le conferirá.

Una política oligárquica aderezada con una ideología totalitaria, le han permitido a Macri y su corte de los milagros, en un clima enrarecido, condicionar a un pueblo, el argentino, a rechazar la realidad, penetrando con mentiras de ninguna verdad las mentes de millones de seres, hoy desocupados, aceptando como normal que vivan expuestos a situaciones insostenibles por tiempo indeterminado, que sufran padecimientos impuestos arbitrariamente y justificados por un futuro iluminado con luces de neón y los «sonidos del silencio» de quienes se asimilan a los pregones de creencias oportunistas proclamados por «pastores» formados para instalar el fanatismo en seres sumidos en el fracaso de «ya no ser»…

Siempre faltará algo para denunciar en mi desengañada enunciación de suciedades e hipocresías, que propongo en mi escritura, operada con las mejores intenciones. Ni el cuadro exacto, milimétrico de una comunidad deshumanizada, ni la autopsia minuciosa de instituciones arcaicas, la religión como refugio de temerosos de la vida, la familia como fuente de todo conflicto y desencuentro programado, el proxenetismo, la injusticia elevada a ley… un mundo de tedio y putrefacciones, de delirio frío y razonado, donde el sol brilla sobre nada nuevo…