Un país Gorila sin gorilas. En Argentina nadie se reconoce como “clase alta”

El 88 por ciento de los argentinos se considera de clase «media» o «media baja» aún cuando pertenecen por su nivel socioeconómico a estratos más altos o más bajos, mientras que el modo de lograr el ascenso social se asocia principalmente a la «corrupción» o a una «herencia familiar».

Así surge del 4 Estudio sobre Felicidad, en este caso de Estructura Social, realizado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo (UP) y la consultora TNS Gallup, que indaga sobre la percepción que tiene la población acerca de las distintas clases sociales, qué es lo que hace que uno pertenezca a cada estrato, y a cuál sienten que pertenecen.

El relevamiento reflejó además que la mitad de los argentinos está a favor de políticas redistributivas con los impuestos que pagan las clases más altas.

El Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UP, Gabriel Foglia, explicó que este estudio «tiene como objetivo analizar las condiciones materiales del contexto y del entorno que influyen en la satisfacción y felicidad de las personas».

Consultados acerca del lugar de la estructura económica y social en la cual se ubicarían, el 88 por ciento de los encuestados declaró pertenecer a la clase media o media baja, «incluso cuando muchos de estos encuestados pertenecen al segmento ABC1 o al segmento D y E».

Según detalló, el 47 por ciento dijo de ser de clase media baja, el 41 por ciento de clase media-media, el 10 por ciento se identificó como de clase baja, apenas el 2 por ciento se definió como de clase media alta, y ninguno se reconoció de clase alta.

En cuanto a los factores que para los argentinos determinan o condicionan el acceso a los niveles más altos de la sociedad, el 24 por ciento lo atribuyó al fraude o la corrupción, 21 por ciento lo vinculó a la herencia familiar, 16 por ciento mencionó la educación, el 13 por ciento identifica el status social con el esfuerzo, 7 por ciento con una cuestión de suerte, y 6 por ciento a contactos.

Por otra parte, el 29 por ciento del total de los encuestados entiende que la ubicación de las personas menos favorecidas se debe al nacimiento y el ambiente en que viven, como segundo factor aparece las menores posibilidades de educación (26 por ciento), luego el esfuerzo insuficiente (19 por ciento), la mala suerte (11 por ciento), la falta de trabajo (3 por ciento), y por el Gobierno (2 por ciento).

El informe señaló que «si bien existe una gran dispersión entre lo que consideran que es el ingreso de la clase más rica de la población, la mitad de los encuestados mencionan importes de más de $50.000 en una familia tipo de cuatro personas». En relación a los ingresos mensuales percibidos por la clase más pobre de la población, indicó que el 70 por ciento de los consultados cree que el ingreso de quienes pertenecen a esta clase no supera los $8.000. La mayoría coincide que para que una familia tipo no pertenezca al segmento más pobre de la población debería tener ingresos entre los $10.000 y $20.000.

Con respecto a las políticas redistributivas, 53 por ciento de los entrevistados está totalmente de acuerdo, con que el Estado utilice dinero proveniente de los impuestos que pagan los sectores de mayores ingresos para aplicarlo en los programas sociales para los sectores más pobres de la sociedad.

El 16 por ciento contestó que no está ni de acuerdo ni en desacuerdo, 15 por ciento expresó estar totalmente en desacuerdo, otro 13 por ciento dijo en desacuerdo.