Los residentes Y VECINOS del barrio Palermo han expresado su preocupación por lo que consideran una «invasión» de restaurantes en su zona. La organización comunitaria conocida como «Palermo Resiste,» que es muy activa en las redes sociales, ha señalado a las autoridades de la Comuna 14 como responsables de esta proliferación de restaurantes, la cual, según argumentan, pone en peligro la seguridad de los residentes. Para evitar los decks de estos establecimientos, los vecinos se ven obligados a caminar por calles llenas de ciclistas, tráfico de doble sentido y camiones que transportan suministros para los restaurantes.
De manera irónica, se refieren a la administración de la Ciudad como los instigadores de la «invasión de decks» y han llevado a cabo sus propias investigaciones, que indican que hay cerca de 270 de estos espacios en la zona. Esta cifra varía debido a las aperturas y cierres constantes de los restaurantes. Además, después de que los establecimientos cierran sus puertas al público, los decks a menudo se quedan en la vía pública sin ser retirados durante semanas.
Este problema no se limita a Palermo; en barrios como Liniers, Caballito, Flores, Balvanera y Villa Crespo, donde también se han establecido polos gastronómicos, los vecinos se enfrentan al mismo desafío de tener que sortear decks en las calles.
La supervisión y control de esta situación recae en los inspectores de la Agencia Gubernamental de Control, quienes solo emiten multas cuando la presión de los vecinos se hace evidente.
Detrás de la decisión del gobierno de la Ciudad de permitir que los negocios gastronómicos operen en la vía pública se encuentra la presión de las organizaciones de bares y restaurantes, respaldadas por el influyente sindicato gastronómico de Buenos Aires, liderado por Dante Camaño, un sindicalista que apoya a los políticos del PRO a nivel nacional y municipal.
El sindicato argumenta que la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto devastador en la industria gastronómica, resultando en el cierre de miles de puestos de trabajo en la Ciudad de Buenos Aires. Permitir los decks fue una medida para mitigar esta crisis económica y mantener el consumo en los bares de la ciudad. Sin embargo, la pandemia económica nacional ha continuado, y los empresarios y trabajadores gastronómicos dependen de que los decks se mantengan en funcionamiento.
Antes de la pandemia, establecer decks requería el pago de una tarifa por el uso del espacio público, lo que limitaba su proliferación en las aceras.
Los comerciantes a menudo se refieren a los decks como «terrazas» y señalan que gracias a este sistema, han duplicado la cantidad de mesas disponibles, lo que les permite mantener el empleo, especialmente en un momento en que la industria enfrenta desafíos significativos.
Este debate sobre los decks en la vía pública no se limita a la Ciudad de Buenos Aires, ya que otros municipios también han lidiado con cuestionamientos sobre su viabilidad. Algunos alcaldes de la coalición Juntos por el Cambio defienden los decks, mientras que otros, como el intendente de La Plata, Julio Garro, han optado por eliminarlos. En última instancia, la decisión sobre su futuro dependerá de la administración entrante en la Ciudad de Buenos Aires y las prioridades que establezcan. La proliferación de decks en las últimas semanas coincide con la llegada de la primavera.