La visión natural que tiene el género humano del Universo en que habita está sutilmente condicionada por la luz de las estrellas, a través de mecanismos biológicos. Esa limitación ha sido rota por la constante evolución de la tecnología que desemboca, por ejemplo, en la reciente generación de «telescopios inteligentes» y en otros instrumentos con base en tierra o en el espacio. Tales herramientas nos permiten observar más lejos en el espacio y más atrás en el tiempo, llevándonos a las puertas del nacimiento del Universo.
En ese marco, el «Big Bang» es la cosmología de referencia dominante. Contrariamente a cierta y difundida idea, esa teoría no es el producto de una abstracción o descubrimiento en particular. Más bien, es el resultado de una construcción que tiene casi un siglo de vida y ha sido alimentada por la observación del cielo. Esa construcción, sin embargo, no ha sido aún completada y todavía discutimos acerca de cuáles aspectos pueden ser considerados como «hechos» y cuáles como «interpretaciones».
Coordina: Lic. Lucía Sendón de Valery – Directora del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”
Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”
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