Vinieron por todo. Lo advirtieron. Está claro. Ya no vamos sino que venimos.

Irán por la reforma

Irán por Amia. Y vinieron, se llevaron la causa puesta. Aceptan una “comisión de la verdad”, admitiendo que antes no la teníamos. Firmaron sin consultar a los que saben, salvo a los iraníes que son quienes triunfaron; y recibirán, además, el apoyo de los votos legislativos por obediencia debida.
Dicen que quieren Justicia; y, en realidad, la quieren ajusticiar cuando no es dependiente y obsecuente.
Irán por Irán. Es decir, mal alineados y alineados con el mal, asociados con un régimen teocrático, fundamentalista y terrorista; ¡y asumiendo como logro «que Irán está dispuesto a dialogar»!
Lo que no pudo el mundo libre, simulamos pretenderlo nosotros, los campeones de los barrabravas, y engañando con un tema tan sensible como la causa AMIA que podremos obtener de Irán ¡lo que nunca nos darán! Eso sí, pagando de contado y a sola firma, mientras Irán promete a crédito sin plazo, Argentina le da lo que le piden: restablecimiento de relaciones diplomáticas plenas, más comercio, negocios; y Argentina cabecera de desembarco del régimen de los ayatolas en Latinoamérica.

Esta vez, los buitres somos nosotros, hacemos de la Justicia y la causa: carroña, demostrando que la falta de límites, la ambición y el poder no tienen fondo. Y esta vez, a este fondo le vamos a pagar. Lo que estamos por embargar, es la libertad, ya no la fragata.
Bajo la coartada de la AMIA, se trata de blanquear al régimen de Irán. La embajada de Teherán ya no será Caracas, sino la Rosada, en Capital Federal.
Irán por la Reforma. Ya no solo por la reelección eterna, sino por un cambio de valores en nuestro pacto social, que es reformar la Constitución Nacional, mutando la demagogia populista de facto en la que vivimos, en un nuevo «orden» que dé por terminada la democracia republicana en nuestro país…
Es por ello, para los que están dormidos, anestesiados y distraídos, que debemos recordarles: ya no solo es AMIA e Irán; es ir por todo y llevarse puesta a la Argentina.
¡No nos dejen solos como comunidad judía resistiendo! La masacre de la AMIA no es nuestra sino de toda la sociedad argentina, como venimos juntos luchando casi dos décadas por Memoria y Justicia, ambas dimensiones que pretenden ser traicionadas por votación en el recinto. El peligro de pactar con Irán es un tema de la agenda nacional, no de una comunidad. Si algo tan repudiable como obvio pasa la votación, ¿por qué no lo haría la reforma de la Constitución de la Nación?

Es hoy un capítulo más de aquello que se inició con el Campo. Entonces pensamos que era solo ir por la caja. No fue solo eso. Fue ir contra un sector de la sociedad para dividirnos. Fueron por ellos con las retenciones, pero venían por todos. Entonces, Campo y Ciudad cuanto más pretendían dividirnos, nosotros más nos uníamos. Supimos despertar, federalizar, movilizar, resistir y luchar en el marco de las instituciones parlamentarias para evitar que voten con obsecuencia y lo hagan sí a conciencia.

¿Seremos capaces, como con la 125, de resistir y lograr que los legisladores representen a la gente; en lugar de obedecer ciegamente a quienes degradaron la democracia en la suma del poder público, intentando de facto abolir para siempre la división de los tres poderes con la violencia de la prepotencia, sin respetar ningún límite? ¿Somos conscientes de que la Constitución, ya reformada en el ´94 sin ser respetuosamente observada, quiere ser ahora violada y profanada luego del resultado electoral de 2013?

La votación del memorándum de acuerdo con Irán es el globo de ensayo para verificar tanto la anomia de la sociedad como la ductilidad de legisladores propios y ajenos para entregarse al absolutismo presidencial unipersonal. Ahora, irán por la reforma. Si una aberración como el acuerdo firmado con Irán es aprobado, nada ni nadie impedirá que vayan por todo. Ellos ya vienen. ¿Nosotros a dónde vamos?

Una nueva Constitución –que nada tendrá de aquella que instituyó a la Argentina como Tierra prometida en su Preámbulo– será el desierto del destierro de nuestra esperanzas para una próxima generación.
La comunidad judía aun dividida y cooptada por la política nacional, supo unida en sus diferencias decir que NO al acuerdo con Irán. Es hora de que ahora todos los argentinos de buena voluntad –incluyendo a quienes simpatizan con el Gobierno Nacional– asumamos ante esta emergencia institucional, el compromiso argentino de salir a contar los votos en el Congreso de la Nación. Esperemos, esta vez, encontrar representantes del pueblo que no nos abandonen por el terror de la hegemonía autocrática; y que recuerden la Constitución por la que juraron. Necesitamos que sus conciencias los iluminen para que sean sus votos la mayoría y no necesitar del milagro de la independencia y conciencia de un Vicepresidente de la Nación con la que no podemos contar hoy…

Ahora que ya fueron por la AMIA –entregándonos–, van por Irán –sometiéndonos–. Que no lo logren con los valores de nuestra Carta Magna.
El memorándum del acuerdo con Irán es solo el anticipo de lo que vendrá. Ya volaron la Embajada de Israel y la sede de la AMIA. ¿Les dejaremos también a los nuevos socios de Irán atentar contra nuestra Constitución Nacional?

Rabino Sergio Bergman