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Violencia Familiar. Donde hay un sometido y un sometedor

Todo hecho violento es una situación de poder donde hay un sometido y un sometedor, donde alguien abusa de ese poder y autoridad y hay otro que lo padece. Se utiliza la fuerza y la intimidación sobre alguien que es sometido por diferentes prácticas violentas: maltrato físico, amenazas, abuso sexual, abuso moral, maltrato emocional.

La violencia es un fenómeno fundamentalmente emocional porque el golpe en el cuerpo puede pasar pero la vergüenza, la degradación y el terror quedan haciendo marca en el psiquismo para siempre.

La violencia familiar crece a pasos agigantados siendo las mujeres y los niños los mas afectados. Las relaciones de género establecen una jerarquía que le da generalmente al varón mayor poder sobre el cuerpo femenino y sobre el cuerpo del niño.

Una pareja se constituye cuando existe un equilibrio sintomático de ambas partes – cuando los síntomas de uno se articulan con los síntomas del otro – cuando por un motivo determinado este equilibrio se rompe puede producir un efecto de desconocimiento, lo que era familiar para esa persona se transforma en algo siniestro. Eso no reconocible en el otro a veces puede desencadenar en un acto violento, cuando la imagen que se esperaba encontrar aparece desfigurada.

Sería importante también preguntarse a quién o a qué se maltrata cuando un niño pasa a ser objeto de la violencia ejercida por alguno de sus progenitores. Sin entrar en generalizaciones una respuesta posible es que se ataca a lo insoportable de sí mismo, a aquello que el sujeto que ejerce la violencia quisiera destruir en sí mismo y lo ve reflejado, encarnado en el niño.

La violencia física o verbal que hicieron marca en los primeros años de vida en un niño en plena estructuración psíquica incrementando el estado de desamparo, impide el procesamiento y metabolización de lo sufrido. Lo que no puede ser ligado pasará en forma violenta a su vez a los hijos como repetición ante la imposibilidad de tramitación, existiendo de esta forma, en muchas ocasiones, una transmisión de violencia a través de generaciones: existió un abuelo violento, un padre violento y un niño que en la vida adulta es muy probable que sea violento. Se repite entonces la vivencia en su forma activa o pasiva, el sujeto se identifica con el agresor o busca que alguien se haga cargo de la repetición buscando de esta forma otro agresor.

Las familias violentas son familias endogámicas, los vínculos entre los miembros son de adherencia y desconexión afectiva, cada uno está aislado, en soledad, pero a la vez no pudiéndose separar de los otros.

Si entendemos por violencia el uso de la fuerza contra personas tomadas como objetos y que ejercerla en el núcleo familiar significa violar una ley, toda violencia ya sea psíquica o la que opera contra un cuerpo es el resultado de una situación compleja en donde la capacidad de la palabra está abolida o si opera lo hace en forma deficitaria, la palabra es sustituida por el acto violento.

Sería oportuno que dentro de un marco terapéutico familiar circule la palabra, siendo muchas veces necesario apelar a la ley de los códigos: organismos judiciales, asistentes sociales, abogados, etc. para establecer un orden en el seno familiar donde las prohibiciones de lo que está permitido como de lo que no está no han funcionado.

En el mes de mayo del corriente año hubo un 65% de mujeres víctimas de la violencia doméstica, un 15% de niñas, un 13% de niños y un 7% de varones afectados por la misma problemática. Un 83%de varones denunciados y un 17% de mujeres denunciadas de todos esos casos la mayoría son ex parejas o concubinos. Las denuncias mayores corresponderían a violencia psicológica y continúan las de violencia física.*

*Fuente: OFICINA DE VIOLENCIA DOMESTICA. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION. REPUBLICA ARGENTINA.

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