Zonas liberadas: Trapitos violentos y fuera de control en ‘Palermo Hollywood’ y ‘Palermo Soho'»

Según un relevamiento de la ONG Defendamos Buenos Aires, desde diciembre pasado se cometieron varias decenas de ataques, ya no sólo a autos sino también a comercios, totalizando un total de 36 en 41 días

Los trapitos siguen siendo un problema y están fuera de control en la Ciudad de Buenos Aires, al punto que cometen prácticamente un robo por día, tomando como eje los barrios de Palermo y Belgrano, donde desde diciembre pasado se cometieron varias decenas de ataques a autos y comercios, totalizando 36 en 41 días.

Así se desprende de un relevamiento de la ONG Defendamos Buenos Aires, que apuntó 24 casos en Palermo y 12 en Belgrano en el último mes y medio, manteniendo un promedio similar al de 2016, año que concluyó con 362 agresiones de cuidacoches entre la Capital Federal y el conurbano bonaerense.

Los sectores más castigados por este tipo de delitos son Belgrano y, principalmente, Palermo, donde, en las últimas horas, amaneció con los vidrios rotos un local ubicado en Honduras al 4700 (ver foto), que ya había sido asaltado en dos oportunidades en lo que va del año. Por el episodio, el dueño del comercio de ropa le apunta a los cuidacoches.

«La zona de Plaza Serrano en Palermo y la de Plaza Noruega en Belgrano son verdaderas zonas liberadas para los robos de autos que quedan estacionados y que los trapitos abren forzando cerraduras o directamente rompiendo vidrios», alertó el abogado Javier Miglino, titular de la ONG.

De los 24 robos en Palermo, precisó que se produjeron principalmente en las calles Fitz Roy, Costa Rica, Humboldt, Honduras, Jorge Luis Borges y en las zonas de ‘Palermo Hollywood’ y ‘Palermo Soho'», mientras que los 12 de Belgrano fueron perpetrados por delincuentes que deambulan por Ciudad de la Paz entre Monroe y Juramento, Blanco Encalada y Vuelta de Obligado, Olazábal y Vuelta de Obligado y Roosevelt entre 11 de Septiembre y Montañeses.
Al explicar la modalidad, Miglino indicó que, en un primer momento, los trapitos ofician como estacionadores. «Una vez visualizada la víctima, sea un auto de alta gama, una camioneta 4×4 o un vehículo repleto de chicos, se acerca uno de estos delincuentes e invita a dejar el coche en un lugar alejado o carente de luz, sobre todo luego de las 19 horas», contó el especialista.

Y agregó: «Cuando el futuro damnificado deja el rodado, no piden retribución y se saludan con tono agradable. Si el vehículo no recibe accionamiento de alarma está perdido, porque al rato aparecen dos o tres más y primero con un alambre en forma de ganzúa intentan abrir una puerta. Si no, directamente rompen el cristal de una ventana y roban todo lo que esté a la mano, incluyendo el estéreo».

El titular de Defendamos Buenos Aires aseguró que estos asaltos forman parte de una cadena delictiva que, a raíz de su éxito, tiene una tendencia a crecer.

«Por estos días es muy sencillo adquirir un estéreo a mitad de precio en los negocios de la calle Libertad entre Corrientes y Talcahuano. Obviamente muchos de ellos tienen este origen, con lo que es posible que la actividad delictiva de robo por parte de los trapitos no solo no disminuya sino que crezca en Palermo, Belgrano y otros barrios como Flores y Almagro», resaltó.

Esta preocupante estadística encuentra su correlato en lo ocurrido el año pasado. Es que, según el informe de la ONG, en el que relevó los delitos de los cuidacoches, «hubo al menos un ataque por día de trapitos contra automovilistas y vecinos de la Ciudad y el conurbano bonaerense, que llevan el caso a un tribunal del área metropolitana, ya sea por lesiones o incluso tentativas de homicidio».

En consecuencia, Miglino reveló que el año, en el que se produjeron un total de 362 hechos de estas características, «fue por lejos el más violento y el de mayor recaudación histórica para esta mafia que ha venido engordando desde 2004, tanto en cantidad de miembros como en facturación e impunidad».

«En la actualidad son más de 5 mil en el área metropolitana, donde recaudan un promedio de 4 millones de pesos por día, es decir unos 24 mil pesos al mes por cada uno de los trapitos, que logran sus ingresos por extorsión, amenazas, daño, lesiones e incluso tentativas de homicidio. Todos delitos graves y, hasta el día de hoy, impunes», concluyó.