Juntar no es ser ecléctico

Por José Camino Dali, decorador, creador de Dali Life (www.facebook.com/dali.life).

Ser ecléctico no significa no seguir una línea estética, es decir, no hay que caer en decoraciones apabullantes que lejos de invitar a quedarse saturan el espacio. En las ambientaciones donde se pueden ver elementos de distintos movimientos y épocas se involucran mucho los gustos, intereses y herencias personales de los dueños de casa que pueden moverse con libertad para crear la atmósfera deseada. Nunca hay que perder el equilibrio.

La tendencia actual marca que no hay una regla rígida, y por eso es que el eclecticismo ha ganado territorio. Además, es un estilo que permite fusionar muy bien la funcionalidad, los intereses culturales y costumbristas con joyas antiguas que la persona quiera conservar.

En los ambientes eclécticos no hay un esquema definido, sino que están regidos por los gustos de sus dueños (algunos lucen recuerdos de viajes, otros objetos de profesión y hay quienes coleccionan) y no por una corriente decorativa o arquitectónica. Allí los objetos se unen en un acto creativo.

El peligro de esta tendencia es caer en excesos. ¿Cómo darse cuenta cuando sucede eso? Esto pasa cuando los accesorios no lucen, se empastan o distraen la mirada. Lo mejor es tener objetos escultóricos que sea protagonistas. Muchas veces, menos es más. Por ejemplo, un monoambiente también puede ser ecléctico apostando por un fondo neutro y seleccionando piezas preciosas y preciadas.

Lo bueno de este estilo es que no hay ambiente que se le resista. Además, podemos traer en el tiempo viejos muebles que al ser modernizados (una silla Luis XV retapizada con un género estampado de animal print) cobran un nuevo valor. Algunos hasta pueden encontrar nuevas funciones, como las mesas de las máquinas de coser puestas en un living exterior.

En este sentido, hay que prestar especial atención a no elegir mobiliario atractivo visualmente pero poco funcional o incómodo. Las camas antiguas suelen ser espectaculares al verlas, pero no siempre son lo mejor a la hora de descansar. Si se desean incorporar objetos de época es posible optar por lámparas, sillas (pueden ser solo unas, no todas), butacas y marcos.

Establecer una cuidada selección de objetos y no saturar los fondos es la clave para ser ecléctico y no desmedido.