Palermo, la cuna de la moda que teje identidad
En el corazón de Palermo, la moda se reinventa con un toque porteño que fusiona tradición y vanguardia. Descubrí cómo las nuevas tendencias locales están conquistando las pasarelas internacionales, mientras las diseñadoras argentinas redefinen el estilo con identidad propia.
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Las calles que marcan el ritmo de la moda
En las calles empedradas de Palermo, la moda no es solo un capricho estacional, sino un manifiesto de identidad. Desde la plaza Serrano hasta los pasajes escondidos de Villa Freud, el diseño argentino se alza con un estilo que desafía etiquetas y esquemas prearmados. En esta geografía del buen gusto, cada prenda es un poema de texturas y cortes que susurran historias porteñas al oído de quien sabe escuchar.
Diseño argentino: entre el arrabal y la modernidad
Las nuevas colecciones de las diseñadoras argentinas no solo visten cuerpos, sino que también visten almas. Con un toque de picardía criolla y una pizca de melancolía tanguera, estas prendas conquistan corazones en cada desfile. Lejos de los dictados rígidos de la moda industrial, la estética palermitana se ampara en la autenticidad, mezclando tejidos nobles con cortes atrevidos que desafían los convencionalismos.
El diseño argentino es como el bandoneón: llora, seduce y enamora. No es solo ropa, es actitud, es postura frente al mundo. Como bien decía Coco Chanel, «la moda pasa, el estilo permanece», y en Palermo, el estilo es una huella imborrable en las veredas donde se cruzan la historia y el futuro.
El arte de cubrirse: moda y tradición
Entre las tendencias que resuenan en las vidrieras porteñas, el uso de coberturas de cabeza para mujeres emerge como un guiño a las tradiciones, reinterpretadas con un giro contemporáneo. Desde los mitpaḥat de origen hebreo hasta los turbantes inspirados en las divas de la época dorada del cine, las mujeres de Palermo llevan sus cabezas envueltas en un halo de sofisticación y misterio.
Por las calles de Palermo, uno se cruza con mujeres musulmanas con sus hijabs coloridos y elegantes, judías ortodoxas que optan por mitpaḥat o sheitels con estilizados cortes europeos, hinduístas ortodoxas con dupattas que fluyen con gracia y católicas devotas que incorporan velos y mantillas con un aire contemporáneo. Todas, a su manera, reafirman que la moda no es solo un capricho estético, sino un diálogo entre tradición, identidad y modernidad.
De acuerdo con la halajá (ley judía), las mujeres judías casadas deben cubrirse el cabello cuando estén en presencia de hombres diferentes a su marido o familiares cercanos. Cubrirse la cabeza es una práctica común hoy en día entre las judías ortodoxas.
Se utilizan diferentes maneras de cubrir el cabello, entre ellas el mitpaḥat o tichel (pañuelo o pañoleta), el shpitzel, redecillas o capillas, sombreros, boinas y sheitels (pelucas). Los tocados más comunes en la comunidad jaredí (ultraortodoxa) son pañuelos en forma de tichel y redecillas, si bien algunas mujeres usan sombreros, boinas o sheitels. El tichel y las redecillas siguen siendo el estándar rabínico histórico y universalmente aceptado para judías observantes. Las pañoletas se pueden atar de varias maneras, dependiendo de cuán informal esté vestida quien las usa.
Cubrirse el cabello es parte de los estándares de vestuario relacionados con la modestia, que son llamados tzniut.
En la Torá, Números 5:18 requiere que la cabeza de las mujeres casadas vaya parua (una palabra que se ha entendido como «descubierta» o «con el cabello suelto») como parte del ritual del sotah (o prueba del agua amarga), lo que sugiere que, normalmente, no llevan el cabello en parua. Según el Talmud, esto indica que la Torá prohíbe a las mujeres casadas en general aparecer parua en público.
No obstante, la Mishná implica que cubrirse el cabello no es una obligación de origen bíblico. Al discutir conductas que son motivo de divorcio, tales como «aparecer en público con la cabeza en parua, tejer en el mercado o hablar con cualquier hombre», denomina a tales como violaciones de la Dat Yehudit (‘ley judía ‘) en contraposición a violaciones de la Dat Moshe (‘ley mosaica’). El Talmud reconcilia estas fuentes afirmando que si se lleva la cabeza completamente al descubierto en público, esto constituiría de hecho una violación de Dat Moshe, mientras que una mujer que aparece en público usando una kalta (es decir, una cobertura mínima de parte del cabello, tal vez una canasta sobre la cabeza) ha cumplido con la Dat Moshe pero todavía sigue violando la Dat Yehudit.
Otra fuente talmúdica relevante es Berajot 24a, en la que los rabinos definen que el cabello femenino es sexualmente erótico (ervah), prohibiendo en consecuencia a los hombres orar a la vista del cabello de una mujer casada. Los rabinos basan tal juicio en el versículo bíblico: «tu melena, cual rebaño de cabras, que ondulan por el monte Galaad» (Cantar de los Cantares 4:1), sugiriendo que tal elogio refleja la naturaleza sensual del cabello.
El Zohar, un comentario sobre la Torá y otras escrituras hebreas y la fuente principal de las creencias de la Cábala, describe también la importancia mística de que las mujeres se aseguren de no mostrar su cabello. La parashá Naso 125b-126b sugiere que las mujeres que obedecen estrictamente las tradiciones de cubrirse la cabeza cosecharán muchas bendiciones para sus esposos e hijos.
La revolución fashionista está en marcha
En un mundo donde la uniformidad amenaza con ahogar la creatividad, el diseño argentino se levanta con la fuerza de un malambo bien zapateado. La moda en Palermo no es solo una cuestión de estilo, sino una forma de vida. ¿Estás lista para sumarte a esta revolución fashionista que está cambiando las reglas del juego?
¿Qué opinás de las nuevas tendencias de moda en Palermo? ¿Creés que el diseño argentino está marcando un antes y un después en el mundo fashion? Envianos tu opinión a lectores@palermonline.com.ar. ¡Queremos escucharte!