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Redescubriendo el alto rendimiento deportivo

En las calles adoquinadas de Buenos Aires, se está redescubriendo que el alto rendimiento deportivo no solo se forja en el sudor y el músculo, sino también en la satisfacción de tres necesidades psicológicas fundamentales: autonomía, competencia y relación. Esta revelación, basada en la teoría de Deci y Ryan, está transformando la forma en que se vive el deporte en los barrios porteños.

En los arrabales de San Telmo y La Boca, se ha observado un cambio en el aire. Se está comprendiendo que los pibes que juegan a la pelota en los potreros no solo necesitan entrenar sus gambetas y remates, sino también nutrir su alma y su mente. Fue descubierto que la autonomía, esa sensación de tener las riendas de la propia vida, es esencial para que los deportistas se sientan dueños de su destino en la cancha.

Se ha notado que cuando se les permite a los jugadores tomar decisiones, ser creativos y expresarse libremente, su desempeño mejora notablemente. Ya no se trata solo de seguir órdenes, sino de sentir que cada movimiento es propio, que cada gol es una obra de arte personal.

La competencia, entendida como la percepción de ser capaz y eficaz en lo que se hace, ha sido valorada como otro pilar fundamental. En las tardes cálidas del Parque Lezama, se ha visto cómo los muchachos que se sienten hábiles, que reconocen su propio progreso, se esfuerzan el doble, motivados por el deseo de superarse. No es solo cuestión de ganar partidos, sino de superar los propios límites, de sentir ese orgullo interno que viene de saber que uno está haciendo las cosas bien.

La relación, esa necesidad de sentirse parte de un grupo, apoyado y valorado por los demás, ha sido reconocida como el tercer pilar de la motivación. En los clubes de barrio, donde el mate y las charlas al sol crean lazos inquebrantables, se ha entendido que el compañerismo es tan importante como la técnica. Se ha visto que cuando un jugador siente el respaldo de sus compañeros y entrenadores, cuando se sabe parte de una familia, su compromiso y rendimiento se elevan.

Esta nueva mirada al entrenamiento deportivo está siendo adoptada en todo Buenos Aires. Se ha comenzado a integrar prácticas que fomentan la autonomía, la competencia y la relación, creando entornos donde los deportistas pueden florecer plenamente.

Filosóficamente, esta perspectiva se alinea con el humanismo, que coloca al ser humano en el centro y valora su capacidad para crecer y autorrealizarse. Se está reconociendo que el deporte es más que una actividad física; es una expresión de la condición humana, una vía para alcanzar la plenitud.

Además, desde una perspectiva ética, se está promoviendo un enfoque que respeta la dignidad y la individualidad de cada deportista, evitando prácticas opresivas o deshumanizantes. Se está construyendo un deporte más justo, más humano, donde el éxito no se mide solo en medallas, sino en el desarrollo integral de las personas.

Currículum:

Edward L. Deci y Richard M. Ryan son destacados psicólogos estadounidenses, conocidos por desarrollar la Teoría de la Autodeterminación. Con doctorados en psicología de la Universidad de Rochester, han dedicado décadas a investigar la motivación humana y el bienestar. Sus trabajos han influido en campos como la educación, la salud y el deporte. Han publicado numerosos libros y artículos académicos, y han sido reconocidos internacionalmente por sus contribuciones a la comprensión de las necesidades psicológicas básicas.

Fuentes: Palermo Online Noticias (https://palermonline.com.ar/)

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