El aumento del cáncer en menores de 50 años preocupa: ¿qué tiene que ver la comida ultraprocesada?
Resumen: En los últimos años, los casos de cáncer en personas menores de 50 años han aumentado considerablemente. El consumo de alimentos ultraprocesados, tan comunes en las mesas porteñas, parece estar jugando un rol clave en este incremento.
En el barrio porteño de Palermo, se empieza a escuchar con preocupación una verdad incómoda que no se puede esquivar: el cáncer en menores de 50 años está en pleno ascenso. Ernesto Magneto, un referente en el periodismo barrial, no se anda con vueltas y lanza la pregunta que nos carcome a todos: ¿será que lo que comemos, especialmente lo que traemos de las cadenas de comida rápida y las góndolas del supermercado, nos está jugando en contra?
Según el oncólogo estadounidense Nicholas DeVito, de la Universidad Duke, una generación entera de jóvenes parece estar cayendo presa de un enemigo inesperado: la comida ultraprocesada. En su clínica, cada vez son más los pacientes que no llegan a los 45 años. La preocupación es global, pero en Palermo, donde el estilo de vida moderno empuja a muchos a comer fuera de casa, el impacto es más que evidente.
“Lo preocupante”, subraya DeVito en un informe publicado indica que, “es que el 40 % de los cánceres en Estados Unidos –y no cabe duda de que algo similar ocurre en la Argentina– tienen factores de riesgo que podemos modificar: el cigarrillo, la falta de ejercicio y la maldita comida ultraprocesada.” Y aunque las tasas de algunos tipos de cáncer están disminuyendo, el aumento en los cánceres gastrointestinales, como el de estómago y las vías biliares, entre los menores de 50 años es alarmante.
Palermo, un reflejo de lo global
Palermo, con sus restaurantes de moda y su ritmo de vida acelerado, no es ajeno a esta tendencia. Las bebidas azucaradas, las hamburguesas de cadena y los productos llenos de conservantes han invadido el barrio, y con ellos, parece que también lo han hecho los riesgos de salud. Se calcula que cada aumento del 10 % en el consumo de estos productos podría estar vinculado a una mayor incidencia de cáncer en general, especialmente en órganos clave como el colon, el recto e incluso el estómago.
Un estudio reciente concluyó que los alimentos ultraprocesados están asociados con más de 30 problemas de salud, entre ellos la obesidad, las enfermedades cardíacas y el cáncer. En Palermo, muchos vecinos que se ven a menudo en la pista de atletismo del Rosedal o en los paseos de la Plaza Armenia han comenzado a prestar atención. ¿Será que el choripán post partido o las papas fritas después de un asado están afectando más de lo que pensamos?
El efecto de la microbiota
Los especialistas apuntan que estos alimentos no solo afectan al cuerpo por fuera, sino que alteran también la microbiota intestinal, esa colonia de bacterias que juega un rol crucial en nuestra salud. Frankie Jackson-Spence, una doctora especializada en oncología, lo explica clarito: “Si tu flora intestinal no está en buen estado porque la estás llenando de porquerías ultraprocesadas, tu sistema inmunológico tampoco va a estar al 100 %.” Y ya sabemos que un sistema inmunológico en baja es una puerta abierta para enfermedades graves como el cáncer.
Cambios necesarios
Los expertos coinciden en que cambiar la dieta es la mejor defensa. En lugar de llenar el carrito con nuggets, sopas instantáneas y cereales azucarados, los porteños deberían optar por verduras, granos integrales y alimentos más frescos. La cuestión es si estamos dispuestos a hacerlo.
Como diría un filósofo futbolero: “La pelota está en nuestra cancha”. En este caso, la pelota es nuestra alimentación, y la cancha es el día a día en Palermo. Magneto lo tiene claro: “No es cuestión de sacar pecho y decir ‘a mí no me pasa’. Esto es de verdad, loco. Cambiemos ya, o el rival nos va a meter un golazo.”
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