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Crobar el boliche que habilitó la AGC

Crobar capital del sintético.

Dos adolescentes denunciaron que fueron drogadas y abusadas en reconocido boliche de Palermo.

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Crobar capital del sintético.

Sigue la joda en el País de Guasón Larreta. Larreta habla de seguridad, y los boliches que habilita están permanentemente apartados de la ley. Los boliches habilitados por Larreta y su corrupta oficina Agencia Gubernamental de Control, además de no controlar nada, son coimeros. Esto pasa por que los controles que aplica el Gobierno del Guasón son una risa. Según Gastón un pibe que va a Crobar «en el Boliche Crobar los pibes pueden comprar droga sintética en el medio de la pista, en la puerta del baño, al lado de los parlantes, eso si, si los de seguridad te ven fumando un «faso» te cagan a piñas y te sacan, solo le podes comprar a ellos, lo de la piba, pasa todos los fines de semana, son los amigos del dueño o del tarjetero que falopean a las pibas en la cara de todos, son todos votantes de Milei, Macri y Larreta que queres, no voy más, siempre hay piña y la Poli trabaja para ellos».

Las adolescentes contaron que dos empleados les dieron de tomar bebidas alcohólicas y al rato perdieron sus sentidos. Fue ahí cuando se les abalanzaron encima y fueron agredidas.

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Crobar capital del sintético.

Dos menores de 17 años denunciaron haber sido drogadas y abusadas sexualmente dentro del boliche Crobar, situado en el barrio porteño de Palermo, y los acusados son dos empleados de relaciones públicas del lugar. Fuentes policiales revelaron a que el hecho se produjo el sábado alrededor de la 1:30 cuando personal de la comisaría vecinal 14 C de la Policía de la Ciudad se dirigió hacia el Hospital Fernández tras una llamada al 911.

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Crobar capital del sintético.

Los padres de las adolescentes relataron en sede policial que sus hijas habrían ingerido bebidas alcohólicas dentro del boliche bailable y en un momento determinado perdieron el control de sus sentidos sensoriales. Las menores se encontraban en compañía de dos empleados de relaciones públicas del local, según consta en la denuncia policial. Ambos sujetos se habrían abalanzado sobre ellas, manoseándolas por todo el cuerpo, pero sin que el abuso sexual haya tenido acceso carnal.

La Fiscalía dispuso que la fuerza porteña inicie una investigación a fondo y que intervenga personal de la Línea 137 de asistencia a víctimas de violencia y sexuales.

Los uniformados dieron aviso al Área de Flagrancia Norte en turno, que no adoptó ningún temperamento respecto al boliche, pero también comunicaron lo ocurrido a la Agencia gubernamental de Control de la Ciudad por la infracción de Crobar al permitir el ingresos de menores al local bailable.

Efectivos de Investigaciones de la Policía de la Ciudad realizaron una inspección ocular en el reducto y pidieron las imágenes de las cámaras de seguridad del lugar, las cuales fueron analizadas y aún se esperan novedades.

Al mismo tiempo, el sábado a la madrugada, momento en el que se habría producido el abuso sexual, los uniformados arribaron al boliche y procedieron al cese de la actividad comercial y desalojo de la concurrencia.

Los padres de ambas adolescentes fueron contenidos por personal especializado, mientras que las menores fueron atendidas en el Hospital Fernández. Interviene en el hecho la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional número 58, a cargo de Jorge Héctor Emilio Fernández, Secretaría de Gustavo Amelotti.

EN CLUB ARAOZ. CAPITAL DE YO NO VI NADA

«Es evidente a esta hora que los dueños de los locales comerciales, no están cumpliendo el rol que venden. Entretenimiento. Con el caso de Ramos Mejía, CroBar y Club Araoz, unno ve una tendencia que evidentemente Larreta no ve. Los comercios son corresponsables, se hacen los boludos eternamente». Así lo describe Sara, un vecina de la calle Araoz al 2400. «Ese lugar es un antro, desde siempre, mean y vomitan en la calle», dijo la vecina indignada. Cundo le preguntamos sobre si la Comuna 14, pasó a ver, la respuesta fue lapidaria. «Esos pibes no existen si no hay billetes»

Violeta Santa Cruz

Tomás Ezequiel G., de 22 años, llegó a Buenos Aires desde su Santa Cruz natal para pasear. Pero sus intenciones eran otras. En las últimas horas, fue detenido en un hotel del barrio porteño de San Telmo: está acusado de cometer al menos tres abusos sexuales en un boliche de Palermo la misma noche.

Todo comenzó la madrugada del pasado 15 de abril en un boliche de Aráoz al 2.400. Cerca de las 4.30, agentes de la Policía de la Ciudad se acercaron hasta el Club Aráoz, tras ser alertados por un caso de abuso. Al llegar, se encontraron con una joven en estado de shock junto a su pareja, quien se entrevistó con los oficiales.

Según el relato del novio de la chica, mientras estaban en la disco, la joven fue hasta el baño. Mientras hacía la fila para ingresar, un hombre corpulento la manoseó, ante la mirada atónita de las otras mujeres. Al regresar, en medio de una crisis de nervios, ella le contó lo sucedido a su pareja y le dio una descripción del agresor.

El denunciante, entonces, fue a buscar al abusador. Recorrió el boliche pero no pudo localizarlo por lo que decidió retirarse del lugar, dado que la joven seguía bajo conmoción. Sin embargo, al salir del club nocturno se toparon con el abusador en las inmediaciones. La víctima lo reconoció e inmediatamente su pareja se comunicó con el 911.

Unos minutos más tarde oficiales de la Comisaría Vecinal 14A detuvieron a Tomás Ezequiel G. De acuerdo a fuentes policiales, el sospechoso no opuso resistencia a su detención y quedó a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº18, a cargo del juez Pablo Ormaechea.

El detenido fue trasladado a la alcaldía, donde se lo notificó de la causa en su contra. Pero, al no tener antecedentes penales, recuperó la libertad al día siguiente.

Dos días después, el 18 de abril, la situación judicial de Tomás Ezequiel G. se complicó aún más. Dos mujeres se presentaron, en forma separada, en la Comisaría Vecinal 14A y denunciaron que un joven había abusado de ellas en el interior del mismo Club Aráoz.

En estos casos, según las fuentes consultadas, se produjeron la misma noche que atacaron a la primera víctima pero en otros sectores del boliche, y en distintos horarios.

Las dos nuevas denunciantes aportaron rasgos fisionómicos del abusador y la ropa que llevaba puesta con el fin de identificarlo. Las características físicas y de vestimenta que brindaron, al igual que el modus operandi, coincidían con la descripción de Tomás G., por lo que el personal policial volvió a comunicarse con el juzgado de Ormaechea, quien ordenó su arresto.

Tomás Ezequiel G. tras ser detenido

En este punto surgió un inconveniente: al momento de la primera detención, el acusado había dado una dirección de la provincia de Santa Cruz como domicilio legal.

Debido a ello los investigadores indagaron en sus redes sociales y otros sistemas de base de datos. Así, tomaron conocimiento de que se encontraba de paso en la Ciudad de Buenos Aires, y que estaba alojado en un hotel de la avenida Brasil al 700, en el barrio porteño de San Telmo.

Con esta información, Ormaechea libró una orden de allanamiento en el hotel, que se hizo el miércoles pasado y donde la Policía de la Ciudad detuvo a Tomás Ezequiel G.: luego lo trasladaron otra vez a la alcaldía. Quedó imputado por el delito de abuso sexual simple.

Este delito está tipificado en el artículo 119 del Código Penal y establece que “será reprimido con reclusión o prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que abusare sexualmente de una persona cuando ésta fuera menor de trece (13) años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción”.



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